Política económica para decidir en tiempos difíciles. Juan Carlos de Pablo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Carlos de Pablo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789500211710
Скачать книгу
dispone que el empleador podrá despedir a cualquier obrero o empleado sin causa alguna y sin pagarle indemnización. ¿Cuál será el impacto sobre el empleo? Quien ignore lo que dice Calvo responderá que aumentará, por la reducción del costo laboral. Calvo sugiere que, por el contrario, podría disminuir, si los empleadores consideraran que una ley tan extrema será revisada, y por consiguiente se apresurarían a despedir a todo el personal indeseado, que ya trabajaba en la empresa, antes de la esperada derogación de la ley. Nueva manifestación de que la política económica nunca puede ser analizada en el vacío.

      La cuestión de las reformas no creíbles se complementa con la de la trampa de la incredibilidad, planteada por el lituano Nissan Liviatan. Se la escuché, de manera que la describo en mis términos: “El marido que engañó y fue descubierto está bajo la atenta supervisión de su esposa (el teorema es simétrico, aquí desarrollo la versión masculina). Su conducta presente es impecable, pero como la pasada no lo fue, soporta los costos sin recibir los beneficios. Entonces piensa: ¿para qué me sigo portando bien, si igual no consigo lo que quiero?, y lo peor es que ¡la esposa sabe que lo está pensando! La persona –o el gobierno– que enfrenta problemas de (falta de) credibilidad, tiene que ser el triple de ‘ortodoxo’ para que, en el mejor de los casos, le crean la mitad. Con frecuencia esto es demasiado”. Liviatan no dice que sea imposible “hacer las cosas bien”, pero afirma que la introducción y mantenimiento de las políticas económicas “correctas” es un proceso mucho más difícil y prolongado en el tiempo, en un país cuyas autoridades enfrentan problemas de falta de credibilidad.

      A partir de comienzos de la década de 1980, en buena parte del mundo, particularmente en las economías más desarrolladas, se eliminó la inflación. Fue tan fuerte el cambio de régimen, que modificaciones en la oferta monetaria –como la duplicación de la base monetaria en los Estados Unidos, durante el cuarto trimestre de 2008– no produjeron cambios en la tasa esperada de inflación, porque fueron correctamente diagnosticadas por la población como una respuesta del Fed al aumento de la demanda de liquidez por parte de las instituciones financieras.

      Esto plantea una cuestión importante: en economías como las de los Estados Unidos, buena parte de la Unión Europea y Japón, quien tiene a cargo la política económica “no encuentra cómo” asustar a la población para inducirla a aumentar la demanda agregada, más allá de que las tasas de interés son casi nulas. Mientras que en economías como la de la Argentina, el responsable de la política económica “no encuentra cómo” tranquilizar a la población para convencerla de que “esta vez” las reformas económicas llegaron para quedarse.

      Última, pero no menos importante: la cuestión de la falta de credibilidad de la población con respecto a las autoridades se puede plantear en varios niveles. Existen personas que no “creen” en el ministro de turno, aunque sí tanto en el gobierno como en el país en general; existen otros que cuestionan al gobierno de turno en su totalidad, pero siguen teniendo “fe” en el país en general; y por último existen los que, con respecto a su país, no creen en “nada de nada”. ¿Qué implicancias tiene esto sobre la toma de decisiones individual? Quien sólo desconfía del actual equipo económico, espera el recambio para adoptar decisiones de envergadura; quien también desconfía del actual gobierno, espera las próximas elecciones presidenciales; mientras que quien desconfía del país, migra o tiene sus ahorros en el extranjero.

      Obsérvese que la falta de credibilidad puede radicar en diferentes niveles según la variable de que se trate. Ejemplo: un argentino puede vivir en su país, porque se siente más cómodo y no teme por su libertad personal, pero tiene sus ahorros en el extranjero, porque no puede olvidar la historia de las estafas que sufrió el ahorro en pesos.

      Instituciones y cultura

      Antes se analizó la economía de la Constitución. Ahora bien, “si las constituciones son contratos, son contratos muy imperfectos” (Dixit, 1996). Las dificultades de aplicar una Constitución de manera literal le da sentido al análisis de las instituciones y de los hábitos “culturales” de la población.

       Instituciones

      “En los últimos años aumentó de manera significativa el análisis de la elección racional de las instituciones, a raíz de la creciente evidencia de la importancia que estas tienen en la determinación de los resultados económicos” (Greif y Kingston, 2011).

      “Las instituciones son restricciones creadas por el ser humano para estructurar la interacción humana. Algunas son formales (las reglas, las leyes, la Constitución); otras, informales (normas de comportamiento, convenciones). En conjunto definen la estructura de incentivos de las sociedades y de sus economías… No hay nada automático acerca de la evolución de las condiciones que permitirán la existencia de transacciones con bajo costo, en los mercados impersonales, que son esenciales para las economías productivas” (North, 1994).

      “Las instituciones no siempre son creadas para resultar socialmente eficientes; con frecuencia son creadas para defender los intereses de quienes tienen poder de negociación para modificar las reglas” (Dixit, 1996). “Según [Friedrich August von] Hayek, las reglas evolucionan hacia la optimalidad… Las instituciones desarrolladas como una respuesta eficiente a determinadas circunstancias pueden persistir aunque se hayan transformado en ineficientes… El problema de diseñar instituciones eficientes no consiste en elegir reglas que minimicen los ‘costos’, sino en alinear los incentivos para generar el máximo beneficio posible” (Greif y Kingston, 2011).

      El enfoque no requiere que las personas sean siempre “racionales”, o que las instituciones elijan de manera racional. La perspectiva basada en la elección racional genera una teoría de la cual surgen predicciones empíricamente refutables, con respecto a las instituciones que podrían prevalecer en determinada situación… Esto implica un par de cosas: cómo son seleccionadas las instituciones y cómo se motiva a la población para que se inserte en patrones institucionalizados de comportamiento. Un enfoque, el de “instituciones-como-reglas”, enfatiza la importancia de la teoría de la selección de instituciones; otro, el de “instituciones-como-equilibrio”, privilegia la importancia de la teoría de la motivación… Ambos enfoques son complementarios.

      La clave del enfoque “instituciones-como-equilibrio” es que el comportamiento y el esperado comportamiento de los otros, más que las reglas en sí, es lo que en última instancia induce a que la gente se comporte como lo hace… La corrupción que se desarrolla dentro de ciertos sistemas políticos en el mundo no se debe a la ausencia de reglas que la califican como un delito, sino a las particulares regularidades del comportamiento… En dicho enfoque las reglas son instituciones y las instituciones son las reglas… En el enfoque “instituciones-como-reglas” las creencias influencian el comportamiento a través de su impacto en las reglas. Según North (2005) “la clave para entender el proceso de cambio pasa por la intencionalidad de los participantes en promulgar el cambio institucional y su comprensión de las cuestiones en juego”. (Greif y Kingston, 2011).

      Coase

      En 1991 le otorgaron el Premio Nobel de Economía, “por su descubrimiento y clarificación del significado de los costos de transacción y los derechos de propiedad, sobre la estructura institucional y el funcionamiento de la economía”. No sorprendentemente, su conferencia Nobel (Coase, 1991) se titula La estructura institucional de la producción. Su reputación se basa en dos artículos, publicados en 1937 y 1960.