Hacia la Gran Universidad Chilena. Arnoldo Hax. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Arnoldo Hax
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561426269
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continua relacionado hasta el día de hoy.

      Durante su trayectoria en el MIT se le confiere la Cátedra Alfred P. Sloan, la más alta distinción que se le entrega en la Sloan School of Managment del MIT. Allí asumió diversos cargos de relevancia administrativa. Fue Chairman del Departamento de Estrategia de Sloan, Chairman del Senior Executive Program, Chairman del afamado Sloan Fellows Program, vicedecano de la Escuela y Chairman del Chile-MISTI Program. Ha escrito diez libros traducidos a diversos idiomas (incluido el chino y japonés) y un centenar de artículos publicados en diversas revistas especializadas. En reconocimiento de su labor académica la Universidad Católica de Chile le otorgó un Doctorado Honoris Causa, haciendo lo mismo la Universidad Politécnica de Madrid. El año 2013 el Presidente Sebastián Piñera lo condecoró con la Orden del Comendador por Servicios Distinguidos a la Patria.

      Juan José Ugarte se forma como arquitecto también en la Universidad Católica de Chile, graduándose como el mejor alumno de su generación. Durante su formación universitaria participa como dirigente estudiantil, en la difícil época del gobierno militar, lo que luego lo inhabilitó para partir como becado al extranjero. Realiza entonces su perfeccionamiento en el país.

      En una primera etapa, comparte su actividad académica con la práctica profesional, participando en importantes eventos internacionales de arquitectura, tales como las bienales de Venecia y Santiago y el Congreso Mundial de Arquitectura de Barcelona, donde alcanza diversos reconocimientos. Con el cambio de siglo opta por concentrar toda su actividad en la Universidad, sirviendo primero entre los años 2000 y 2005 como Director y Decano de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos, y luego, entre el 2005 y 2010, como Vicerrector Académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Más recientemente, entre mayo de 2010 y mayo de 2013, se desempeña como Jefe de la División de Educación Superior en el Ministerio de Educación de Chile.

      Durante su decanatura la Facultad de Arquitectura debió enfrentar el doble desafío de expandir el perfil profesional de sus egresados y profundizar la labor de investigación que realizaba. Así, se introducen en el currículo mayores niveles de formación general, se flexibilizan los programas de estudio y se expanden las capacidades académicas con la creación del primer programa de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos del país. Se profundiza la labor de investigación que la Facultad realiza, a través de la creación de centros interdisciplinarios, donde se atrae a la empresa para la realización de emprendimientos conjuntos.

      Como Vicerrector Académico, le corresponde liderar la comisión que crea el primer programa de “College” en el país (tal vez el primero en América del Sur), el que buscaba modernizar su pregrado y potenciar desde allí el posgrado, acercándolo a las mejores prácticas internacionales. Desde la Jefatura de la División de Educación Superior en el Ministerio de Educación, le corresponde generar diversas iniciativas legales orientadas a modernizar el sistema y administrar las tensiones en la asignación de los recursos que van a la Educación Superior, los que representan el cinco por ciento del total del Presupuesto Público de la Nación.

      Cuando Pedro Pablo Rosso era Rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, invita a Hax a conducir un conjunto de encuentros con las distintas facultades, para incorporarlas en su totalidad al proceso de Planificación Estratégica que la universidad estaba llevando adelante. Así, entre el 2006 y 2010, ello se realiza con una muy estrecha colaboración entre Arnoldo Hax y Juan José Ugarte, sentando las bases para la elaboración de los contenidos de este libro.

      ¿Por qué resulta oportuno este libro hoy?

      Hay dos temas centrales que preocupan en forma universal a todos los países: la injusta distribución del ingreso y el acceso a una buena educación. Vale destacar que ambos problemas están íntimamente relacionados, porque la manera más efectiva de contribuir a una distribución más equitativa del ingreso es proporcionando oportunidades de acceder a una educación de calidad a todos sus ciudadanos. La educación es indudablemente el más efectivo mecanismo de movilidad social. De allí entonces que la cuestión clave para crear una sociedad más plena y realizada es cómo resolver el problema de la entrega de una educación de gran calidad a todos los sectores.

      Es vergonzoso comprobar cómo en muchos países, entre los que se incluyen Chile y Estados Unidos, las condiciones de la entrega de una buena educación están profundamente influidas por las capacidades financieras de quienes la reciben. Si los ricos van a ser los que invariablemente reciben la mejor educación y los pobres la peor, resulta ilusoria la realización de esta movilidad social que es parte del proceso educativo. Lamentablemente no parece haber respuestas simples a este gran desafío; la pobreza atrapa y no es posible salir de ella, debido a la incapacidad de proporcionar una educación de calidad a los sectores más empobrecidos.

      Sin duda alguna, la universidad juega un papel preponderante en este objetivo de movilidad social, y en ese contexto una seria preocupación surge del escalamiento de los costos de la matrícula universitaria. Ello se debe a las enormes exigencias financieras que implica el desarrollo de una Gran Universidad, pero debemos estar alertas a que esta situación no se convierta en una barrera para lograr este ideal de movilidad social a la cual todos aspiramos.

      Hablando con el Decano de Ingeniería de la Universidad Católica, constatábamos que la inmensa mayoría de sus alumnos provienen de los segmentos socioeconómicos más altos (quintiles 4 y 5). A pesar de los esfuerzos de esta Facultad por atraer y proporcionar becas a los alumnos que pertenecen a los estratos socioeconómicos más bajos, ello no alcanza para contrarrestar los efectos antes descritos. Muchas razones podrían citarse para explicar este fenómeno, pero es claro que los segmentos de mayores ingresos de la sociedad tienen una ventaja incomparable para lograr la preparación, el acceso y el financiamiento de una formación universitaria.

      Un evento importante para la modernización de la educación en Chile se produce cuando el precio del cobre, en gran parte debido al desarrollo industrial de China, empieza a adquirir valores extremadamente altos, los más elevados de su historia. Esto permite al Gobierno de Chile la acumulación de grandes fondos de reservas, lo que a su vez posibilita el otorgamiento de una gran cantidad de becas para que profesionales chilenos puedan continuar sus estudios de graduados en el extranjero. Esta práctica sigue estando vigente hoy, lo que ha generado por cierto un debate en torno a las consecuencias de enviar estudiantes fuera de Chile, en lugar de crear las capacidades en las universidades chilenas de otorgar una calidad educacional similar a la que se obtiene en los mejores centros educacionales del mundo.

      La relevancia de las Universidades de Estados Unidos

      Es indiscutible que las Universidades de los Estados Unidos son reconocidas merecidamente como las mejores del mundo, y por consiguiente tenemos que reflexionar sobre las características que ellas poseen, para entender los desafíos que implica generar una Gran Universidad en Chile. Comenzamos con una reflexión personal. Cuando Hax se gradúa de ingeniero en la UC, tenía una increíble ambición de terminar sus estudios de graduado en Estados Unidos, y más allá de las dificultades para ser becado, logró obtener el financiamiento que le permitió cumplir ese sueño y llegar a Michigan para realizar los estudios de Master. Allí adquirió la experiencia vital, hace 50 años, de ser parte de la Universidad de los Estados Unidos. Resultó impactante reconocer el contraste con la Universidad Chilena. En Estados Unidos, el currículo universitario era comparativamente muchísimo más orientado y pragmático. Le sorprendió el hecho de que el alumno podía aprender significativamente a través de un sólido programa educativo, apoyado por una bibliografía bien concebida, sin necesariamente depender de la capacidad docente del profesor. En Chile, el profesor era todo y la clase el lugar de transferencia del conocimiento del profesor hacia el alumno. En Estados Unidos eso no era así; cada curso tenía un programa que incorporaba la clase como un elemento importante, pero no exclusivo. Existía además un importante acopio de literatura que uno debía leer, laboratorios, proyectos, seminarios, conferencias, que venían a complementar lo que la clase otorgaba. Así, uno aprendía independientemente de las capacidades docentes del profesor. Eso resultó para Hax una revelación importantísima, que aún ahora es esencial para comprender los alcances de la Universidad de los Estados Unidos.

      Otra dimensión que queremos