El arte de describir. Svetlana Alpers. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Svetlana Alpers
Издательство: Bookwire
Серия: Caleidoscópica
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789874161468
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et le contour et les movements s’y rencontrent naturellement et d’une façon grandement plaisante.] (39)

      La imagen es un reto directo al pintor, pero también le sirve como modelo para su arte. Aunque en otras ocasiones Huygens sugiere su utilidad como valioso atajo para la creación de imágenes, aquí lo que le fascina es su semejanza con la pintura. Las palabras no pueden hacer justicia, explica, a una imagen que es la vida misma o algo más intenso aún. Es la misma observación que hace Reynolds acerca del arte holandés cuando pierde la esperanza de lograr una descripción amena de ella por escrito. El elogio del movimiento que hace Huygens nos recuerda su similar elogio a la maestría de los holandeses para representar las cosas naturales. No son las hazañas humanas o las historias lo que causa placer, sino la representación del movimiento de la propia naturaleza. No es el orden, sino el aspecto instantáneo e inasible del fugaz espectáculo de la naturaleza. La acogida que Huygens tributa a la representación natural de la realidad en la cámara oscura puede relacionarse convincentemente con su estimación de la verosimilitud lograda por los paisajistas holandeses de su época. Con este instrumento, que le brinda la confirmación tecnológica de un gusto que él ya poseía, queda cerrado un círculo.

      Esa fascinación generalizada de los holandeses por la capacidad de la cámara oscura para generar imágenes como las que ellos mismos producían puede enseñarnos mucho, y sobre ella volveremos en el capítulo siguiente. Aquí, y a propósito de Drebbel, deseo señalar una curiosa ausencia o exclusión: los aspectos de la cámara oscura que no contaron en la fascinación que los holandeses tuvieron por ella. Actualmente, estamos tan acostumbrados a relacionar la imagen proyectada por la cámara con el aspecto real de la pintura holandesa (y luego con la fotografía), que tendemos a olvidar que esta no era más que una de las facetas del instrumento. Podían dársele otros usos bastante distintos. Esos usos, significativamente, no tuvieron eco en la pintura holandesa y debemos preguntarnos por qué. Otro de los maravillosos inventos de Drebbel fue una especie de espectáculo de linterna mágica, de construcción similar a la de la cámara oscura, pero donde se veía una representación con actores. Entre los papeles de Huygens, en efecto, hay una carta de Drebbel en la que describe las transformaciones a que podía someterse proyectándose a sí mismo en diferentes formas:

      Drebbel se transforma de rey en mendigo y luego, dándole un giro más frívolo a la representación, procede a convertirse en un árbol y después en todo un zoológico: en león, en oso, en caballo, en vaca, en ternero, en cerdo. Estas transformaciones también tienen que ver con el arte. Pero aquí Drebbel se acerca más a las mascaradas que tanto gustaban a la corte inglesa que a las pinturas de los holandeses. El principio de la cámara se aplica como tramoya de un espectáculo teatral constituido por las transformaciones o narraciones del propio Drebbel. Este uso difiere de la presentación directa de la realidad reproducida que elogia Huygens en dos aspectos: primero, porque es de carácter interpretativo o teatral y, segundo, porque el artífice de la imagen, en lugar de quedarse afuera como espectador, se infiltra dentro de ella. En cambio, los cuadros holandeses evitan esa presentación teatral con objeto de abarcar la realidad descrita. No es de extrañar, pues, que a Huygens y sus compatriotas les fascinara el aspecto descriptivo de la cámara oscura. Un breve excursus acerca de un ejemplo pictórico análogo puede ayudarnos a aclarar mejor este punto en su relación con el arte holandés.

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      Volvamos al punto en el que dejamos a Huygens junto a la cámara oscura en su Daghwerck. En el poema, la vista figura como un medio fundamental de conocimiento. Se la ensalza como uno de los dones más valiosos de Dios al hombre.

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      Oh, tú que concedes los ojos y el poder,

      Dales entero ese poder a los ojos:

      Ojos por una vez clarividentes

      Que vean todo cuanto hay para ver.

      [O, die d’oogen en ’tgeweld geeft,

      Oogen geeft bij dit geweld:

      Oogen eens ter wacht gestelt,

      La vista es el medio por el que Huygens comunica el nuevo conocimiento del mundo. Viaja hasta los cielos y desciende luego a la tierra donde observa las flores,