Educar para amar. Carlos Alberto Scarponi. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Carlos Alberto Scarponi
Издательство: Bookwire
Серия: Bodas de Caná
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789878438054
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aquéllos necesiten de la ayuda complementaria de los especialistas.

      En un clima de amor y de confianza se podrá hablar de la sexualidad con naturalidad y se la podrá experimentar y vivir con creciente madurez. Por eso, la primera condición de una buena educación sexual es el amor familiar, que sabrá orientar a los padres en la elección de las mejores palabras, gestos, actitudes y momentos respecto de lo que necesitan cada uno de los hijos.

      La educación sexual tiene sus exigencias pero no tiene secretos. En este sentido, hay que superar el tabú que dice que todo lo que se sabe y se hizo hasta hoy en esta materia está todo mal y hay que cambiarlo absolutamente; también hay que superar el mito que reserva la educación sexual a los especialistas iniciados en sus misterios que nos trascienden.

      En la educación sexual existen verdades que son permanentes y que la experiencia científica va confirmando día a día, y existen verdades que el hombre va descubriendo y profundizando con el correr del tiempo.

      Por otra parte, los mejores especialistas para una adecuada educación sexual son y seguirán siendo los padres; todos los demás, profesionales y agentes de pastoral, están llamados a un rol subsidiario y complementario respecto de la misión de los padres. De aquí surge una de las primeras y más importantes conclusiones sobre la educación sexual: la necesidad y la urgencia de formar y acompañar a los padres para que puedan desempeñar su rol insustituible.

      El Papa Francisco señala dos desafíos más en el contexto actual: la ideología de género y la revolución biotecnológica.

      En primer lugar, el Papa advierte y denuncia sobre la ideología de género como pensamiento y comportamiento únicos que pretende imponerse tanto a nivel educativo como legislativo y cultural. En segundo lugar, fija el criterio de una adecuada perspectiva para afrontarla: la distinción y la unión indisoluble entre sexo biológico y sexo sociocultural que muestra que la sexualidad humana no se puede reducir a lo meramente biológico pero tampoco se lo puede suprimir a fin de manipularlo arbitrariamente, así como la necesidad que tiene cada persona sexuada varón o mujer de ser ayudada y guiada en la progresiva identificación y asunción en cuanto varón o mujer de su propia masculinidad o femineidad.

      En segundo lugar, sobre el desafío de la llamada revolución biotecnológica podemos decir brevemente dos cosas: hablar de revolución implica llevar a cabo un proyecto sobre el hombre y la sociedad a partir de una ruptura total con la tradición histórica de la humanidad para instaurarlo según concepciones meramente humanas procedentes de los ámbitos del poder imperante; en este sentido, no se trata solo de “los deseos de los individuos o de las parejas” sino también de grupos de poder. Hablar de biotecnología es referirnos al instrumento por el cual se pretende realizar dicha revolución antropológica diseñada por la ciencia, particularmente la biología humana, a fin de programar genéticamente cada ser humano que posteriormente será producido por la biotecnología.

      En este último texto Francisco llega al núcleo más profundo de la ideología de género y de la revolución biotecnológica: los hombres nos enfrentamos al riesgo de “pretender sustituir al Creador” lo cual es calificado como pecado. Ante este desafío el Papa nos señala como camino la aceptación de nuestra condición “creatural” que implica involucrarnos en la lógica del don que estamos llamados a recibir, custodiar y desarrollar.

      La educación para el amor y la sexualidad tiene que fundamentarse a partir de la realidad originaria de nuestra existencia que nos proyecta hacia un auténtico desarrollo humano: somos creaturas, es decir, lo que somos y lo que estamos llamados a ser presupone un don que tenemos que acoger con gratitud y cuidar y cultivar con responsabilidad, esto es, sabiendo responder a Quien nos ha donado por amor nuestro ser varón o mujer en el cual se halla contenido el llamado a realizarnos en el amor y por el amor, de aquí que necesitamos aprender a amar.