Atrapamiento y recuperación del alma. José Luis Cabouli. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Luis Cabouli
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789507546778
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Tal vez tu alma se aferra mucho a los cuerpos y se olvida de dónde viene.

      R: Sí, pero no es lógico. Si el alma viene de la Luz debería tener sabiduría. Yo tengo entendido que el alma se olvida cuando ingresa en un cuerpo, pero mi alma, cuando sale del cuerpo, sigue olvidada sin acordarse de nada.

      T: Así es, porque cuando el alma sale del cuerpo todavía está influenciada por las sensaciones y emociones del cuerpo, y por la confusión de ese momento.

      R: ¿Pero cuándo me voy a acordar de adónde tengo que ir? En todas las muertes me pasa lo mismo.

      T: Eso es lo que estás tratando de aprender en tu vida como Rosa para que no se vuelva a repetir. Ahora tenés la oportunidad de aprender esto para que no lo vuelvas a repetir en tu vida como Rosa. Parece que ésta es una lección muy difícil de aprender para vos.

      R: ¿Qué pasa? ¿Soy tarada que no aprendo?

      T: No, lo que sucede es que estás atrapada en los cuerpos y te cuesta mucho dejarlos. Ahora tenés que dejar ese cuerpo. Hace rato ya que deberías haber salido de ahí.

      R: Sí, pero yo puedo dejar esos cuerpos porque estás vos que me lo explicás. Pero cuando yo me muera con este cuerpo como Rosa y nadie me lo explique, me va a volver a pasar lo mismo.

      T: Lo importante ahora es que saques tu alma de ahí, de ese cuerpo que está tirado en la nieve. Ése es tu trabajo ahora. Tenés que llevar esa parte de tu alma a la Luz.

      R: Sí, ya salió, pero es como que esa parte de mi alma no quiere dejar ese cuerpo.

      T: Explicale a tu alma que vos ya estás en otro cuerpo, que estás viviendo otra experiencia. Mientras tu alma siga aferrada a ese cuerpo eso seguirá afectando tu vida como Rosa porque en tu vida como Rosa estás experimentando la confusión de esa parte de tu alma que sigue aferrada a ese cuerpo. Así que yo voy a contar hasta tres y avanzarás un poco más después de la muerte de ese cuerpo. Uno, dos, tres. ¿Cómo está ese cuerpo?

      R: No, ya no veo ese cuerpo. Es como si mi alma se hubiera ido a la Luz y ahora tengo otra imagen. Yo soy una nena de entre dos y cuatro años, tengo un hermanito y hay una mujer. La mujer es parecida a mi mamá y el nene es parecido a mi hermano. Estamos divirtiéndonos en un picnic. Cerca de allí hay un precipicio y abajo está el mar. Me parece que uno de los chicos se va a caer. ¿Por qué siempre tengo que tener historias dramáticas? El nene se cae al precipicio y se mata, y la madre sigue divirtiéndose jugando con la nena y no se dio cuenta. El nene se cayó y ella ni se da cuenta.

      Como podrán apreciar, Rosa finalmente terminó con la muerte en la nieve y, espontáneamente, entró en otra experiencia. Aquí la mamá culpa a Rosa de la muerte de su hermanito. Más adelante, en esa misma vida, los padres de Rosa la casan con un señor que ella no quiere. Con él tienen un hijo con síndrome de Down, pero Rosa abandona a ese hijo, al marido y a su familia. Hacia el final de esa vida Rosa se encuentra en una casa grande con una hija y con un buen pasar. Parece que tiene una historia amorosa con un cura. Veamos ahora qué pasa en la muerte de Rosa en esa vida.

      Rosa: Me muero de vieja. El cura está a mi lado. Fue una vida de mierda, una vida sin ningún sentido. Una vida donde se murió mi hermanito, me casé con quien no quería, tuve un hijo Down y terminé con un cura. Otra cosa no me queda por hacer.

      Terapeuta: ¿Cómo se muere ese cuerpo?

      R: Contenta de que acabe esta vida tan siniestra. Me dejo estar, me dejo morir. Ya no tengo ganas de vivir.

      T: ¿Qué le pasa a los músculos?

      R: Se van achicando. Me voy arrugando, me voy haciendo cada vez más viejita. Se me va yendo la vida de a poquito. Me voy apagando.

      T: ¿Por dónde empieza a morir ese cuerpo?

      R: La piel se va achicharrando. Pero yo lo siento como si me estuviera muriendo en este cuerpo como Rosa. ¿No me va a pasar nada? ¿No me voy a morir en este cuerpo?

      T: En este cuerpo no te va a pasar nada. Tenés que sentir la muerte de ese otro cuerpo para que tu alma se desprenda de todo eso definitivamente. Hay una parte de vos que sigue atrapada ahí.

      R: Pero en esta vida como Rosa también estoy abandonando siempre. Siempre estoy abandonando todo, siempre estoy yéndome.

      T: Justamente, estás repitiendo todo eso porque una parte de vos está atrapada en esa experiencia. ¿Qué le está pasando a ese cuerpo?

      R: Se va apagando todo, se va quedando sin vida. Ya no quiero quedarme más en esta vida. Espero que venga algo mejor porque esta vida es una mierda. Otra vez me voy.

      T: ¿Y qué es lo último que alcanzás a pensar en ese cuerpo?

      R: Me voy a ir a buscar otra cosa y eso es lo que siempre hago en esta vida.

      T: Y esto último, ¿qué te hace hacer en tu vida como Rosa?

      R: No me quedo en ningún lado.

      T: Y esto, ¿qué te impide hacer?

      R: Establecerme. Siempre estoy saltando de un país a otro, de una casa a otra. Cuando llego a un lugar pienso que habrá otro mejor y siempre estoy buscando un lugar y una persona mejor y nunca me quedo con nada ni con nadie.

      T: Cuento hasta tres e irás al momento en que ese cuerpo se muere…

      R: Pero mi alma, ¿no se va a ir de este cuerpo como Rosa? Siempre tengo miedo de que se salga el alma.

      T: Tranquila; más de dos mil personas han experimentado conmigo la muerte en vida pasada. No va a pasar nada.

      R: Pero es que yo siento la muerte de ese cuerpo en este cuerpo. ¿No es peligroso eso? ¿No me va a pasar nada? Siempre tengo miedo de que mi alma se salga del cuerpo. Eso es lo que me pasa cuando medito.

      T: Cuanto más sientas en tu cuerpo como Rosa, más se sanará tu alma. Tu cuerpo como Rosa tiene que sentir para que tu alma termine de desprenderse de todo aquello que ya no le pertenece. Es como si tu alma tomara prestado tu cuerpo como Rosa para terminar de experimentar esa muerte y poder salir de ahí.

      R: Sí, me voy a ir, pero otra vez me pasa lo mismo. No sé adónde me tengo que ir.

      T: Buscá la Luz tomando consciencia de que ese cuerpo se murió. ¿Quisieras decirle algo a ese hijo que dejaste en esa vida?

      R: No, porque lo criaron mis padres. No le quiero decir nada a nadie. Me quiero ir. Ya quiero dejar ese cuerpo. ¿Pero yo viví esa muerte? Ahora me acuerdo que cuando yo tenía treinta años, en esta vida como Rosa, yo tenía la sensación de que era una vieja que tenía la piel arrugada, y ahora me doy cuenta de que era esa viejita que se está muriendo ahora. O sea que mi alma estaba allí. ¡Qué loco! (Fíjense con qué claridad Rosa describe el atrapamiento de su alma en ese momento.)

      T: Eso es, dejá que muera ese cuerpo y vas a dejar todo eso para siempre. Andá al momento en que dejás ese cuerpo.

      R: Por primera vez me voy feliz de un cuerpo. Ya estoy en otro lado, pero no sé dónde estoy.

      T: Andá hacia la Luz.

      R: Estoy en un espacio, pero no veo la Luz. Nunca la encuentro.

      T: Tenés que desearlo realmente. Pedí entrar en la Luz.

      R: ¡Quiero entrar en la Luz! Ahora sí, estoy en la Luz.

      T: Ahora vas a elegir un color para traer una nueva vibración a tu vida como Rosa.

      R: Violeta. ¿Tengo que volver acá, a mi cuerpo? Bueno, pero esperá porque tengo que volver desde allá.

      Al término de esta experiencia Rosa comentaba:

      —¡Qué viaje increíble, impresionante! Mi familia en aquella vida era la misma de ahora. Mi hermanito es la luz de los ojos de mi mamá; no le saca la vista de encima. ¡Claro!, como lo perdió en esa vida, ahora no le saca los ojos de encima.

      Como