El Libro de los Siglos y los Instantes. Javier Soverna. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Javier Soverna
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9789878718675
Скачать книгу

       Demagogos

      Hay siete clases mayores de demagogos

      (Como las Siete Plagas de Egipto, que también fueron Diez):

      Los políticos

      Los religiosos

      Los historiadores de la Escuela de Pigna

      Los televisivos

      Los periodístico-deportivos

      Los músico-populares

      Y los norteamericanos

      Sí, usan a las muchedumbres

      (A éstas les encantan los demagogos

      Sienten que se benefician)

      Tienen que estar con y entre ellas

      Amontonarse

      Pisotearse, franelearse

      La soledad o una sola compañía

      No les alcanza

      El demagogo, de cara al auditorio

      Con sus muecas de barricada, pregunta:

      "¿A quién le gusta la mierda?"

      Tiene muy mal gusto

       Dos historiadores

      Carl Grimberg, Historia como ficción

      Escribe una novela-río de la humanidad

      Fuente inagotable de inspiración para literatos perezosos

      Y a pesar de su monumentalidad, más listo y cercano

      Que cualquier enciclopedia o pseudo enciclopedia

      Entregas populares:

      En las revistas de divulgación e infantiles

      Aunque también en doce tomos bien encuadernados

      Del Círculo de Lectores, Ediciones Daimon

      Un contenido medido, ni exhibicionista ni populista

      Hobsbawm (distinto, casi opuesto, aparentemente)

      Estadísticas y desinterés por un orden

      Encarnado en la ilación cronológica severa

      Distingue tantas clases sociales

      Que prácticamente superan en número a los individuos

      Sin buscarlo, quizás, escribe sobre los individuos

      Y como escribe sobre ellos, abarca todas las ramas del saber

      En tiempos de especialización

      (¿Merece la atención de musicólogos e historiadores del arte

      Este nuevo "Aristóteles"?)

       Textos

      Textos llenos

      De paréntesis, comillas e itálicas

      Plagados de comas

      Fragmentados, entrecortados

      Digresiones

      Historias intercaladas, quijotescas

      Ajenas al hilo principal

      El ritmo constante o variable, abrupto

      El tono medio

      Ni vulgar ni rimbombante el léxico

       La voz de Ajmátova

      Desde la "gran crisis" no ha mejorado nada

      Incluso ha empeorado todo

      Pero ellos se arrogan la creación de "una nueva época"

      Feliz y justa

      Y se erigen monumentos

      Que son invisibles

      Porque ellos mismos han sido un punto minúsculo en el tiempo

      (Y periférico)

      No uno grande y único

      ¿Quién visitará estas ciudades?

      ¿Quién reparará en ellos?

      Los transeúntes los verán como árboles o postes de luz

      Es decir, no los verán

      Para las generaciones serán formas vacías

      El aire y la lluvia ya los destruirán

      El tiempo los hará irreconocibles

      Este presente, aunque no lo llaman

      También se debe llamar la "gran crisis"

       Piratería de los pueblos del mar

      Los pueblos del mar llegaron a las costas egipcias

      Saquearon la ciudad, mataron a sus habitantes, y huyeron hacia Siria

      A la que ahora devastan

      Son dueños del sol y del agua, y navegan guiados por su instinto

      Heredaron la piratería de sus ancestros

      El Faraón, que también dice poseer el sol

      Y pronto querrá volver a ser dueño del mar

      Sabe que los enfrentará en poco tiempo

      Irá él tras sus pasos o ellos mismos antes regresarán

      Porque derrocharán el botín

      Su ansiedad le sugiere avanzar los preparativos para el enfrentamiento

      Da órdenes a sus subalternos

      Después espera solo en su recámara, mientras el palacio

      (Las salas y pasillos con columnatas)

      Es invadido por las sombras de los hombres atareados que pasan

      En tiempos antiguos, piensa, se expulsó a los invasores

      Que traían caballos y carros de guerra

      Después de dos siglos de ocupación de nuestras tierras

      Pero éstos nunca las conquistaron

      Saquean, huyen y vuelven

      Están y no están, son fantasmas

      ¿Cómo encontrarlos y eliminarlos?

      ¿Cómo esperarlos?

       Lebaudy

      Desde Las Palmas (Gran Canaria, España)

      En una barcaza, con varios lugareños

      Cruzo hasta el Cabo Juby, en Marruecos

      Me pierdo en el Sahara, una de las regiones más despobladas del mundo

      Encuentro enterradas en las arenas unas cajas de conservas

      Junto a dos cajas de fósforos suecos y una de velas

      Comprendo su procedencia:

      Sin que sus hombres supieran por qué y para qué

      Jacques Lebaudy tiempo atrás las enterraría

      Desconocía yo si alguien con anterioridad las había encontrado

      Evidentemente, no

      Lebaudy, aquel francés desquiciado que

      Emulo de Orélie Antoine de Tounens

      (En la Francia de su niñez

      Se habría enterado de sus andanzas patagónicas)

      Se autoproclamó "Emperador del Sahara"

      Pensé entonces que si me adueñaba de esas "reliquias"

      Ruinas del inmenso imperio

      Y las llevaba conmigo a Europa

      El mismo recobraría, en el terreno en que me hallaba

      Libre hasta el horizonte de mis