Espejo rojo. Simone Pieranni. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Simone Pieranni
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789876286022
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      SIMONE PIERANNI

       ESPEJO ROJO

      Nuestro futuro se escribe en China

      Traducción de Diego Bigongiari

      “El futuro posible en China podría ser el siguiente: la enorme población del país se reunirá como una verdadera gran familia en una gran máquina gestionada por el gobierno”. El autor de esta frase es Han Song. No es un sociólogo, no es un político, es un escritor de ciencia ficción, alguien acostumbrado a realizar predicciones imaginarias, de cumplimiento improbable.

      Como demuestra Espejo rojo, Han Song acertó. El descollante desarrollo tecnológico de China, a la par que mejora las infraestructuras y es un elemento clave en el crecimiento de la economía de las últimas dos décadas, es también, y sobre todo, un formidable aparato de control social. Los smartphones han hecho la vida más fácil, pero permiten hacer un seguimiento minucioso de la actividad de los ciudadanos; los puntos que se asignan según el cumplimiento de las leyes, aseguran un mayor apego a las normas y automáticamente generan listas negras, personas marcadas y señaladas; las ciudades inteligentes son una proeza de la planificación y el bienestar, y tienen implícito un sistema de vigilancia y castigo. No hay progreso que no conlleve una mayor intromisión del Estado en la esfera privada.

      Simone Pieranni escribió lo que probablemente sea el mejor libro para entender la China actual. Analiza las políticas del presente y las relaciona con una cultura varias veces milenaria, que filosóficamente no está reñida con las prácticas actuales. Y nos alerta sobre la deriva autoritaria que puede tener el uso intensivo de la tecnología en manos del Estado de grandes conglomerados privados. En China y en cualquier otro país del mundo.

      Pieranni, Simone

      Espejo rojo / Simone Pieranni. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Edhasa, 2021.

      Libro digital, EPUB

      Archivo Digital: descarga y online

      Traducción de: Diego Bigongiari.

      ISBN 978-987-628-602-2

      1. Ensayo Económico. I. Bigongiari, Diego, trad. II. Título.

      CDD 330.01

      Título original: Red Mirror. Il nostro futuro si scrive in Cina

      Diseño de cubierta: Juan Pablo Cambariere

       “Questo libro è stato tradotto grazie ad un contributo alla traduzione assegnato dal Ministero degli Affari Esteri e della Cooperazione Internazionale Italiano”

      “Este libro ha sido publicado gracias a la contribución para la traducción del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Cooperación Internacional Italiano”.

      © 2020, Gius. Laterza & Figli, All rights reserved

      © de la traducción Diego Bigongiari, 2021

      © de la presente edición Edhasa, 2021

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      ISBN 978-987-628-602-2

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      Conversión a formato digital: Libresque

      A Benedetto

      Capítulo 1

      El nuevo Silicon Valley es chino

      “En la China actual es imposible imaginar que un individuo pueda sobrevivir en una ciudad china sin un smartphone”.

      Chen Qiufan

      Pekín, marzo de 2019. Mientras almuerzo en casa, reviso las noticias del día en WeChat. Luego salgo y, mientras camino por los hutong (las antiguas callejuelas de la capital que sobreviven a los muchos cambios en curso en la ciudad), con WeChat reservo el taxi para ir a una cita en un bar del barrio de la electrónica de la capital china. Dentro del bar, gracias a la ID del WeChat pongo a cargar mi smartphone en los prácticos cubículos ubicados en la entrada del local y encuentro a la persona con la que tengo mi cita. Luego recupero mi smartphone y pago lo que consumí con WeChat. Tengo hambre, así que apenas salgo busco en la aplicación un restaurante mongol –una de mis pasiones– en las cercanías. WeChat me indica uno a pocos cientos de metros de mi posición, en el interior de un centro comercial. Cuando llego, me ubico en la cola. Mientras espero mi turno para entrar, con WeChat miro el menú y ordeno. Mientras como, envío a algunos amigos el código QR del restaurante: se trata de bonos de descuento recién obtenidos gracias a mi almuerzo. En respuesta, los recibo yo también: bonos para restaurantes, tiendas y para los muchos mercados online presentes en la app. Me despierta curiosidad una tienda de robots: descargo el “miniprograma” del negocio virtual y comienzo a mirar el catálogo mientras almuerzo. Al terminar la comida, pago con WeChat. Mientras tanto, intercambio mensajes, recibo documentos, tomo otras citas: todo con la misma app.

      Salgo del centro comercial y controlo en el mapa de WeChat la zona adonde debo ir para otra cita. Calculo el recorrido: tomo un ómnibus y después el metro y en ambos casos pago con WeChat. En tanto, compro online las entradas para un cine al que iré al día siguiente y envío un dinero que debía a una persona, siempre vía WeChat. Tras mi cita, salgo y me detengo frente a un pequeño negocio de pocos metros cuadrados que pertenece a una pareja de chinos del Sur, compro unos ravioles que pago con WeChat gracias al código QR colgado junto a la puerta que conduce a la pequeña cocina. Luego, con el WeChat, reservo un pasaje de tren a Shanghai y una habitación de hotel. Finalmente, voy a un evento en uno de los rascacielos junto a la Jianguomen, la larga avenida que lleva a la plaza Tian’anmen. La invitación me llegó vía WeChat a través de una amiga, cuando todavía estaba en Italia: en nuestro chat encuentro la localización, la entrada electrónica y recibo de pago (que archivo en una oportuna aplicación, siempre dentro de WeChat, que ayuda a gestionar la contabilidad propia). Llegado al lugar escaneo el código QR y recibo toda la documentación relativa al evento (una conferencia sobre las relaciones entre China y Estados Unidos). Con la documentación recopilada, me encuentro en un grupo con todos los presentes (los contactos los introduzco en una app especial dentro de WeChat que permite gestionar mejor toda esta información).

      Al término de la conferencia, voy a cenar con algunos de los participantes. En cierto momento todos nuestros ojos acaban en el celular: WeChat pide la actualización de nuestras informaciones. Y aquí estamos, una gran mesa entera empeñada en hacerse selfies para permitir a WeChat tener bajo control nuestros datos biométricos. Cuando terminamos la cena, con WeChat dividimos la cuenta en partes iguales. Volviendo a casa pienso en mi cita de la mañana: en el barrio de la electrónica, en la zona de las startups ligadas a la inteligencia artificial, me encuentro con un joven gerente chino. A cierta altura de nuestra conversación, tras el enésimo ejemplo del tiempo que permite ahorrar el WeChat (las colas en el banco, en las oficinas públicas, en el cine y en miles de otros lugares) le pregunté a qué se le dedica todo ese tiempo ahorrado. “Quizá para estar con el celular”, me respondió sonriendo. En efecto, durante un día entero