El amor no es para mí. Dana Darius. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Dana Darius
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788412235753
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¿tú también cantas?

      —No, que va, se me da fatal, pero Ella es fantástica. Bueno, ya la escucharás.

      De repente entro en el estudio y me colocan unos cascos enormes, me plantan delante de un micrófono y empieza a sonar una melodía preciosa de la canción que canté en el parque, One moment in time, y mi voz comienza a escucharse como si toda la vida me hubiera dedicado a aquello, supongo que lo llevo en los genes. De repente aparece por detrás de la cristalera un chico que no deja de mirarme. Es moreno, ojos verdes, alto, guapísimo, y me desconcentra un poco, pero logro volver a recuperar la compostura. «No pienses en chicos que no son buenos para ti, además tiene pinta de malote…». Sigo con mi canción, de repente entra en la sala de grabación y canta junto a mí. «¡Dios! ¡Qué voz!», y me quedo cortada mirándolo como atontada.

      —Perdona, no he podido evitarlo, es que cantas muy bien y esta canción me gusta mucho, no quería incomodarte. —Parece arrepentido de interrumpirme con la canción.

      —No, tranquilo, es solo que me he sobresaltado y me ha dado un poco de vergüenza. —Miento como una bellaca, canto delante de la gente desde que tenía cinco años, vergüenza no es, es otra cosa que no acabo de identificar.

      —Me llamo Noah y tú eres…

      —Ella, me llamo Ella, tú debes de ser el chico que me dijo Leopoldo, el que busca una voz femenina para un dueto.

      —Sí, y la acabo de encontrar, si tú quieres claro… Me gusta mucho tu tono de voz, y creo que podemos encajar bien.

      —Bueno, tendré que aprenderme la letra y eso, pero me parece bien. —Creo que yo con este tío encajaría bien dónde fuera. Tú no lo has visto pero está como un tren. Mi mente me la juega: «¡Que paso de tíos!», le grito alto y claro para que se entere porque por lo visto no lo sabe aún.

      Leopoldo aplaude y sonríe, no sé si porque cree que voy a ser un buen fondo de inversión para él o porque cree que de verdad puedo triunfar en esto. Pero de momento creo que aparcaré mi sueño de abrir un bar de copas y lo sustituiré por el de cantar, que también es otra cosa que siempre he querido.

      Mi vida está empezando a cambiar, y sin saber cómo, he firmado un contrato con una importante cadena musical.

      Mi amiga no para de hablarme del cantante del que ya no me acuerdo ni cómo se llama, pero sí de ese cuerpazo que tiene. Soy libre para elegir lo que quiero hacer con mi vida y de momento escucho una y mil veces la canción que quieren que cantemos que, por cierto, es preciosa, una balada lenta y romántica. No es lo que siento ahora, ya que huyo de lo romántico pero la canción es bonita de verdad.

      Capítulo 2

      Componiendo canciones

      (Ella)

      Hoy me he despertado con una sensación extraña, he estado pensando en todo lo que me ha pasado últimamente y creo que todo es cosa del destino.

      Me explicaré mejor, en estas últimas semanas he vuelto a ser soltera y creo que he encontrado algo que hacer con mi vida, que andaba un poco perdida. Lo cierto es que creo que siempre he estado perdida y últimamente no dejo de pensar en Lucas. Él me conocía muy bien y nos compenetrábamos a la perfección, no tengo ni un solo recuerdo malo de él, aunque seguro de que hubo muchos, pero es como si mi mente los hubiera eliminado de mi memoria. Solo recuerdo un amor ideal, una relación estupenda, aunque no sería tan perfecto cuando me fijé en otro chico. Bueno, a lo que iba, que últimamente estoy como en una nube que no sabe si clarear el día o volverlo lluvioso, y ahora con la canción que estamos grabando me siento como en otro mundo.

      Cuando entro en el estudio y me pongo a cantar es como si algo se apoderara de mí, como si no fuera yo. Me siento como una gran artista y cuando nos escuchamos alucino. No sé cómo no había pensado antes en ese tipo de vida, en cantar. Ya me había dicho Lucas que cantaba muy bien, pero nunca me imaginé siguiendo los pasos de mi madre. Hasta mi padre está contento, claro que cantar es mejor que estar de camarera sin tener un lugar fijo de trabajo.

      Cuando le conté lo que me había pasado en el parque alucinó un poco, pero me dijo que no era de extrañar que me pararan para proponerme algo así porque mi voz es como de otro mundo; es mi padre, qué va a decir él. Me dijo que una oportunidad así no la podía rechazar y eso hice, aceptarla, y ahora me veo grabando una canción con un chico que apenas conozco. Intento evitarlo aunque creo que no podré por mucho tiempo, veo que cada día intenta abordarme cuando terminamos de grabar, aunque siempre logro escabullirme. En el fondo me da un poco de pena, aunque mira, ayer quedó con mi amiga Maka.

      He decidido seguir con mi vida y cumplir todos mis sueños que no están relacionados con el amor, porque en vista del éxito prefiero intentar cumplir el resto. Ayer estuve hablando con mi prima Raquel y me dijo que podría abrirme mi negocio y también cantar, porque el bar de copas solo abriría de noche y no voy a estar grabando a esas horas. Y he pensado que tiene razón, así que he llamado a aquel local que tanto me gustaba y he quedado para ir a verlo mañana.

      Ahora me estoy preparando para ir a grabar. Nada del otro mundo, me pongo una camiseta de tirantes, porque estamos en junio y hace un calor de mil demonios, un tejano de tiro alto, que me hace una cintura alucinante, y unos zapatos, cómo no, de tacón de aguja y terminados en pico. No los Manolos porque esos se los comió Roquet, sino unos Jimmy Choo. Me he lavado el pelo, lo he secado y alisado, llevo una media melena rubia que, por cierto, me favorece bastante, y ahí voy otro día más.

      Cuando llego al estudio Leopoldo me está esperando.

      —Buenos días, Ella, ¿qué tal estás?

      —Muy bien. —Me extraña verle con tanto ímpetu por la mañana.

      —Verás, hoy Noah no puede venir a grabar y he pensado que podríamos mirar algunas canciones que puedan encajarte y empezar a grabar tu propio disco, ¿qué te parece? —Lo miro con la boca abierta, y no me lo creo.

      —¿Me lo dices en serio? No sé, pensé que tardaríamos mucho más, no sé si estoy preparada para esto, yo nunca he compuesto nada, no se me da bien.

      —Tranquila, que no tienes que componer las canciones tú, tenemos compositores muy válidos. Creo que iría muy bien hacer alguna melodía a piano o algo así, tenemos algunas canciones muy buenas pero no tenemos quién pueda cantarlas y creo que a ti te pueden gustar, vas a ser como Leona Lewis, ¿no te gustaría?

      —Sí, me encanta el estilo de música que hace, pero es imposible compararme con una artista como ella. —Ahora sí que creo que se ha tomado algo esta mañana porque flipa por un tubo.

      —Tú no te has escuchado bien, ¿no? Bueno, no importa, yo sí que tengo buen oído y creo que puedes ser lo que tú quieras. Vamos a escuchar esas canciones. —Lo miro y no veo un ápice de mentira en sus ojos, debe de decirlo en serio, pero no me imagino cantando como Leona Lewis.

      Me presenta a Jordi Tárrega, el compositor que se supone que me ayudará con mis canciones. Ya había oído hablar de él, es un compositor muy importante, además de un pianista muy bueno y por supuesto un cantante excepcional. Tiene canciones preciosas y sí, son del estilo de Leona, que miedo da… Pero lo cierto es que me gustan mucho y me encuentro en mi salsa. Hay una canción de todas las que he escuchado que definitivamente es para mí. La escucho y es mi historia con Lucas, habla de un recuerdo que no deja de aparecer en la mente y de un grave error, de un amor perfecto que se perdió por culpa de una tontería y de que ya no hay vuelta atrás. Escucho con mucha atención y todo lo que oigo me enamora, no quiero nada con nadie, y lo tengo claro, solo querría volver con Lucas, él ha sido y siempre será el amor de mi vida.

      Dicen que las señales a veces existen y esa canción es una señal, así que cojo la hoja de la letra y mientras suena la música leo entonando un poco: Y así te perdí, que tonta fui, no supe ver lo que ofrecías, no supe darte lo que merecías y ahora