Legends, Tales and Poems - The Original Classic Edition. Becquer Gustavo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Becquer Gustavo
Издательство: Ingram
Серия:
Жанр произведения: Учебная литература
Год издания: 0
isbn: 9781486413355
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to the west of the town of Borja and to the south of Tarazona. The panorama presented to the view from its summit is most extensive. To the south can be seen vaguely the Sierra de Guadarrama, to the southeast the mountains of Teruel, to the east the plain of the Ebro, to the north and northeast the Pyrenees and to the west the summits of the Cantabrian range. The rivers Queiles, Huecha, and others of less importance have their source in the Moncayo. It is the ancient Mons Caunus, celebrated in history for the defeat of the Celtiberians in the time of the consul Tiberius Sempronius Gracchus (governor of Hither Spain from 181 to 178 B.C.).] Fija la mirada en aquel fantastico ejercito de nubes que parecian correr al asalto de la pena sobre cuyo pico iba a morir la bruja, yo estaba esperando por instantes cuando se abrian sus senos para abortar a la diabolica multitud de espiritus malignos, comenzando una lucha horrible al borde del derrumbadero, entre los que estaban alli para hacer justicia en la bruja y los demonios que, en pago de sus muchos servicios, vinieran a ayudarla en aquel amargo trance. --Y por fin, exclame interrumpiendo el animado cuento de mi interlocutor, e impaciente ya por conocer el desenlace, ?en que acabo todo ello? ?Mataron a la vieja? Porque yo creo que por muchos conjures que recitara la bruja y muchas senales que usted viese en las nubes, y en cuanto le rodeaba, los espiritus malignos se mantendrian[1] quietecitos cada cual en su agujero; sin mezclarse para nada en las cosas de la tierra. ?No fue asi? [Footnote 1: se mantendrian = 'must have remained,' 'probably remained.'] --Asi fue, en efecto. Bien porque en su turbacion la bruja no acertara con la formula, o, lo que yo mas creo, por ser viernes, dia en que murio Nuestro Senor Jesucristo, y no haber acabado aun las visperas, durante las que los malos no tienen poder alguno, ello es que, viendo que no concluia nunca con su endiablada monserga, un mozo la dijo que acabase y levantando en alto el cuchillo, se dispuso a herirla. La vieja entonces, tan humilde, tan hipocritona, hasta aquel punto, se puso de pie con un movimiento tan rapido como el de una culebra enroscada a la que se pisa y despliega[1] sus anillos irguiendose llena de colera.--!Oh! no; !no quiero morir, no quiero morir! decia; !dejadme, u os mordero las manos con que me sujetais!... Pero aun no habia pronunciado estas palabras, abalanzandose a sus perseguidores, fuera de si, con las grenas sueltas, los ojos inyectados en sangre, y la hedionda boca entreabierta y llena de espuma, cuando la oi arrojar un alarido espantoso, llevarse por dos o tres veces las manos al costado con grande precipi- tacion, mirarselas y volverselas a mirar maquinalmente, y por ultimo, dando tres o cuatro pasos vacilantes como si estuviese borracha, la vi caer al derrumbadero. Uno de los mozos a quien la bruja hechizo una hermana, la mas hermosa, la mas buena del lugar, la habia herido de muerte en el momento en que sintio que le clavaba en el brazo sus dientes negros y puntiagudos. ?Pero cree usted que acabo ahi la cosa? Nada menos que eso: la vieja de Lucifer tenia siete vidas como los gatos.[2] Cayo por un derrumbadero donde cualquiera otro a quien se le resbalase un pie no pararia hasta lo mas hondo, y ella, sin embargo, tal vez porque el diablo le quito el golpe o porque los harapos de las sayas la enredaron en los zarzales, quedo suspendida de uno de los picos que erizan la cortadura, barajandose y retorciendose alli como un reptil colgado por la cola, !Dios, como blasfemaba! !Que imprecaciones tan horribles salian de su boca! Se estremecian las carnes y se ponian de punta los cabellos solo de oirla.... Los mozos seguian desde lo alto todas sus grotescas evoluciones, esperando el instante en que se desgarraria el ultimo jiron de la saya a que estaba sujeta, y rodaria dando tum-bos, de pico en pico, hasta el fondo del barranco; pero ella con el ansia de la muerte y sin cesar de proferir, ora horribles blasfemias, ora palabras santas mezcladas de maldiciones, se enroscaba en derredor de los matorrales; sus dedos largos, huesosos y sangrientos, se agarraban como tenazas a las hendiduras de las rocas, de modo que ayudandose de las rodillas, de los dientes, de los pies y de las manos, quizas hubiese conseguido subir hasta el horde, si algunos de los que la contemplaban y que llegaron a temerlo asi, no hubiesen levantado en alto una piedra gruesa, con la que le dieron tal cantazo en el pecho, que piedra y bruja bajaron a la vez saltando de escalon en escalon por entre aquellas puntas calcareas, afiladas como cuchillos, hasta dar, por ultimo, en ese arroyo que se ve en lo mas profundo del valle.... Una vez alli, la bruja permanecio un largo rato inmovil, con la cara hundida entre el legamo y el fango del arroyo que corria enrojecido con la sangre; despues, poco a poco, comenzo como a volver en si y a agitarse convulsivamente. El agua cenagosa y sangrienta saltaba en derredor batida por sus manos, que de vez en cuando se levantaban en el aire crispadas y horribles, no se si implorando piedad, o amenazando aun en las ultimas ansias.... Asi estuvo algun tiempo removiendose y queriendo inutilmente sacar la cabeza fuera de la corriente buscando un poco de aire, hasta que al fin se desplomo muerta; muerta del todo, pues los que la habiamos visto caer y conociamos de lo que es capaz una hechicera tan astuta como la tia Casca, no apartamos de ella los ojos hasta que completamente entrada la noche, la obscuridad nos impidio distinguirla, y en todo este tiempo no movio pie ni mano; de modo que si la herida y los golpes no fueron bastantes a acabarla, es seguro que se ahogo en el riachuelo cuyas aguas tantas veces habia embrujado en vida para hacer morir nuestras reses. !Quien en mal anda, en mal acaba! exclamamos despues de mirar una ultima 29 vez al fondo obscuro del despenadero; y santiguandonos santamente y pidiendo a Dios nos ayudase en todas las ocasiones, como en aquella, contra el diablo y los suyos, emprendimos con bastante despacio la vuelta al pueblo, en cuya desvencijada torre las campanas llamaban a la oracion a los vecinos devotos. [Footnote 1: a la que se pisa y despliega. Loose construction, in which the relative pronoun object of the first verb is understood as subject of the second.] [Footnote 2: The cat is credited in our colloquial English expression with two more lives.] Cuando el pastor termino su relato, llegabamos precisamente a la cumbre mas cercana al pueblo, desde donde se ofrecio a mi vista el castillo obscuro e imponente con su alta torre del homenaje, de la que solo queda en pie un lienzo de muro con dos saeteras, que transparentaban la luz y parecian los ojos de un fantasma. En aquel castillo, que tiene por cimiento la pizarra negra de que esta formado el monte, y cuyas vetustas murallas, hechas de pedruscos enormes, parecen obras de titanes, es fama que las brujas de los contornos tienen sus nocturnes conciliabulos. La noche habia cerrado ya, sombria y nebulosa. La luna se dejaba ver a intervalos por entre los jirones de las nubes que volaban en derredor nuestro, rozando casi con la tierra, y las campanas de Trasmoz[1] dejaban oir lentamente el toque de oraciones, como el final de la horrible historia que me acababan de referir. [Footnote 1: Trasmoz. See p. 2, note 2.] Ahora que estoy en mi celda tranquilo, escribiendo para ustedes la relacion de estas impresiones extranas, no puedo menos de maravillarme y dolerme de que las viejas supersticiones tengan todavia tan hondas raices entre las gentes de las aldeas, que den lugar a sucesos semejantes; pero, ?por que no he de confesarlo? sonandome aun las ultimas palabras de aquella temerosa relacion, teniendo junto a mi a aquel hombre que tan de buena fe imploraba la proteccion divina para llevar a cabo crimenes espantosos, viendo a mis pies el abismo negro y profundo en donde se revolvia el agua entre las tinieblas, imitando gemidos y lamentos, y en lontananza el castillo tradicional,[1] coronado de almenas obscuras, que parecian fantasmas asomadas a los muros, senti una impresion angustiosa, mis cabellos se erizaron involuntariamente, y la razon, dominada por la fantasia, a la que todo ayudaba, el sitio, la hora y el silencio de la noche, vacilo un punto, y casi crei que las absurdas consejas de las brujerias y los maleficios pudieran ser posibles. [Footnote 1: tradicional = 'legendary.' Legend says that this castle was built in a night by a magician to satisfy the whim of one of the early kings. Becquer tells the story of its construction in Carta septima.] LOS OJOS VERDES Hace mucho tiempo que tenia ganas de escribir cualquier cosa con este titulo. Hoy, que se me ha presentado ocasion, lo he puesto con letras grandes en la primera cuartilla de papel, y luego he dejado a capriclio volar la pluma. Yo creo que he visto unos ojos como los que he pintado en esta leyenda. No se si en suenos, pero yo los he visto. De seguro no los podre describir tales cuales ellos eran, luminosos, transparentes como las gotas de la lluvia que se resbalan sobre las hojas de los arboles despues de una tempestad de verano. De todos modos, cuento con la imaginacion de mis lectores para hacerme comprender en este que pudieramos llamar boceto de un cuadro que pintare algun dia. I --Herido va el ciervo, herido va; no hay duda. Se ve el rastro de la sangre entre las zarzas del monte, y al saltar uno de esos lentiscos han flaqueado sus piernas.... Nuestro joven senor comienza por donde otros acaban ... en cuarenta anos de montero no he visto mejor golpe.... !Pero por San Saturio,[1] patron de Soria![2] cortadle el paso por esas carrascas, azuzad los perros, soplad en esas trompas hasta echar los higados, y hundidle a los corceles una cuarta de hierro en los ijares: ?no veis que se dirige hacia la fuente de los Alamos,[3] y si la salva antes de morir podemos darle por perdido? [Footnote 1: San Saturio. Saint Saturius was