Vamos a dedicar mucho tiempo a pensar sobre ese tipo de relaciones, pero también vamos a desgranar las reglas del romanticismo, el sexo y el compañerismo, y cuestionar si hace falta que siempre se den en la misma relación, e incluso si son todas necesarias. También exploraremos qué sucede cuando ampliamos nuestra forma de entender las relaciones, el amor y el sexo. Idealmente, te encontrarás con que mucho de lo que hablamos es relevante para otras relaciones además de las románticas, sexuales y de pareja.
las reglas
Es cierto que no suele haber unas reglas concretas sobre cómo tener relaciones, en el sentido de leyes o políticas con las que todo el mundo está de acuerdo. No hay unos mandamientos del amor o normas jurídicas para tener citas. Y los grupos y colectivos más recientes rara vez tienen un manifiesto.
Podía haber titulado este libro «Contar otra vez la misma historia», «Reescribir el guion» u otro título que sugiriera que existe algo externo que nos dice cómo construir las relaciones, y que nos gustaría cuestionar. Elegí la palabra «reglas» porque a menudo podemos tener la sensación de que existe un conjunto de reglas no escritas que todo el mundo está intentando cumplir, que no son cuestionadas y que se dan por sentadas. Simplemente, es lo que hace todo el mundo.
También elegí la palabra «reglas» porque la gente suele sentir la tentación de establecer una serie de reglas para las relaciones que podrían ser escritas y seguidas para tener una vida amorosa exitosa. Hay varios libros de autoayuda con títulos como Las reglas, Las reglas del amor, Las reglas del juego, Las reglas de las citas online y títulos similares. Sugiero tener cuidado con esas reglas. Pueden ser útiles, pero deben poder cuestionarse y no deben ser tomadas como la respuesta a todo para todo el mundo. Quizá la única regla de este libro sea que no existe una respuesta universal, sino que hay un montón de preguntas útiles e intrigantes que vale la pena hacerse.
En realidad, las reglas de las que hablo son «formas de hacer las cosas» que sentimos que debemos observar. Por ejemplo, una «regla» podría ser que debemos tener unas cuantas citas antes de tener sexo con alguien, o que después de tener una relación un cierto período de tiempo ya no deberíamos estar teniendo citas con terceras personas. Muchas de estas reglas están relacionadas con la idea de que comportarse de determinada manera es normal, natural o moralmente mejor. Por ejemplo, a menudo se piensa que lo natural para los hombres es querer tener sexo lo antes posible, o que lo normal es enamorarse de una sola persona a la vez o que es moralmente mejor no romper la relación con tu pareja.
Por qué nos gustan las reglas
El ser humano siempre está buscando un sentido a todo: patrones y reglas que expliquen lo que está sucediendo a su alrededor. Esa es la razón por la que vemos un jarrón o dos personas a punto de besarse en esta ilusión óptica, en lugar de un simple conjunto de líneas y sombras.
Fig. 1.4. Buscando un sentido.
Uno de los grandes problemas de las reglas es la idea de que hay una forma «correcta» o «mejor» de hacer las cosas. Sin duda, eso querría decir que cualquier otra forma de hacer las cosas, en algún sentido, estaría mal, sería inferior o equivocada. Por lo que, si creemos que la clase de relación «correcta» debe ser entre personas con un nivel similar de «atractivo», a las personas que no encajan en los estrechos estándares de belleza actuales les costará más. Si creemos que hay una forma correcta de tener sexo, o de comprometerse con alguien, o de tener una familia, de nuevo, estarán mal vistas otras formas de hacerlo.
Las reglas, sean las que sean, no son solo perjudiciales para la gente que se sale de ellas de alguna forma. También pueden ser duras para las personas que están atrapadas en un sistema de reglas intentando hacer «bien» las cosas: la adolescente que está intentando decidir si acostarse con su novio o no para que no la llamen putón o estrecha, en lugar de tomar una decisión basándose en sus propios deseos; la pareja de personas mayores que quieren tener sexo pero les resulta complicado encontrar consejos sobre cómo hacerlo físicamente más fácil, porque existe un tabú sobre tener sexo con más de sesenta años; la persona que pierde a sus amistades cuando, seis meses más tarde, no ha superado una ruptura. Este libro cuestiona muchas de esas ideas sobre la única forma correcta de tener relaciones y te ofrece otras opciones para que las valores.
Los capítulos
Como he dicho, en el resto del libro cubriremos ocho aspectos clave de las relaciones. El capítulo 2 se centra en la relación con tu propio yo, porque la tensión entre ese yo y nuestras relaciones es un elemento fundamental en la incertidumbre que estamos experimentando. Veremos en detalle cómo nos relacionamos con nuestro yo antes de pensar en cómo nos relacionamos con otras personas. El capítulo 3 se ocupa del amor. Le dedicaremos más tiempo a las ideas de felices-para-toda-la-vida y la Media Naranja antes de pensar sobre nuestras propias reglas para el amor y los tipos de amor, y sobre las relaciones que priorizamos en nuestras vidas.
El capítulo 4 se centra en el sexo, fuente de una buena cantidad de ansiedad y sufrimiento. Analizaremos el ideal de sexo normal que va buscando la gente, cómo es y el impacto que tiene forzarnos a encajar en una sexualidad de talla única. El capítulo 5 explora el género, porque muchas de las reglas existentes para las relaciones también lo son sobre la atracción entre hombres y mujeres. Valoraremos qué se gana y qué se pierde al intentar encajar en ideales de masculinidad y feminidad, así como las distintas formas de entender el género.
Una regla habitual en las relaciones es que deben ser monógamas; de ahí la presión para encontrar a la Media Naranja y que el engaño y la infidelidad se consideren tan problemáticos. El capítulo 6 analiza las reglas de la monogamia y cómo están siendo reinventadas de distintas maneras en el amor contemporáneo. El capítulo 7 se ocupa de los conflictos, que a menudo surgen cuando se ve a las personas como si hubieran roto unas reglas no escritas. Pensaremos sobre cómo las reglas del conflicto nos ayudan o nos impiden comunicarnos mutuamente.
Una de las posibles salidas del conflicto es, por supuesto, la ruptura. El capítulo 8 explora las reglas de las rupturas y las implicaciones de las mismas en las relaciones con exparejas, en nuestras relaciones actuales y en las relaciones potenciales. A fin de cuentas, una de las principales reglas sobre las relaciones es que las exitosas son las que duran mucho tiempo. El capítulo 9 examina las reglas a las que nos comprometemos en las relaciones a largo plazo, y analiza qué significa tener una relación exitosa.
El capítulo 10 ofrece algunas ideas sobre cómo seguir con el viaje que has comenzado al leer este libro: identificar las reglas que se dan por sentadas, cuestionarlas y desarrollar nuestras propias ideas y acuerdos sobre las relaciones.
¿una guía de anti-autoayuda?
Como puedes ver en el título del libro, lo he llamado de anti-autoayuda. ¿Qué quiere decir eso? Por un lado, no quiero que sea otra lista más de reglas convencionales para las relaciones como las que ya se han publicado. No es difícil darse cuenta de la forma en que se espera que manejemos nuestras relaciones. Las reglas están presentes en todas partes, desde los cuentos de hadas y los dibujos animados infantiles hasta las apps para ligar y los libros de autoayuda.
Tampoco quería que el libro fuese una lista de reglas alternativas que considero mejores. Los libros de autoayuda suelen publicitarse con la promesa de que quien lo ha escrito ya lo tiene todo claro, y que ahora va a darte las respuestas que te permitirán tener una vida mejor y más feliz. Creo que las relaciones humanas son un asunto complicado que todo el mundo intenta comprender a lo largo de su vida. No existe una forma única y verdadera de manejarlas: vamos descubriendo qué funciona en nuestro caso y a menudo tropezamos varias veces en el proceso. De hecho, algunas de las ideas más útiles que compartiré probablemente