Atrapamiento y recuperación del alma. José Luis Cabouli. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: José Luis Cabouli
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9789507546778
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he comprobado una y otra vez a lo largo de muchos años de trabajo clínico. La necesidad de controlar surge porque alguna vez sucedió una desgracia o alguna catástrofe por no haber estado alerta o por no haber estado atento en ese momento. Controlar es una pauta necesaria para sobrevivir. Rosa confirma este concepto diciendo:

      —Tengo que tener todo controlado, así no pasa nada. En esa vida se me fue todo de control y no pude hacer nada. Ahora estoy controlando todo para que no pase lo peor.

      Con la experiencia de Rosa habrán podido apreciar de qué manera podemos estar aquí, en este cuerpo, en la vida presente, al mismo tiempo que una parte de nuestra conciencia puede estar atrapada en una experiencia que todavía está sucediendo en otra realidad. Fíjense que Rosa en ningún momento de la sesión perdió la consciencia del aquí y ahora, y se sorprendía al experimentar en su cuerpo lo que sentía el otro cuerpo tirado en la nieve. Incluso se resistía a vivenciar en ella misma la muerte de aquel otro cuerpo. Esta resistencia a experimentar la muerte en el cuerpo actual se hará todavía más intensa en la próxima sesión de Rosa.

      Hubo momentos en los que ella no sabía si lo que sentía estaba sucediendo en su cuerpo como Rosa o en el otro. Rosa pudo hacer consciente esta situación en la sesión terapéutica, pero, ¿a cuántas personas no les sucederá lo mismo sin saber ni imaginar que lo que están sintiendo en su cuerpo es lo que su alma está experimentando en otro cuerpo que ya se murió hace rato, pero cuya agonía aún no terminó? De esto se trata todo lo que estamos hablando aquí. Del atrapamiento del alma y de la conciencia en una experiencia que todavía continúa sucediendo en otra realidad.

      Rosa termina de precisarlo cuando se da cuenta de que a sus treinta años estaba viviendo la muerte de aquella viejita arrugada. Es más, dice categóricamente: la viejita se está muriendo ¡ahora! Vean qué notable es esto, porque la viejita recién termina de morir cuando Rosa experimenta en su propio cuerpo físico aquella muerte. Hasta el momento de la sesión aquella viejita seguía en agonía y, por lo mismo, estaba afectando la vida de Rosa.

      Mientras experimentaba la muerte como una viejita, Rosa dijo que su alma se salía del cuerpo cuando meditaba. Esto la preocupaba mucho –pues era muy racional– y en el transcurso de su trabajo con la TVP comenzaron a suceder cosas sorprendentes para ella y a tener experiencias increíbles cuando meditaba.

      —¿Puedo pasar la frontera y entrar y salir del inconsciente? —me preguntaba Rosa, alarmada, a la sesión siguiente—. Si suelto el control, ¿me vuelvo loca? Tengo miedo de volverme loca, pero ya no puedo controlar nada.

      Esta vez Rosa comenzó a trabajar a partir de su miedo a volverse loca. Rápidamente se encontró a sí misma como un nene parapléjico tirado en el suelo de una cueva de hielo, como si fuera un iglú (otra vez el frío). La gente pasa a su lado, pero nadie le presta atención.

      Martes 21 de junio de 2005

      Rosa: La gente pasa y yo sigo tirada allí, en el hielo. Pero todo esto, ¿es real? ¿De dónde saco yo todo esto? (Observen el cuestionamiento de la mente de Rosa, algo frecuente en el trabajo con la TVP. Hay que ayudar al paciente a permitirse fluir, aunque parezca que está inventando.)

      Terapeuta: Seguí, no importa lo que sea.

      R: Nadie me presta atención. Yo necesito que me atiendan y nadie me atiende. Soy consciente de lo que pasa, pero no puedo hacer nada. No me puedo mover, no puedo llorar, no puedo gritar, no puedo hacer nada.

      T: Avanzá un poco más en esa experiencia en el hielo. Uno, dos, tres. ¿Qué está pasando?

      R: Siento que me estoy muriendo. No soy muy grande, debo de tener unos catorce años. Me dejaron solo en ese iglú. Me muero solo.

      T: ¿Cómo comienza a morir ese cuerpo?

      R: Voy dejando de sentir como si se me fuera la energía de ese cuerpo. La energía se me va para arriba, para la cabeza.

      T: ¿Qué sienten los pies cuando se va la energía?

      R: Empiezo a sentir menos de abajo hacia arriba, pero todavía siento los brazos, el pecho y la cabeza. La parte de abajo ya no la siento, no sé si estoy congelada, pero como no le importo a nadie me voy a ir y chau.

      T: Eso es, seguí. ¿Qué estás sintiendo?

      R: Siento que me duermo y como si hubiera una presencia arriba de mí. Como si fuera un pájaro que me viene a buscar para guiarme. Y yo lo voy a seguir.

      T: Muy bien, seguí.

      R: El pájaro se va volando y me dice que lo tengo que seguir… pero ahora no lo veo al pájaro y no sé para dónde tengo que ir.

      T: Cuento hasta tres y retrocederás al momento en que comienza esa muerte y te permitirás experimentar esa muerte más profundamente…

      R: Pero no sé si me quiero morir —interrumpiéndome—. Me estoy muriendo, pero no me quiero morir. No me quiero morir porque por más que no tuve una linda vida esto es lo que conozco y ahora no sé adónde me voy a ir. No sé por qué me voy a morir si todavía estoy viva, pero ahora siento como que me voy a elevar. Es lo mismo que siento cuando estoy meditando, ahora me voy a elevar de mi cuerpo. Hay como una energía que está saliendo del cuerpo y que se está elevando.

      T: Experimentá eso. ¿Qué le pasa al cuerpo cuando la energía comienza a elevarse?

      R: ¿Por qué me hacés sentir todo eso? Yo estoy en otro lugar y vos me pedís que vuelva al cuerpo. No entiendo.

      T: Porque es necesario terminar con todas las sensaciones del cuerpo para terminar de salir de ahí definitivamente.

      R: Pero me cuesta, porque yo me estoy elevando y vos me pedís que vuelva al cuerpo. ¿Igual tengo que hacer esto?

      T: Tenés que experimentar la muerte en ese cuerpo más profundamente. ¿Qué sienten los pies y las piernas cuando empiezan a morir?

      R: Como si se fuera retirando la energía.

      T: ¿Qué pasa cuando se retira la energía?

      R: Empiezo a sentir calor en el pecho y en los brazos. La energía va subiendo y me voy a elevar, pero yo siento como si todo el cuerpo se fuera a elevar.

      T: ¿Qué está pasando con el cuerpo físico?

      R: Yo todavía siento el cuerpo, siento la parte de arriba del cuerpo.

      T: ¿Qué les pasa a los pulmones?

      R: Ahora siento todos los músculos laxos. Los pulmones todavía están respirando. Me voy a ir y chau.

      T: ¿Qué pasa con los brazos?

      R: Es como si los brazos se quisieran elevar con la energía. Yo estoy con la energía a flor de piel para elevarme.

      T: Seguí.

      R: Si sigo, me voy con la energía y me voy.

      T: Seguí.

      R: ¡Ja! ¿Adónde?

      T: Experimentá esa muerte hasta llegar al punto en que tu alma deja ese cuerpo completamente. ¿Qué está pasando en el cerebro cuando ese cuerpo se está muriendo?

      R: No sé qué pasa en el cerebro físico. Habrá dejado de funcionar.

      T: ¿Qué es lo último que alcanzás a pensar en ese cerebro?

      R: Que ya me voy.

      T: Muy bien, seguí hasta que ese corazón deje de latir y los pulmones dejen de respirar.

      R: Estoy como en un intermedio en donde no estoy ni acá ni allá. Estoy ahí que no salgo, pero no salgo porque vos me decís que tengo que sentir lo que no siento.

      T: Justamente; se trata de sentir la muerte de ese cuerpo para que tu alma no se lleve nada de ese cuerpo.

      R: ¡Claro! Porque por ahí eso no lo viví. Sucedió, pero no sé si lo voy a poder vivir.

      T: