La espiritualidad puritana y reformada. Joel Beeke. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Joel Beeke
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Философия
Год издания: 0
isbn: 9781629461557
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embargo, tienen almas tan lánguidas y hambrientas? No conozco ninguna otra causa más cierta ni mayor que su ignorancia e inconsiderada negligencia de la meditación”. Algunos oidores tienen anorexia espiritual –dijo Baxter– porque “no tienen apetito ni digestión”, pero otros tienen bulimia espiritual –“tienen apetito, pero no digestión–”.407

      Los puritanos bien concienciados a menudo tomaban notas de sermones para ayudar a facilitar la meditación. En mi propia congregación, una anciana cristiana decidió emular esta práctica. Cada sabbat por la noche pasaba una hora sobre sus rodillas con notas de los sermones del día, orando y meditando a su manera mediante ellos. A menudo sentía que ésta era la mejor parte de su sabbat.

      En segundo lugar, para recibir adecuadamente el sacramento de la cena del Señor, se espera que el creyente medite en el Señor Jesús como el sacrificio por su pecado. Como escribió Thomas White: “Medita en tus deberes preparatorios, concomitantes y subsiguientes: Medita en el amor de Dios el Padre, en el amor de Dios el Hijo, Jesucristo; considera la excelencia de su persona, la magnitud de sus sufrimientos, y cuán válidos son para las satisfacción de la justicia de Dios; y, de la misma manera, considera la excelencia, naturaleza y utilidad del sacramento”.408

      Calamy enumeró doce temas para la meditación durante el sacramento: “el gran y maravilloso amor de Dios el Padre al dar a Cristo; el amor de Cristo al darse a sí mismo; la maldad del pecado; la excelencia de esta fiesta sacramental; tu propia indignidad; tus carencias y necesidades espirituales; la condición maldita de un receptor indigno; la condición feliz de quienes vienen dignamente; los elementos sacramentales [pan y vino]; las acciones sacramentales [cómo representan a Cristo las acciones del ministro], las promesas sacramentales; qué retribución hacer a Cristo [por el don de su Cena]”.409Algunos teólogos puritanos, como Edward Reynolds, escribieron tratados enteros para ayudar a los creyentes durante la cena del Señor.410John Owen mostró cómo la preparación para la cena del Señor implicaba meditación, examen, súplica y expectación.411Se esperaba de todo creyente que participara de esta preparación.412

      En tercer lugar, cada sabbat era una ocasión especial para la meditación. Era un tiempo de nutrición espiritual para los temerosos de Dios, que se aprovisionaban de bienes espirituales para la semana que venía. De ahí que el sabbat fuera cariñosamente llamado “el día de mercado para el alma”.

      Finalmente, puritanos como Nathanael Ranew, que escribió extensamente sobre la meditación, dieron diversas direcciones a los creyentes, dependiendo de su madurez espiritual. Ranew escribió capítulos para “jóvenes cristianos recién convertidos”, “cristianos más maduros y mayores”, y para “cristianos ancianos”. Cuanto mayor fuera el cristiano, mayor expectación había de meditaciones más profundas.413

      Los Beneficios de la Meditación

      Los puritanos dedicaron muchas páginas a los beneficios, excelencias, utilidad, ventajas y mejoras de la meditación. Éstos son algunos de tales beneficios:

      • La meditación nos ayuda a centrarnos en el Dios trino, amarlo y disfrutarlo en todas sus personas (1 Juan 4:8) –intelectual, espiritual y estéticamente–.

      • La meditación ayuda a aumentar el conocimiento de la verdad sagrada. “Quita el velo de la faz de la verdad” (Prov. 4:2).

      • La meditación es “la nodriza de la sabiduría”, pues promueve el temor de Dios, que es el principio de la sabiduría (Prov. 1:8).

      • La meditación aumenta nuestra fe, ayudándonos a confiar en el Dios de las promesas en todos nuestros problemas espirituales, y en el Dios de la providencia en todos nuestros problemas externos.414

      • La meditación potencia nuestros afectos. Watson llamó la meditación “los bramidos de los afectos”. Dijo: “La meditación incuba los buenos afectos, como la gallina sus polluelos al sentarse sobre ellos. Encendemos el afecto sobre este fuego de la meditación” (Sal. 39:3).415

      • La meditación fomenta el arrepentimiento y la reforma de vida (Sal. 119:59; Ez. 36:31).

      • La meditación es un gran amigo de la memoria.

      • La meditación nos ayuda a ver la adoración como una disciplina a cultivar. Nos hace preferir la casa de Dios a nuestra propia casa.

      • La meditación transfunde la Escritura a la textura del alma.

      • La meditación es una gran ayuda a la oración (Sal. 5:1). Afina el instrumento de la oración antes de la oración.

      • La meditación nos ayuda a oír y leer la Palabra con verdadero beneficio. Hace que la palabra esté “llena de vida y energía para nuestras almas”. William Bates escribió: “Oír la Palabra es como la ingestión y, cuando meditamos sobre la Palabra, esto es la digestión. Y esta digestión de la Palabra mediante la meditación produce cálidos afectos, celosas resoluciones y santas acciones”.416

      • La meditación sobre los sacramentos ayuda a nuestras “gracias a ser mejores y más fuertes”. Ayuda a la fe, la esperanza, el amor y la humildad, y numerosos consuelos espirituales florecen en el alma.

      • La meditación acentúa la maldad del pecado. “Agrupa todas las armas y reúne todas las fuerzas de los argumentos para hacer sentir el peso del pecado en nuestro corazón” –escribió Fenner–.417 Thomas Hooker dijo: “La meditación afila el aguijón y la fuerza de la corrupción, para que penetre más imperiosamente”.418 Es un “fuerte antídoto contra el pecado” y “una cura de la codicia”.

      • La meditación nos capacita para “desempeñar los deberes religiosos, porque transmite al alma el vivo sentido y sentimiento de la bondad de Dios, así que el alma es alentada al deber”.419

      • La meditación ayuda a prevenir pensamientos vanos y pecaminosos (Jer. 4:14; Mt. 12:35).Ayuda a apartarnos de este presente siglo malo.

      • La meditación proporciona recursos internos de los que beneficiarnos, incluyendo dirección para la vida diaria (Prov. 6:21-22).

      • La meditación nos ayuda a perseverar en la fe. Mantiene nuestros corazones “sabrosos y espirituales en medio de todas nuestras ocupaciones externas y mundanas” –escribió William Bridge–.420

      • La meditación es una poderosa arma para prevenir a Satanás y la tentación (Sal. 119:11,15; 1 Jn. 2:14).

      • La meditación proporciona alivio en las aflicciones (Is. 49:15-17; He.12:5).

      • La meditación nos ayuda a beneficiar a los demás con nuestra comunión y consejo espirituales (Sal. 66:16; 77:12; 145:7).

      • La meditación promueve la gratitud por todas las bendiciones derramadas sobre nosotros por Dios a través de su Hijo.

      • La meditación glorifica a Dios (Sal. 49:3).421

      En resumen, como escribió Thomas Brooks: “La meditación es el alimento de vuestras almas; es el mismo estómago y calor natural por los que las verdades espirituales son digeridas. Un hombre vivirá sin su corazón cuando sea capaz de sacar provecho de lo que lee sin la meditación… No es el que más lee, sino el que más medita, el que demostrará ser el cristiano más selecto, dulce, sabio y fuerte”.422

       Los Obstáculos de la Meditación

      Los líderes puritanos con frecuencia advirtieron al pueblo de los impedimentos para la meditación. Presentamos, a continuación, un resumen de sus respuestas a tales obstáculos:

      Obstáculo #1: Ineptitud o ignorancia. Los tales dicen que “no pueden concentrar sus pensamientos en un objeto”. Sus “pensamientos son ligeros como una pluma, llevados de aquí para allá”.

      Respuesta: La incapacidad, la ignorancia y los pensamientos errantes no ofrecen exención del deber. Tu “pérdida de la capacidad” no supone la “pérdida del derecho” de Dios. La verdad sea dicha: probablemente eres