Nuevas voces de política exterior. Cristóbal Bywaters C.. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Cristóbal Bywaters C.
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789562892292
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Bywaters C., Daniela Sepúlveda Soto y Andrés Villar Gertner*

      Nuevas voces de política exterior: Chile y el mundo en la era post-consensual tiene por objetivo principal reflexionar acerca del estado actual y el futuro de las relaciones exteriores del país en las próximas décadas, a fin de esbozar los lineamientos de un proyecto progresista para un nuevo ciclo de la política exterior chilena. A través de un conjunto de ensayos propositivos que abordan algunas de las principales dimensiones de sus relaciones internacionales, se aspira a realizar una contribución sustantiva al creciente debate público en torno al lugar de Chile en el mundo, así como aportar a la renovación de las ideas de la política exterior y a la revitalización de la presencia del país en el mundo. Para ello, el libro reúne a destacados exponentes de las nuevas generaciones de internacionalistas nacionales y extranjeros, tantos hombres como mujeres, con experiencia académica, profesional y/o política en relaciones internacionales y áreas afines. Se busca, de este modo, contribuir a la reducción de las brechas de tipo generacional, de conocimiento y de género que persisten en la política exterior chilena.

      La tesis central del libro es que, luego de más de tres décadas de vigencia, el proyecto internacional post-dictatorial se encuentra agotado y, por lo tanto, hoy es necesario avanzar hacia un nuevo ciclo de la política exterior chilena.1 En este nuevo ciclo, la política exterior debe orientarse a la generación de las condiciones externas necesarias para un desarrollo más sostenible, igualitario y justo de la sociedad chilena. Desde una perspectiva progresista, nuestra diplomacia debe poner en el centro de su narrativa y accionar a la democracia, los derechos humanos, el desarrollo inclusivo y la dignidad de las personas. En cuanto a su estrategia, el nuevo ciclo ha de diferenciarse del anterior por su intensividad; es decir, por su alto nivel de especialización en nichos diplomáticos claves, su creatividad y capacidad de iniciativa diplomática, la articulación de coaliciones ad-hoc, y la creación, consolidación y ampliación de bienes públicos regionales y globales. Para ello, se argumenta, será necesario contar con una diplomacia emprendedora.

      Se proponen siete ejes de acción claves para el nuevo ciclo de la política exterior. En primer lugar, se requiere renovar el compromiso chileno con América Latina y superar el statu quo vecinal. El segundo eje es la revitalización del multilateralismo en crisis. Se debe, en tercer lugar, convertir a los derechos humanos en un sello distintivo de la presencia de Chile en el mundo. Asimismo, un cuarto eje es la necesidad de impulsar una política exterior feminista e inclusiva. Frente a la crisis climática global, se requiere apostar, en quinto lugar, por convertir al país en una potencia turquesa, combinando los componentes tradicionales (verde) de la protección del medio ambiente y el cuidado del océano (azul). El sexto eje propuesto se orienta a la construcción de una política exterior plurinacional. Finalmente, se requiere contar con una política exterior más democrática y participativa.

      El libro busca responder a las siguientes preguntas: ¿qué características debería tener un nuevo proyecto progresista para el próximo ciclo de la política exterior? ¿Cuáles deben ser sus fundamentos, instituciones y principales instrumentos? ¿Por cuáles nuevos nichos y agendas tradicionales debería apostar el país para posicionarse en el mundo? ¿Cómo abordar las tensiones globales y regionales que enfrenta Chile? ¿Cuáles son, en definitiva, los principales desafíos que enfrenta la política exterior chilena en el nuevo ciclo político?

      El presente ensayo introductorio se estructura como sigue. En la primera sección se realiza un balance general de la política exterior chilena post-dictatorial. La segunda sección aborda los nuevos contextos internacional y doméstico de la política exterior. En la tercera parte se explora brevemente la actual crisis de la política exterior chilena y se presenta una lectura crítica de la gestión internacional de la segunda administración del presidente Sebastián Piñera,. En tanto, en la cuarta sección se formula una propuesta para un nuevo proyecto progresista para la política exterior de Chile. Y finalmente, se volverá sobre el planteamiento general del libro y se presentará una visión panorámica de su estructura y contenido.

      La política exterior post-dictadura

      La posición de Chile en el mundo ha experimentado una drástica transformación durante los últimos años. En tan solo tres décadas (1990-2020), el país transitó desde una dictadura civil-militar de bajos ingresos y merecedora de un amplio repudio internacional, a una democracia relativamente exitosa y estable, de ingreso medio-alto, que a menudo suscitó elogios de gobiernos, organismos internacionales y medios de comunicación extranjeros. Fue en este breve lapso que Chile logró cultivar una cierta reputación internacional como un país donde “se hacen bien las cosas” y en el que “las instituciones funcionan”.

      La política exterior no fue inmune al espíritu de la época. En un contexto de predominio de una versión empresarial de la identidad chilena,2 la supuesta excepcionalidad del país en la región permeó el discurso público local. Ideas tales como “Chile jaguar” y “Chile ganador” fueron representativas del sentido común neoliberal.3 Extinto el orden bipolar de la Guerra Fría, el país abandonó su adscripción al Tercer Mundo para pasar a identificarse con referentes del Norte Global que, con el tiempo, llegó a calificar como sus países afines en la sociedad internacional.4 Si bien, tanto por convicción como por estrategia, el país no se abstuvo de participar en espacios de concertación regionales y hemisféricos, la adopción de una estrategia comercial autónoma (el regionalismo abierto) contribuyó a reforzar su auto diferenciación respecto de América Latina, la cual se mantuvo como su prioridad declarada pese a que descartó tempranamente su ingreso pleno al Mercosur. En su presentación más benigna, la narrativa excepcionalista quedó plasmada en la idea del “liderazgo conceptual” que algunos atribuyeron al país en la región, aunque sus alcances nunca fueron del todo claros.5 En su versión más negativa, el excepcionalismo chileno exacerbó la diferencia al punto de afirmar que el país es “una buena casa en un mal barrio”, “el mejor estudiante de la clase” o, como afirmara el presidente Sebastián Piñera6 pocas horas antes del estallido social de octubre de 2019, “un verdadero oasis” en “una América Latina convulsionada”.7

      En línea con el modelo de desarrollo extractivista imperante, el proyecto político internacional del periodo post-dictatorial correspondió, en lo fundamental, a una estrategia de tipo extensivo orientada a la ampliación de los vínculos internacionales del país y su plena inserción en la globalización. En su etapa más temprana, la política exterior tuvo como propósito central amarrar el nuevo régimen democrático al sistema internacional, por medio tanto de la construcción de consensos mínimos para la gobernabilidad del proceso de transición,8 como de la imposición de restricciones externas a los actores domésticos antidemocráticos. Como señalara el título de un libro de fines de los 80, se trataba de tener una política exterior para la democracia.9 En efecto, en visión de algunos de sus formuladores, el así llamado aislamiento político internacional10 que experimentó el país durante la dictadura civil-militar solo podía ser superado por medio de la restitución del vínculo entre democracia y política exterior que tradicionalmente había caracterizado a la diplomacia chilena.11 En la práctica, como se proponía en el programa de gobierno de la primera administración democrática (1990-1994), ello debía materializarse en la superación del ostracismo dictatorial por medio de la reinserción del país en la sociedad internacional, consistente en el restablecimiento, normalización y ampliación de los vínculos diplomáticos del país, tanto a nivel bilateral como multilateral.

      El segundo y más conspicuo objetivo del ciclo extensivo de la política exterior fue la profundización de la inserción económica internacional del país. Se buscó expandir el acceso de productos locales con bajo valor agregado a los mercados internacionales, así como atraer el mayor volumen de inversión extranjera posible. Para ello, fue necesario reconstruir la confianza en la economía chilena y proyectar la imagen de un país con buena gobernanza y estabilidad social. La política comercial pasó a jugar un rol central en la estrategia de desarrollo. Como es conocido, junto con dar continuidad y profundizar la apertura unilateral de la economía iniciada durante la dictadura, procuró la articulación de una vasta red de acuerdos comerciales —inicialmente de complementación económica y luego de libre comercio—, y la promoción de regímenes multilaterales favorables a la estabilidad de las reglas del comercio internacional.