Este es un libro de anti-autoayuda también porque la mayoría de los libros de autoayuda culpan implícitamente a quien lo está leyendo —te culpan a ti— por cualquier problema que tengas. Sitúan la causa de tus problemas en tu forma equivocada de pensar, en tu incapacidad para comprenderlo o en tus emociones tóxicas, por ejemplo. Si fueras capaz de seguir las reglas, o aceptar las diferencias de género, o encontrar tu camino, todo iría mejor. Como veremos en el capítulo 2, se ha escrito mucho criticando toda la industria de la autoayuda, psicología y psicoterapia por haber creado una sociedad en la que escudriñamos nuestro interior buscando la causa de nuestros problemas.
Por supuesto que analizar nuestras formas de pensar y de hacer las cosas tiene su lugar y su momento. De todos modos, en ese proceso resulta vital reconocer las fuerzas externas tanto como las internas: cuestionar el mundo que nos rodea y ver cómo los mensajes de nuestra cultura y nuestra propia manera de ver las cosas están inextricablemente ligados. Como he mencionado, vivimos en una cultura que está repleta de historias, imágenes y reglas sobre las relaciones, algunas de las cuales pueden ser útiles, algunas menos y otras —en mi opinión— son directamente nocivas. Nuestras reglas personales no salen de la nada, sino que dependen mucho de las reglas a las que nos exponemos.
En lo que creo que tenemos algo de poder —y responsabilidad— como individuos es en elegir cuáles de esas reglas queremos mantener y cuáles no. De todos modos, en el capítulo final del libro también hablaré sobre lo fácil que es —o no— ir en contra de las reglas más arraigadas.
Una única regla: no existen reglas universales
Hay cuestiones que son un reto para todo el mundo, y estamos buscando las respuestas válidas para nuestro caso y el de las personas con quienes tenemos relaciones. No hay nadie que lo haya «resuelto todo», por mucho que a alguna gente le guste decirlo.
Mucha gente apuesta por las reglas y por asegurarse de que el resto las seguimos de la misma manera. Si alguien intenta evitar que cuestiones las reglas —o que propongas tus propias reglas—, pregúntate por qué le resulta tan importante lo que tú hagas, y por qué prioriza mantener las reglas por encima de tu bienestar. Volviendo a la única regla de este libro:
No existe una respuesta universal
por lo tanto
es bueno cuestionar las reglas
Lo que hagas después de que hayas cuestionado las reglas depende de ti pero, por favor, cuestiónalas.
Bienvenida a la conversación
Mi objetivo con este libro es que sea un diálogo, no una conferencia. Me encantaría que usaras este libro en lugar de, simplemente, leerlo. El mayor logro que puedo imaginar habiéndolo escrito es ver un ejemplar muy usado, despedazado, lleno de anotaciones sobre algo que yo haya escrito. En particular, antes de leer cada capítulo podría ser útil que pensaras las respuestas a las principales preguntas que vamos a hacernos:
Haz la pruebaPreguntas que hacerse antes de leer cada capítulo |
• ¿Cuáles son las reglas que se dan por sentadas en este tema? Piensa en la clase de conversaciones sobre relaciones que tienes, o escuchas, y los mensajes que te llegan de los medios de comunicación: películas, programas de televisión y artículos en internet.
• ¿Por qué podríamos querer cuestionar esas reglas? ¿Tenemos algún problema con ellas? ¿Son útiles para la gente? ¿Cuáles son las creencias que hay detrás de ellas? ¿A quiénes incluyen y a quiénes excluyen?
• ¿Qué alternativas tenemos? Normalmente no hay un único conjunto de reglas en el mundo. Piensa en las alternativas que has oído en conversaciones y medios de comunicación. ¿Pensaba la gente de forma diferente sobre estos temas en el pasado? ¿Se hacen las cosas de forma diferente en diferentes culturas o religiones? ¿Conoces alguna comunidad o persona que vea las cosas de manera distinta?
Parece que la gente está debatiendo constantemente las reglas de las relaciones. En una semana he escuchado a un irritado hombre de negocios explicar por el móvil por qué estaba enfadado porque su pareja llegaba tarde a su cita; dos adolescentes en el tren intentar entender por qué uno de sus novios se había enfadado porque ellas se habían besado mientras bailaban en una discoteca la noche anterior; una pareja de antiguas amistades en un café pasarse la cena repasando en voz alta todas las personas que conocían —cuáles estaban juntas, cuáles se habían separado, cuáles iban a tener descendencia— y juzgar su comportamiento en cada caso.
Las reglas están a nuestro alrededor, en el murmullo de las conversaciones en internet y fuera de él, y tú tienes tu propia experiencia para aportar a las preguntas que se plantean en este libro. Tienes tus propias relaciones, tus propias conversaciones y tu propia lectura de los mensajes a tu alrededor.
Intersecciones
Un concepto importante que he intentado plantear a lo largo del libro —y a lo largo de mis otros textos desde que escribí la primera edición— es la interseccionalidad. Es un concepto del feminismo negro, introducido por Kimberlé Crenshaw15 y explorado por autoras como bell hooks16 y Patricia Hill Co-llins.17 Básicamente, señala cómo todas las facetas diferentes de nuestra vida se interrelacionan para producir una experiencia única —y cómo todas ellas se sitúan en estructuras sociales más amplias y en dinámicas de poder—. Así, por ejemplo, las mujeres racializadas experimentan la opresión de una manera diferente a cómo la sufren los hombres racializados o las mujeres blancas. Un ejemplo relevante para este libro sería la manera en que las mujeres racializadas suelen ser tratadas como sexualmente disponibles, debido a cómo, históricamente, se les ha tratado como algo en propiedad. He hablado con mujeres bisexuales racializadas que se sienten incapaces de salir del armario debido a su intersección adicional —la bisexualidad—, porque saben que eso agravaría el acoso sexual que ya experimentan diariamente.
Todo el mundo vive en el centro de múltiples intersecciones, y eso impacta en cómo cada cual ve y vive sus relaciones. Por ejemplo, una mujer blanca en la cincuentena con diversidad funcional podría ser especialmente consciente de cómo la intersección de edad, feminidad y discapacidad implica que a menudo sea vista como no sexual, y que no sea tratada como una relación romántica potencial por los hombres que conoce. Un joven racializado de clase trabajadora puede ser especialmente consciente de cómo las creencias sobre cómo demostrar masculinidad con su grupo de iguales hace que ciertas formas de sexo y relaciones le resulten más o menos fáciles de llevar a la práctica.
Reflexiona sobre estoTus intersecciones |
Tómate un momento y piensa en tus propias intersecciones. Por ejemplo, puedes anotar dónde te encuentras en términos de género, raza, clase, sexualidad, discapacidad, edad, generación, localización geográfica, nacionalidad, tipo y tamaño de cuerpo.... Y hay muchas más.
Puede ser útil tener en cuenta:
• ¿Cuáles de esas intersecciones tienen más privilegios o son mejor valoradas en la sociedad en su conjunto y cuáles son más oprimidas o marginadas?18
• ¿Cuáles han cambiado a lo largo de tu vida y cuáles han permanecido iguales? ¿Cuáles podrían cambiar en el futuro?
• ¿Qué impacto tienen tus intersecciones —y la forma en que te sitúan en la cultura en su conjunto— en tu forma de entender y experimentar las relaciones?
Volveremos sobre estas ideas en capítulos posteriores.
Al escribir este libro debo ser consciente de mi propia posición en varias intersecciones. Las reglas de las relaciones de las que estoy hablando son principalmente las blancas, occidentales, de clase media con las que he crecido a finales del siglo xx y principios del xxi. Esas reglas a menudo se han impuesto globalmente de forma explícita o implícita, mediante la colonización en el pasado, o mediante la omnipresencia de los medios de comunicación occidentales y sus multinacionales en el presente. Esto es especialmente preocupante por muchas razones, sobre todo porque se corre el peligro de eliminar la rica diversidad de formas de