Atrapamiento y recuperación del alma. José Luis Cabouli. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Luis Cabouli
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789507546778
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desarrollar la experiencia responsable del síntoma la persona se encontrará indefectiblemente con una situación traumática. Aquí se efectúa el trabajo terapéutico propiamente dicho. Es relativamente fácil entrar en una experiencia de vida pasada; lo difícil es revivir la situación traumática y hacer lo necesario para terminar con ella. Piensen que no es nada agradable revivir una muerte en la horca, en el potro de tormento, en la hoguera o encerrado vivo en un sarcófago. Hay que pasar por ese trance, hay que sentir en el cuerpo todo lo que está sucediendo y hay que experimentar la muerte en esas circunstancias para poder terminar con esa experiencia para siempre. Vivenciando la muerte la persona logrará salir definitivamente del atrapamiento en el cual se encuentra.

      Luego de que se ha vivenciado la experiencia traumática responsable del síntoma, llegamos al núcleo del trabajo terapéutico. Para realizarlo, el paciente debe señalar cuál es el momento más traumático o terrible de la experiencia que acaba de vivir. Es obvio que toda la experiencia ha sido traumática en sí misma, pero señalar el momento más aterrador o más difícil ayuda a la persona que está trabajando a centrar su atención en un punto fijo, para hacer consciente determinadas reacciones que se encuentran a nivel inconsciente y que están provocando los síntomas y la conducta actual de la persona.

      Definido el momento más traumático debemos preguntar por las reacciones físicas, emocionales y mentales que se perciben en ese momento. ¿Por qué? A finales de la década de 1950, el neurofisiólogo Ben Libet (citado por Fred Alan Wolf) comenzó a investigar cómo nuestro cerebro parece procesar datos retrocediendo en el tiempo. En 1979, Ben Libet publicó un artículo sobre lo que él llamó remisión subjetiva. Nos interesa aquí que las investigaciones de Libet nos llevan a concluir que la reacción es más rápida que la percepción. En forma práctica, esto significa que somos principalmente inconscientes. Tomamos decisiones y reaccionamos a estímulos procedentes del mundo exterior de manera inconsciente, y no somos conscientes del estímulo propiamente dicho hasta muchísimo más tarde, después de que las adversidades de nuestro destino ya nos han pasado de largo o conmocionado. Cuando pensamos en lo que acaba de ocurrir nos remitimos atrás en el tiempo desde el último momento de conocimiento consciente al primer momento de la sensación. Según las experiencias de Libet, la persona se halla totalmente inconsciente en el momento de la reacción. La reacción es más rápida que la percepción.

      Esto ocurre exactamente así cuando reproducimos la experiencia traumática original con la técnica de la TVP. Todas las reacciones, en todos los niveles de conciencia, tienen lugar en forma inconsciente. Por eso hablamos de reacciones y no de sensaciones. Ni siquiera las reacciones mentales pasan por la conciencia. Por eso nos perturban, porque están fuera de la conciencia del aquí y ahora y, desde el subconsciente, rigen nuestras reacciones emocionales, nuestros hábitos y nuestra conducta. Las reacciones se hacen conscientes en el momento de la regresión. Al hacer consciente lo inconsciente todas esas reacciones dejan de proyectarse sobre nuestra vida cotidiana.

      Al momento de preguntar por las reacciones físicas, emocionales y mentales debemos tener en cuenta que, aunque lo hagamos por separado, todas las reacciones están teniendo lugar al mismo tiempo y en el mismo momento. Preguntamos por estas reacciones por separado para poder identificarlas y hacerlas conscientes. El hecho de que todo esto está ocurriendo al mismo tiempo nos da idea de la imposibilidad de ser conscientes de todo lo que acontece en el momento original.

      Veamos con un ejemplo sencillo y acotado cómo se trabaja la secuencia del momento más traumático.

      Nina es una mujer de sesenta años que consultó por un sobrepeso de cuarenta kilos. En una vida pasada, siendo hombre, alguien la acusa de un hecho falsamente para quedarse con sus tierras. Es condenada y luego de arrojarla a un pozo le tiran una piedra encima.

      Nina: Me muero en ese lugar. Debo haberme roto algo. Quedo inmovilizado. Me duele el corazón. Pierdo la respiración. No puedo respirar. Encima se ríen y se burlan.

      Terapeuta: Y hasta aquí, ¿cuál es el momento más terrible de esta experiencia?

      N: Cuando me arrojan al pozo.

      T: Y en ese momento, cuando te arrojan al pozo, ¿cuáles son tus reacciones físicas?

      N: Rabia, es injusto.

      T: Y en ese momento, cuando sentís la rabia, ¿cuáles son tus reacciones emocionales?

      N: Espero que se descubra todo.

      T: Y en ese momento, cuando sentís la rabia y esperás que se descubra todo, ¿cuáles son tus reacciones mentales?

      N: Los odio.

      T: Ahora fijate de qué manera todas estas sensaciones están afectando tu vida como Nina. Esta rabia, esto de “es injusto”, “espero que se descubra todo” y “los odio”; todo esto, ¿qué te hace hacer en tu vida como Nina?

      N: Callarme y agredir mi cuerpo comiendo y tomando lo que no debo, esperando que todo salga a la luz.

      T: Y todo esto, ¿qué te impide hacer?

      Observen que primero hemos marcado el momento más traumático o terrible vivido por Nina en esa situación. Luego preguntamos por las reacciones físicas, emocionales y mentales de a una por vez y en ese preciso orden. Ahora Nina ha hecho consciente lo inconsciente. Ha logrado traer a su conciencia física las reacciones que estaban originando sus actitudes y sus hábitos en su vida cotidiana. El paso siguiente fue hacer dos preguntas muy simples para que Nina tomara consciencia de qué manera estas reacciones afectan su vida actual. Estas dos preguntas son: todo esto, ¿qué te hace hacer? y todo esto, ¿qué te impide hacer? Así, primero hacemos consciente lo inconsciente y luego vemos de qué manera todas esas reacciones que estaban inconscientes están afectando nuestra vida actual.

      Ahora solo resta efectuar la abreacción. Para ello el paciente deberá vivenciar una vez más toda la secuencia traumática hasta terminar con la muerte, y salir de allí si se trata de una experiencia de vida pasada. Pero esta vez, al haber tomado consciencia de qué manera todo está afectando su vida actual, la persona se permitirá sentir más profundamente en el cuerpo las sensaciones físicas más desagradables. Al hacerlo, se harán conscientes las reacciones a nivel de los órganos internos, como así también otras reacciones emocionales y mentales del paciente y dichos de terceras personas que, desde la sombra, funcionaban como mandatos o programadores de conductas. Cuanto más intensamente se vive la experiencia en el cuerpo, más profundo y completo es el trabajo terapéutico.

      Hagamos ahora una síntesis de los pasos a seguir a partir del síntoma.

      1 Definir el síntoma.

      2 Localizar el síntoma en el cuerpo.

      3 Asemejar el síntoma a algo que lo pudiese provocar.

      4 Profundizar el síntoma hasta que la experiencia excluida se manifieste en el cuerpo.

      5 Reproducir la experiencia traumática.

      6 Definir el momento más terrible o difícil de la experiencia traumática.

      7 ¿Cuáles son tus reacciones físicas?

      8 ¿Cuáles son tus reacciones emocionales?

      9 ¿Cuáles son tus reacciones mentales?

      10 Todo esto, ¿cómo te está afectando en tu vida como…?

      11 Todo esto, ¿qué te hace hacer?

      12 Todo esto, ¿qué te impide hacer?

      13 Repetir la experiencia traumática más profundamente para hacer la abreacción.

      14 Si se trata de una experiencia de vida pasada, hacer consciente la muerte del cuerpo físico para salir del atrapamiento.

      15 Recuperar la energía.

      16 Llevar esa parte del alma a la Luz.

      Una cosa más. En ocasiones, suele ocurrir algo notable durante el trabajo terapéutico: a veces la sesión se desarrolla como si el alma conociese la técnica de la regresión