Todo pasa. Horacio Serrano. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Horacio Serrano
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789561425439
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no tiene en realidad techo, sino un cielo propio, interno, invertido, obra de la mano del hombre: una cúpula. Es la única en China, ajena a sus arquitectos y artífices, pero afín con la deidad. Bajo ella esperaba meditando el emperador. Sobre ella, por fuera, el cielo grande, la entidad tentada tocaba al pequeño cielo, al tentador, hecho por mano del hombre, puro en pura madera, sin clavos ni piedras ni metal.

      Al frente de este pabellón, el emperador construyó tres círculos concéntricos de piedra. En el centro, un bloque blanco, de tal naturaleza y colocado en tal forma, que quien habla sobre él escucha su voz, solo él, sin que nadie la oiga a su alrededor. Después de arrodillarse en el templo y caminar hacia el pabellón, el emperador subía los tres círculos y en el centro conversaba con el cielo, sin que nadie escuchara sus palabras en la tierra; solo él.

      Estas dos construcciones, los tres círculos y la piedra son el Tien Tan, el templo del cielo, uno de los monumentos más extraordinarios de Pekín. A él ya no llega el emperador, pero siempre el cielo lo circunda, tentado por su belleza.

      SUEÑOS

      30 de noviembre de 1966

      ¿Por qué se sueña?

      Por las influencias de dioses y demonios, se pensó en la antigüedad. La época moderna no ha sabido qué decir. Hasta que solo ayer, en 1900, Freud unió los sueños con la personalidad. No le interesaban a él los sueños como tales, chocó con ellos en su pesquisa del subconsciente y no pudo separarlos. Su Interpretación… es una obra trascendental que por primera vez hizo luz en la caverna donde se retiran todas las noches y parte de los días todos los seres humanos. “Los sueños −dice− protegen a quien duerme”. Sin soñar no se puede dormir y sin dormir la especie pasaría por una corta etapa de locura antes de extinguirse.

      Recientemente se ha dado un paso importante: se ha llenado respecto a los sueños el primer requisito de la ciencia: la capacidad de medir. Hay movimientos de los ojos, cambios en la respiración y en los latidos del corazón, y actividad cerebral, que pueden ahora ser registrados y medidos por el electroencefalograma. Se sabe así que durante varias veces en la noche −en término medio, cuatro veces− el ser humano sueña durante períodos que oscilan entre diez y cuarenta minutos. Los estudios recientes, basados en estas ponderaciones, dan la razón a Freud de que los sueños son una fantasía compensatoria del subconsciente. Quien no sueña no puede reponer su espíritu. Es así que Carl Jung está en lo cierto, al asegurar que un loco no es más que un soñador que ha despertado.

      TÉ

      16 de agosto de 1967

      ¿Por qué Marco Polo no menciona el té? ¿No le gustó? Es el más genuino de los productos de China junto con la seda y la porcelana. A mediados del siglo XIX quiso la Corona inglesa fortalecer la economía de la India y llevó el arbusto desde China. Después de múltiples vicisitudes produjo fruto y al correr de los años se cultivó desde Ceilán hasta las alturas de los Himalayas. Una de sus variedades −Darjeeling−, plantada en esas montañas, dio una fortuna a Lord Lipton, más conocido en Iberoamérica por su té que por sus yates.

      Hay países muy aficionados al té. Desde luego, China lo toma a toda hora. Entrar a una oficina o un hogar en ese país y no obtener una cálida taza de té caliente equivale a ser echado puertas afuera. En fábricas y trenes, teatros y parques, ahí está la tetera esperando. Para los chinos no hay hora del té, pues se toma a toda hora.

      Entre los países europeos, Inglaterra no puede pasar sin su cup of tea y la introdujo al Occidente. En rigor, primero “descubrieron” la taza y después el té. Maravillados los ingleses por la porcelana china de las tacitas, quisieron conocer su utilidad −su belleza era evidente− y así cayeron en el hábito del té. Luego siguió este su vida independiente, sin su compañera. Esas hojas inofensivas tienen un poder mágico: Inglaterra ha hecho un culto de su degustación y un protocolo que no va en zaga al de la corte. Muchos ingleses han pensado como Sidney Smith: “¡Qué felicidad de haber nacido después del té!”.

      Chile tomaba muy buen té a principios del siglo XX, chino, exquisito de gusto y aroma. Después comenzaron a llegar variedades inferiores y la gente le agregó −¡horror!− leche y azúcar. El gusto se corrompió. Hasta se ha llegado a tomar té argentino.

      BABEL

      13 de septiembre de 1967

      India es una torre de Babel. Hay 16 lenguas oficiales. El idioma del Parlamento es el inglés, como denominador común. Luego será el hindi, de raíces sánscritas.

      Mientras tanto, suceden casos curiosos.

      Como este.

      Llega una pareja chilena a un hotel de la vieja Delhi. Antes de sentir el embrujo de la ciudad −monos y lagartijas, serpientes y vacas placenteras−, ella sale de compras y regresa con una tela de seda cruda, un saco maravilloso de hilo dorado. Dice al conserje:

      –¿Conoce usted un buen sastre que trabaje bien, muy bien, y que no se demore nada?

      Conocerla a ella es fácil; al sastre que ella quiere, difícil.

      –Porque yo tengo un vestido que me queda muy bien y quiero uno igual con este género.

      Los indios no son aficionados a los trapos; los musulmanes, sí. El conserje hace el milagro, y media hora después está en el hotel un sastre musulmán, recién llegado a la ciudad. Conforme a la usanza oriental, va a domicilio con su huincha y su saber. Surge entonces la torre de Babel: él solo habla su idioma. Ni una palabra de ningún otro, y el personal del hotel no habla el suyo. Ella explica con gestos y ademanes, sonrisas y amenazas; trae el modelo y le hace ver que quiere uno idéntico. El sastre toma dos o tres medidas y observa con detención. Al día siguiente aparece con la obra terminada. Gritos de júbilo de ella. Le arrebata el vestido y segundos más tarde se presenta con él puesto.

      –Maravilloso, nada hay que hacerle. Él me entendió perfectamente.

      Deposita varios billetes en la mesa, el sastre saca algunos, sonríe y parte. De pronto ella exclama:

      –¡El modelo! No me lo ha devuelto.

      Retorna el artífice. Ella explica con gestos. Él no comprende nada. Más gestos: iguales resultados.

      –Me lo ha robado −dice desolada− y se hace el tonto.

      Ante sus demostraciones de pesar se acerca la camarera. ¿El modelo? Pues está en la cómoda. El sastre no lo ha tocado.

      MÍSTICOS

      20 de septiembre de 1967

      Experimentar conscientemente en el alma la presencia de la divinidad, es el privilegio del místico. La purificación viene previamente en estados sucesivos de contemplación y oración. Tras severas disciplinas de cuerpo y espíritu se alcanza −a veces− la iluminación.

      Occidente ha producido grandes místicos: Thomas de Kempis, el autor de la Imitación de Cristo; santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz. Oriente cuenta con muchos de estos seres privilegiados. La contemplación es esencial en sus credos religiosos.

      Los musulmanes produjeron una orden aparte dedicada al misticismo: los sufíes −suf, en árabe, lana, por su vestuario−, que alcanzaron formas muy purificadas en esta disciplina. El más conocido de ellos en Occidente es Al-Ghazali, poeta místico que vivió poco posterior al año 1000. Después Ibn Arabi, de quien recibió inspiración el Dante.

      Para dar a conocer a los místicos musulmanes en Occidente, la UNESCO ha preparado últimamente un tomo de su Colección de obras representativas, en esmerada traducción. Uno de los antologados, Abu Yazid al-Bestami, dice: “Si he llegado aquí, mi expresión es eterna, mi lengua es la lengua de la unidad, mi espíritu, espíritu desnudo. No hablo de mí, ni a través de mí hablo, quien habla es Él, no yo”.

      Rabi’a al-Adawiyya, una de las místicas incluidas en la colección, exclama: “¡Oh, Dios mío, si yo te adoro por miedo al infierno, quémame en el infierno; si te adoro esperando el paraíso, déjame fuera del paraíso; pero si te adoro a Ti por Ti, no me prives de tu belleza”.

      El