Escuché que uno de ellos dijo:
¡Cuidado con este pendejo
A ver adónde nos va a llevar!
Y así en el laberinto los perdí de vista
Y así volví a mi casa, cansado y radiante
Porque ya era un especialista
Y el éxito cansa, como la imperiosa carrera
En los pasillos, aunque favorece a la alegría
Procesos y trabajos
Nuestro trabajo: juntar viruta de fundición
escallas pequeñas
obtenidas de la fundición de cilindros
camisas de automóviles
(alterados por un torno)
Se las pasaba por "zaranda"
un colador grande de alambre fino
para sacarles el polvo
y guardaba en tachos
En las acerías las vendíamos a buen precio
Usaban la viruta para "sellar" las lingoteras al suelo
moldes en los que se fabricaba el acero
unidos por canales en una fosa
(los hombres trabajaban adentro de ella)
Este salía fundido de los hornos
y era trasladado en "cucharones" por grúas
hasta la boca del tubo que conducía a los canales
A las lingoteras subía el acero por vaso comunicante
En contacto con la viruta se enfriaba, endurecía
y no derramaba
Escenas asirias
Alla greca:
Nace en Nimrod (Asiria). Sus padres son príncipes
y poseen un palacio lujoso en la ciudad.
A la edad de dos años aprende a tensar las correas
de su honda: los pájaros no huyen porque caen muertos.
Aprende a manejar el arco y la flecha
y a conducir el carro de combate.
En busca de aventuras que le presten fama y renombre,
ansiando igualar las hazañas de los héroes del pasado
(y entre todos admira a Puzurashur),
a los catorce años de edad
abandona el palacio paterno.
Lleva consigo su escudo y su lanza.
En la llanura, en donde los leones devoran el ganado,
cobra su primera víctima: una leona, a la que vence
arrojándole una garrafal piedra.
Mata con su lanza al león de Nimrod, que asola
la región noche tras noche.
Cruza el río Tigris en un odre.
Conocidas sus hazañas a lo largo y ancho de Asiria,
se une al ejército: destaca en el cerco de Babilonia;
destrozada la torre de asedio, derriba los ladrillos
de adobe de parte de la muralla defensora
con sus inauditos puños.
Adorado como a un dios,
introduce hilo de oro en su barba postiza,
tiñe sus cejas de color violeta,
pinta sus labios de azul y maquilla el rostro
con polvos y cremas rojas y anaranjadas.
Es recibido con honores en el palacio de Nínive.
Come y bebe abundantemente.
Regresa a su patria (Nimrod) para impedir
la destrucción del Obelisco Negro por parte de
quince forajidos provenientes del reino de Urartu.
Viaja a Urartu y enfrenta y vence al Dios de las Tormentas.
Frente a la sublevación de mil esclavos
traslada él solo el Toro Alado de Nínive,
desde la misma Ciudad Capital hasta Nimrod.
Junto a un reducido número de hombres
frena el avance de las hordas escitas que,
integradas por guerreros hermafroditas,
saquearon Asur y otras ciudades del sur
en su regreso de Siria.
Perece en Asur, en guerra contra los medos.
Los fantasmas poéticos
El poeta autóctono de Haedo
Sabe que no le alcanzará la vida
Para cantar el barrio
(Plazas, trenes, andenes, perros, calles, árboles, soderías)
Contrata a un ghostwriter
Cuarenta años menor
Que estudia minuciosamente su estilo y léxico
A su muerte, el joven revela la verdad
Y el viejo poeta pasa con justicia al olvido
El "escritor fantasma" sufre un extraño accidente
En el andén de la estación
Homero
El primero de los cuatro pilares del arte de la aristocracia
Pilares con nombre
Cíclicos
El aedo gustaba de las efusiones de sangre
Que dirimían una autoridad
Pero sabía qué hacer con ellas
Para qué memorizarlas y escribirlas
Estas no eran gratuitas ni excesivas
Se justificaban
Mucho más que las de Shakespeare o de Cervantes
Meros efectistas a su lado
Que avivaban el morbo y la risa de la muchedumbre
Su vitalidad era seria, guerrera, milenaria
Emanaba de un mandato heredado
De una tradición adquirida
Safo
La mujer escribe
A raíz de ciertos enfrentamientos civiles y políticos
La poetisa hubo de exiliarse en Siracusa
Pero el exilio fue breve y, volviendo a Lesbos
La escritura y el canto no se desvirtuaron
La guerra y la muerte no son las únicas experiencias
La sensibilidad femenina se escribe y canta
No es solamente el amor
(El amor hacia sus jóvenes discípulas; el no correspondido)
La agresión y el enojo también
(Heródoto nos cuenta cómo repudió a su hermano Caraxo
Por haber liberado a una cortesana con su dinero
Ella misma hace públicas sus amonestaciones
- Aparentemente- al poeta Alceo)
El