La edad de oro de los reyes de Bosnia: del siglo X al XV
Los reyes de Bosnia ejercieron su poder entre los siglos X al XV a pesar de algunas dominaciones como la del primer reino búlgaro, a finales del siglo X; una breve ocupación del rey de Hungría Ladislao I en el 1091, y la dominación bizantina entre 1159 y 1180.
Poder, en su mayoría, bajo la tutela de los reyes húngaros, que dominan Croacia. Uno de los primeros, y mejor conocido, es Kulin Ban (ban quiere decir «rey»). En 1130 se reconoce la independencia del país gracias a él. Las fronteras de Bosnia toman su actual contorno con, entre otras cosas, la restitución por parte del rey de Serbia, Stéphan Nemanjić, de la futura Herzegovina que se había anexado en 1180. Kulin Ban reina en un país pacificado hasta 1204. El ban Stjepan II Kotromanic (1322-1353) continúa con esta tarea, siempre bajo tutela húngara, y unifica el territorio ampliando la autoridad húngara a la provincia de Hum (Herzegovina), restituida bajo el reinado de Kulin. Su sobrino y sucesor, Tvrtko I (1353-1391), amplía aún más el banato o reino y en 1377 se hace coronar rey de Serbia y Bosnia. A su muerte, en 1391, el Reino de Bosnia está en su apogeo y se extiende hasta las islas dálmatas, entre ellas Korcula y Hrvar. En 1435, la provincia de Hum, conquistada en 1180 y posteriormente restituida por el rey de Serbia Nemanjić, se convierte en un ducado independiente por voluntad de Stjepan Vukić, noble bosnio. Toma el nombre de Herzegovina, que significa «ducado independiente» (herceg o «ducado»). Durante todo este periodo, más concretamente, a partir de los siglos XI y XII, aparece en Bosnia una secta cristiana de origen búlgaro, los bogomilos. Esta creencia es adoptada rápidamente por los diferentes principados bosnios, que ven en ella un modo de lucha contra las influencias romanas y bizantinas.
Flor de lis, símbolo del país
La flor de lis está presente en la bandera actual de Bosnia y Herzegovina. En el siglo XIV ya figura en el escudo de los reyes de Bosnia y, sobre todo, en el de Tvrtko I. No hay certeza sobre esta sorprendente intrusión en la realeza bosnia. Entre las hipótesis que se barajan, la flor de lis figura en el escudo de la provincia de Anjou, pero Helena de Anjou, casada con Uroš I, que reina sobre el imperio serbio, solo tiene ese nombre por un error de traducción de Angelina. Su familia, que cuents en su reino con reyes y príncipes, reina sobre Hungría. Hungría también está presente en los Balcanes en esa época.
Otra teoría más sencilla, el lirio bosnio (Lilium bosniacum) es un lirio especial para Bosnia; razón por la cual los reyes la habrían elegido como motivo para sus blasones.
El período otomano: del siglo XV a finales del XIX
Más tarde, y durante mucho tiempo, los otomanos protagonizarán el período más importante de la historia del país. Ya en 1371 hacen incursiones en los Balcanes. Sin embargo, es la batalla de Kosovo Polje, en 1389, la que pasa a la historia. Ese día se enfrentan los ejércitos del rey serbio Lazar, apoyado por otros príncipes de los Balcanes, y los del sultán otomano Murat. Si bien el resultado de la batalla es incierto, marca el comienzo de una conquista implacable de los otomanos, que ya había comenzado algunos años antes.
Este avance hacia Europa solo se detendrá en Viena en 1683 con Soliman el Magnífico. En 1463 ya habían conquistado la mayor parte de Bosnia y Herzegovina, fecha en la que el ejército otomano se apoderó del castillo de Babovac y puso fin a la dinastía Kotromanic. Las pocas regiones que faltan tardarán más en caer; Bihać resiste hasta 1592.
Realizan inmediatamente cambios drásticos en la sociedad civil y la administración; y, aunque la conversión al islam no es obligatoria, se les ofrecen más beneficios a los convertidos, como ser propietarios, votar u ocupar cargos oficiales. Aparte de los jenízaros a finales del siglo XVI (parte de los prisioneros de guerra o niños secuestrados de sus familias y criados en Anatolia con el fin de formar cuerpos del ejército para el sultán), no hubo realmente conversiones forzosas. Así, los católicos, ortodoxos y judíos pudieron seguir existiendo como tales, aunque unos y otros tendrían que esperar la decadencia del imperio para construir o reconstruir nuevos templos.
Bosnia y Herzegovina prospera bajo los otomanos. Las ciudades como Sarajevo o Móstar crecen considerablemente y la aportación arquitectónica es inmensa. Se establece un sistema de propiedad de la tierra. Se crean distritos militares y administrativos, los sandjaks. En 1580, toda la región, incluida Serbia, queda bajo la administración de un bajalato, que reconoce al país cierta forma de autonomía.
Del dominio austrohúngaro a la Primera Guerra Mundial: de 1878 a 1918
Se crea un estatuto especial de «Corpus separatum», que significa que Bosnia no pertenece ni a Austria ni a Hungría. Aún así, se realizan grandes inversiones en la economía, administración y transformación de las ciudades, con la aportación de las técnicas de la revolución industrial. Esto no evita las reivindicaciones nacionalistas, apoyadas por las potencias extranjeras hostiles a Austria-Hungría. Para protegerse,