La Filosofía en Quito colonial 1534-1767. Samuel Guerra Bravo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Samuel Guerra Bravo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9789978774946
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en la clase de Teología. Lo filosofía natural abarcaba la lógica y metafísica, el estudio del mundo (Cosmología), el hombre (Psicología) y Dios (Teología Natural). En los cuatro años de Teología se dictaban paralelamente las partes dogmáticas y moral de la Suma del Doctor Angélico. El Latín y materias preparatorias se suponían cursadas ya, antes de iniciar la filosofía. (Vargas, 1942, p. 47)

      En esta primera época existe un curso de filosofía en el Convento de Santo Domingo: INLOGICAM, ARIS, COMEentARia PROLOGUS, COMENTARIA IN PurfiRII INTRODVetione (p. 79). COMENTARIA In Posteriora Analytica Arist. Prologus (p. 427).

      En la página 427 se lee: “Pe ignacio/ año de 1584”. El padre Vargas dice refiriéndose a este códice: “Del siglo XVI se conserva manuscrito el texto que posiblemente usó el padre Bedón. Contiene los comentarios a la Lógica, Posteriores y Analítica de Aristóteles” (Vargas, 1973, p. 38). Aunque no hemos encontrado ninguna evidencia de que este texto lo haya utilizado el padre Bedón, tiene, sin embargo, mucha importancia porque revela la filosofía que los dominicos impartían en Quito en el último cuarto del siglo XVI.

      El libro tiene una estructura muy particular sobre la base de las disputaciones (disputatio), cuestiones (questio) y capítulos (Cáput). Trata la Lógica a través de 24 disputaciones. La Disputatio 1ra. trata de Proemilis Dxat logice. Estudia los preliminares de la Lógica y la Dialéctica en 15 cuestiones. En el f. 79 empieza el tratado sobre los Comentaria in Porfirii Introductione. Abarca la disputatio 2da., De natura Universalium; disputatio 3ra de nata. generis; disputatio 4ta, De nata. speciei et individui; disputatio 5ta. Per natura differentiae; disputatio 6ta, de nata. Propriis; disputatio 7ma, De nata. Accidentis; disputatio 8va, De Comparatione Universalium inter se.

      Entre las páginas 281 y 317 debió empezar un nuevo tratado de lógica. Por restos que nos han quedado juzgamos que debió ser el Tratado sobre las Categorías de Aristóteles estudiado a la manera de Porfirio. Remata este tratado el estudio sobre los Opuestos (De nata. oppositorium) y las disputas sobre las significaciones del concepto de prioridad (de modis prioris) y de simultaneidad (de modis simul), las clases de movimiento (de modis speciei motus) y los diversos modos de “tener” (de modis habere).

      El último tratado corresponde al estudio sobre la Analítica Posterior de Aristóteles. En seis disputaciones estudia lo esencial de la demostración y finaliza con la disputa sobre la unidad y distinción de las ciencias (De unitate et distinctione scientiarum).

      Aunque un solo manuscrito es muy poco para juzgar medio siglo de filosofía en Quito, podemos, sin embargo, afirmar que en Quito no se conocía a Aristóteles en sus propias obras, a fines del siglo XVI. Se lo conocía a través de los Comentarios de Santo Tomas y, particularmente, a través de la Introducción a las Categorías de Aristóteles de Porfirio, obra que gozó de gran prestigio en la Edad Media. En sus contenidos, pues, la filosofía quiteña de la época que nos ocupa se nos presenta como típicamente medieval.

      El método que se seguía en la enseñanza de la Filosofía era el tradicional de la Cristiandad medieval, en base a las lecciones (lectio) y discusiones (disputatio) reforzadas con los actos académicos públicos o privados que se tenían regularmente. Es más, en el horario cotidiano de los estudiantes se señalaba el tiempo que debían argüir entre sí. Todo estaba dirigido a preparar recitadores y disputadores hábiles que tenían –hay que reconocerlo- un conocimiento profundo de los laberintos filosóficos o teológicos por los que transitaban. De allí la gran importancia que se concedía en las clases y en los apuntes a la refutación de los argumentos de los contrarios.

      Esto explica que en 1573 figure ya el convento agustiniano como una casa formada y de vida regular, apta para la apertura del noviciado, como sucede al año siguiente. Entre los padres que formaban esta primera comunidad estaba el “Lector Gramaticae et Artium F. Augustinus López”.(Tomás de Herrera, 1644, p. 173). Juaquín Brulio, refiriéndose a este padre, dice: “P. Augustinus López Philosophise proffesione egregius”.(1651, p 107).

      Apenas si nos han quedado noticias de los estudios agustinianos de esta época. Uno de los alumnos que cursó filosofía en San Agustín fue Miguel Sánchez Solmirón, futuro Dean de la Catedral de Quito. Pablo Herrera (1927, p. 9) dice:

      Entre los eclesiásticos del clero secular sobresalió D. Miguel Sanchéz Solmirón, natural de Sevilla. Vino a Quito, muy joven, hacia el año de 1580. Estudió el curso de artes en San Agustín cuyo Profesor fue Fr. Ignacio de Ordaz, y algunas materias de Teología en Santo Domingo, bajo la dirección del P. Maestro Fr. Juan de Aller.

      En esta primera época los agustinianos se interesaron vivamente por los estudios. En 1581 tomaron a su cargo el Colegio Franciscano de San Andrés y lo dirigieron hasta su extinción con el nombre de Colegio de San Nicolás de Tolentino. Pronto pidieron también autorización para fundar una Universidad en su convento, como veremos más adelante.

      No hemos podido precisar el año en que los franciscanos establecieron los estudios de Filosofía y Teología en su convento de Quito. En todo caso, el 15 de julio de 1579, el padre fray Antonio de Zúñiga se dirigía al rey en estos términos.

      Sin indicar fechas, aunque del contexto se desprende que se refiere al último cuarto del siglo XVI y principios del siglo XVII, el padre Córdova Salinas dice refiriéndose al Convento de San Pablo de Quito:

      En casa de Noviciado y Seminario de toda virtud, en él se han criado muchos y grandes siervos de Dios. También florecen las sagradas letras con grandes ventajas. Para esto tiene tres lectores jubilados más otros tres lectores actuales de teología escolástica, que para jubilarse han de leer quince años. Otros dos de Lógica y Filosofía y un maestro de estudios con que la Provincia goza de muchos sujetos doctos y de insignes predicadores. (Crónica Franciscanas de las Provincias del Perú, p. 1038)

      Y al escribir el principal de los cuatro claustros del convento dice:

      Tiene dos escaleras de piedra cubiertas la una de bóveda y la otra de una media naranja por extremo vistosa, vestidas las paredes de hermosísimos lienzos. En este claustro están las aulas de Artes y Teología y un grandísimo tesoro, que es la librería de innumerables y curiosos libros, que ocupan más de medio lienzo del claustro. (En Córdova Salinas, 1957, p. 1037)

      El padre Compte parece sugerir que mucho antes de 1589 los franciscanos habían establecido la enseñanza de Filosofía y Teología en su convento. Dice:

      Si los Franciscanos,…, treinta y cuatro años antes de que los PP. Jesuitas abrieran su primer curso de filosofía (en 1589), eran capaces de sostener el colegio de San Andrés y dar en el mismo una educación y instrucción muy vasta a la Juventus, cómo no había de tener suficiencia para enseñar filosofía a sus propios alumnos?.

      Córdova Salinas afirma expresamente que los franciscanos Fray Gerónimo Tamayo y Fray Alonso Ramiro fueron catedráticos de Artes y Teología. (Crónicas Franciscanas de las Provincias del Perú… En Córdova Salinas, 1957, libro sexto, cap. IX. pp. 1030-1039.)

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