12 Esta monografía se basa, de hecho, en publicaciones previas en holandés (Van Eemeren, Grootendorst y Kruiger, 1983, 1984a, 1986b). Para términos y conceptos relevantes véase también Van Eemeren, Grootendorst y Snoeck Henkemans (2002).
13 Van Eemeren y Houtlosser (2007), quienes introdujeron el concepto normativo de perfil dialéctico, lo definieron como una visión de conjunto de los patrones secuenciales de jugadas (rutas dialécticas) que los discutidores están autorizados (u obligados) a hacer en una cierta etapa o sub-etapa de una discusión crítica a fin de resolver una diferencia de opinión con base en los méritos de los argumentos ofrecidos. En la investigación empírica cualitativa un perfil dialéctico puede ser un diseño heurístico para (1) capturar las jugadas argumentativas que sean analíticamente relevantes —es decir, potencialmente relevantes para resolver la diferencia de opinión— en un punto particular de una etapa particular de una discusión y luego (2) para identificar las expresiones indicativas de tales jugadas.
14 En algunos casos se llevaron a cabo réplicas del estudio, a veces para apoyar interpretaciones, a veces para excluir explicaciones alternativas y de esa manera garantizar la validez interna, a veces para optimizar la validez externa. [Nota del traductor: La validez interna de un experimento se comprueba variando los observables asociados a los conceptos de interés (en este caso, los ítems del test); la externa, utilizando muestras de poblaciones diferentes. En el caso de estos experimentos, era muy importante, para la validez externa, replicar los experimentos con poblaciones culturalmente diferentes a la original holandesa.
15 El dar cuenta del diseño estratégico como parte integrante de la teoría debe también ayudar a desarrollar métodos más sofisticados para mejorar la producción oral y escrita de discurso argumentativo.
16 El acercamiento entre enfoques dialécticos y retóricos a la argumentación se ve también estimulado, aunque no siempre de la misma manera, por estudiosos de la comunicación como Wenzel (1990) y por lógicos informales como Tindale (2004). Recibe también apoyo por parte de las políticas de la Sociedad Internacional para el Estudio de la Argumentación (ISSA) [con sede en los Países Bajos]), por parte de las revistas Argumentation, Informal Logic, Argumentation and Advocacy, y por parte de los organizadores de algunos congresos realizados de manera conjunta.
17 Las tres hipótesis están conectadas de cerca con la visión teórica que tenemos de las relaciones entre argumentación y efectividad —en el sentido de ser convincente— que expuse con Grootendorst en Speech Acts in Argumentative Discussions (Van Eemeren y Grootendorst, 1984) [tr. esp., 2013].
18 Este tipo de investigación sobre efectividad constituye un complemento pragma-dialéctico de inspiración crítica respecto a la investigación del uso sobre persuasión (que no es dialéctica). La preferencia pragma-dialéctica por la etiqueta “investigación sobre efectividad” en lugar de “investigación sobre persuasividad” está motivada ante todo por el hecho de que, el término efectividad, a diferencia del término persuasividad , no está exclusivamente conectado con la etapa de argumentación sino que pertenece también a las jugadas argumentativas hechas en otras etapas de la discusión, tales como proponer puntos de partida en la etapa de apertura y formular el resultado de la discusión en la etapa de conclusión.
19 Véase el análisis de efectos “de interacción” (perlocutionary) en Van Eemeren y Grootendorst (1984, pp. 63-74) y en Van Eemeren (2010, pp. 36-39).
20 Tanto en el experimento original como en la réplica que llevamos a cabo a fin de estar en mejor posición de generalizar los resultados, los ataques abusivos directos se rechazaban consistentemente como jugadas no razonables en la discusión, mientras que los ataques personales legítimos invariablemente fueron vistos como razonables. En cambio, los ataques abusivos “disfrazados” que se presentan como respuestas al uso incorrecto de la autoridad fueron juzgados como subbstancialmente más razonables que los ataques directos abiertamente falaces.
21 Utilizo el término institucional aquí en un sentido amplio, con lo cual no me refiero sólo a las organizaciones establecidas del derecho, la administración y las escuelas, y mucho menos sólo a las prisiones, las clínicas mentales y el ejército, sino que me refiero a todos los macro-contextos social y culturalmente establecidos en los que se han desarrollado, tanto de manera formal como informal, prácticas comunicativas convencionalizadas, e incluyo también las de la esfera interpersonal. Como Searle (1995), veo a las instituciones como sistemas para atender los derechos y deberes caracterizados por reglas socialmente construidas y sus correspondientes sanciones (Van Eemeren, 2010, p. 129).
22 En pragma-dialéctica, los tipos de actividad comunicativa se definen como prácticas comunicativas cuya convencionalización está al servicio de las necesidades comunicativas específicas instigadas por las exigencias institucionales de un cierto dominio (Van Eemeren, 2010, pp: 139-145). El enfoque pragma-dialéctico se vincula con el “institucionalismo de elección racional” tal como lo practica el llamado nuevo institucionalismo. De acuerdo con Hall y Taylor, el institucionalismo de elección racional en el dominio político atrae nuestra atención hacia “el papel que la interacción estratégica entre actores juega en la determinación de resultados políticos” (1996, p. 951).
23 Fairclough caracteriza un “género” de actividad comunicativa ampliamente como “una manera socialmente ratificada de usar el lenguaje en conexión con un tipo particular de actividad social” (1995, p. 14).
24 Solamente cuando un tipo de actividad comunicativa es inherente, esencial o predominantemente argumentativa, o en todo caso cuando la argumentación por accidente juega un papel importante en ella, vale la pena hacer una caracterización argumentativa de ese tipo de actividad comunicativa.
25 Usar el modelo de discusión crítica como punto de referencia analítico en todos los casos no solamente sirve para garantizar una evaluación consistente y coherente de la dimensión argumentativa de todos los tipos de actividad comunicatiuva, sino que también sirve para unificar la comparación de unos con otros. De esta manera la diversidad no es un punto de partida relativista, sino el resultado, basado en ver las cosas como son en realidad, de una comparación sistemática de las diversas manifestaciones de la realidad argumentativa.
26 La pragma-dialéctica distingue entre, por un lado, precondiciones institucionales “primarias”, las cuales tienen en general un carácter oficial, usualmente formal, y a menudo procedimental, y por otro lado precondiciones institucionales “secundarias”, las cuales no suelen ser oficiales ni formales y a menudo son substantivas (Van Eemeren y Garssen, 2010, 2011).
27 Otros proyectos de investigación pragma-dialéctica se enfocan, por ejemplo, en las peculiaridades del discurso argumentativo en el parlamento holandés (Plug, 2010, 2011), así como en el uso de argumentación pragmática en el contexto de debates legislativos en el parlamento británico (Ihnen Jory, 2010, 2012).