Revisión del modelo racional puro
Los cuestionamientos al modelo racional puro empezaron a emerger tímidamente ante los hechos empíricos que no lo sustentaban del todo y al no contar con una teoría alternativa, la critica equivalía a ir en contra del progreso; Brunsson (2007) refiere la necesidad de revisar la teoría y la investigación en materia de decisiones, considerando que:
•Las intenciones y la anticipación de las consecuencias de la decisión no necesariamente llevan a la elección de acciones.
•No siempre hay una relación entre decisión y acción, es factible observar acciones sin decisiones y viceversa.
•No siempre los tomadores de decisiones luchan por lograr un alto grado de racionalidad y cuando lo hacen no siempre lo logran.
•Las causas (motivaciones, intenciones) y las consecuencias (logros buscados y obtenidos) de las decisiones no necesariamente corresponden.
Un breve recuento de los estudios más celebres que en buena medida corresponden a la excitativa de Brunsson de cuestionar la lógica consecuencial y su racionalidad pura, llegando incluso a proponer otras lógicas y otras modalidades, se describen de manera sucinta a continuación:
5.Racionalidad limitada y búsqueda satisfaciente: reconoce las restricciones en materia de tiempo, recursos y capacidad cognitiva, que impiden procesar todas y cada una de las opciones de acción y elegir la mejor; frente a ello demuestra que la búsqueda se detiene cuando se encuentra una opción que satisface un criterio o aspiración de logro (March y Simon,1958; Simon, 1997; Simon,1979).
6.Racionalidad intuitiva y decisión naturalistica: consisten en la búsqueda de opciones de acción y la elección, dicha búsqueda es llevada a cabo de manera rápida, incluso inconsciente, en la mente del decisor experto. (Simon, 1987; Mintzberg, 1989; Salas, Rosen y DiazGranados ,2010; Dorfler y Ackermann, 2012; Lipshitz, Klein y Carroll, 2006; Gore, Banks, Millward y Kiryakidou, 2006).
7.Lógica de lo apropiado: ante un problema, el decisor busca ser congruente con su identidad y las reglas de acción que de ella se derivan y actúa, March (1994) y March y Weil (2005) ilustran y fundamentan la pertinencia de esta lógica de fuerte contenido ético.
8.Aprendizaje experiencial y “tener sentido”: frente a la ambigüedad materia de intenciones, motivaciones y preferencias y la incertidumbre en cuanto a opciones y consecuencias posibles, el aprendizaje experiencial es una forma de decisión sencilla que reduce la parte cognitiva a los pasos 1 y 2 para pasar a la parte conductual y retroalimentar al paso 1 (ver figura 1-1). Por su parte, tener sentido es la parte mas psicológica porque la decisión se reduce a los pasos 3 y 4 (parte cognitiva figura 1-1) (Brunsson, 2007; Langley A, Mintzberg H, Pitcher P, Posada E y Saint-Macary J,1995; March JG, 1988; March, J.G.1994; March J.G,1999; March JG, 2010; Mintzberg y Westley, 2001).
9.Lógica de la acción: el decisor elige una opción en función a la consecuencia que se anticipa en los pasos 3 y 4 (figura 1-1), no le interesa su causa ni que sea la mejor, busca y elige una acción por lo factible de su instrumentación y porque su consecuencia le hará verse mas responsable y legitimo ante sus apoyadores; en ese caso las consecuencias pueden llegar a ser parte de las intenciones o preferencias de los tomadores de decisiones (línea que retroalimenta el paso 3 de la figura 1-1) (Brunsson, 2000 y 2007).
10.Heurísticas y sesgos de la decisión: los psicólogos economistas estudiosos de la decisión, basan su trabajo reconociendo que hay una serie de factores emotivos que impiden al individuo ser racional y a los mercados funcionar de manera eficiente, sin embargo, mantienen como criterio normativo conductual la búsqueda de una utilidad esperada. Básicamente es una continuación del modelo de racionalidad limitada; buscando actualizar a la micro-economía neoclásica, los autores se agrupan bajo el titulo de Economía Conductual y varios de ellos han ganado premios en economía en honor a A Nobel14 (Kahneman D, 2011; Akerlof y Shiller, 2012; Sunstein y Thaler; 2017).
Los puntos anteriores son la base de la estructura de este libro, cada uno de ellos es desarrollado en un capitulo y en su descripción se ratifican las referencias al modelo de racionalidad puro de la figura 1-2 para marcar sus diferencias, pero antes, considerando el fuerte vinculo de la decisión y la acción con las organizaciones, se dedica el capitulo siguiente a explorar dicho vinculo como la responsabilidad primordial de sus dirigentes.
Conclusiones
La acción como un distintivo del ser humano ha tenido en la teoría de la decisión la explicación dominante al grado que ha opacado a otras alternativas para desencadenarla, según esta teoría toda acción tiene como precedente una decisión deliberada, ésta a su vez, es impulsada por la percepción de una necesidad o deseo; otras explicaciones, como las que plantean las teorías institucionales, postulan que la decisión deliberada o no, es resultado de seguir ciertas reglas sociales que se derivan a su vez de las identidades y la situación, han quedado relegadas.
La decisión como compromiso o preludio a la acción es una tradición heredada de la civilización occidental que la considera como una parte importante del ejercicio de la libertad individual; mas tarde es reforzada por la teoría y la enseñanza de las ciencias sociales, como sigue: en economía al definirse como la ciencia de la escasez, la decisión de qué y cómo producir se perfila como uno de sus más importantes momentos; en la ciencia política se le considera como parte del ejercicio del poder al descubrirse que son pocos los que deciden y muchos los que instrumentan y padecen las consecuencias de la decisiones tomadas. La antropología y la sociología reconocen que, si bien la decisión se asimila a la libertad, en muchas ocasiones es una ilusión que mantiene funcionando al sistema social, porque, en realidad hay poco o nada que decidir.
Con el ascenso de las organizaciones en la sociedad, la decisión se concibe como la tarea fundamental de los directivos y gana prestigio, poco se reconoce que está ligada a otras decisiones y sujeta a eventos no controlables. Por todo ello la decisión, según los filósofos se ha reificado, es decir, siendo una categoría abstracta, se maneja como si fuera concreta opacando a la acción que sí lo es, esto ha sido resultado de una larga historia.
La decisión en su versión racional proviene básicamente de la Grecia clásica donde surge la razón que se visualiza como una virtud y a la postre será su gran apoyo; posteriormente el filosofo francés Descartes al resaltar el pensamiento como un atributo de la existencia humana, impulsa a la razón como el método por excelencia para pensar, decidir y actuar haciendo sinónimos pensar y razonar. Los enciclopedistas y la revolución francesa también hicieron su parte al garantizar la libertad de pensamiento y acción para todos, quitándole el poder de decisión a la nobleza y la realeza para depositarla en manos del héroe y el tecnócrata. Los filósofos moralistas introducen la pasión y el interés las que junto con la razón las conciben como las tres motivaciones humanas fundamentales y las consideran las bases para las definir las preferencias y por ende, poderosas guías de la decisión y la acción.
Con la modernidad se impulsa una sociedad basada en la razón, en la racionalidad y una concepción de que es el humano quien controla su destino; la toma de decisiones emerge como la institución sagrada. El mundo es imaginado como producto de la intención y acción humana deliberada, que la intención se transforma en acción mediante la elección y el poder, en general, que cualquier elección es guiada por la razón. Mas tarde la razón se convirtió en parte importante del método científico y con las revoluciones industriales, la ciencia derivó en tecnología, lo que dio pie a que razón y decisión se concentraran en la búsqueda interesada de soluciones eficientes y eficaces; la razón se vuelve completamente instrumental, un pistolero a sueldo que puede emplearse al servicio de cualquiera de las metas que se tengan, buenas o malas y por ese camino la razón degeneró en racionalismo.
La visión de un mundo enteramente racional tuvo varias consecuencias importantes en la sociedad, entre ellas: la secularización, la