Este marco internacional da lugar al objetivo principal del libro: exhibir una cartografía del feminismo en la Argentina desde los años 60 hasta los desarrollos actuales. El trabajo ofrece un análisis de los distintos contextos políticos e identifica los principales desafíos y posibilidades de la lucha por el aborto. Así, a lo largo de las páginas, se describen distintas facetas del activismo feminista. Entre ellas, el complejo rol de las mujeres dentro de las organizaciones revolucionarias de esas décadas, caracterizadas por un fuerte disciplinamiento de las costumbres; a lo cual se le ha sumado la experiencia de la dictadura militar –que provocó la devastación de los movimientos sociales pero también la resistencia a través de grupos de estudios–, de la politización de la vida privada, la profundización del activismo en los últimos años de la dictadura y su fortalecimiento durante la transición y consolidación democráticas; las reacciones feministas ante el impacto del neoliberalismo de los años 90, la revuelta de 2001 con sus consecuencias más inmediatas; en particular, la creación de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito como un continnuum de las batallas emprendidas en 1988 con la creación de la Comisión por el Derecho al Aborto, en manos de la histórica luchadora Dora Coledesky.
Este recorrido se estructura con el entramado de las historias personales y de las organizaciones, con los testimonios y las producciones teóricas, de campañas callejeras o encuentros clandestinos que han permitido la circulación de diversos sentidos feministas sobre el aborto. Este libro es tanto reconocimiento, crítica como desafío para el feminismo. Y es, sin duda, un reconocimiento a las mujeres y también a los colectivos de varones y de personas trans que han hecho del feminismo uno de los movimientos sociales más relevantes en la vida política y académica contemporánea. Brinda un análisis comprensivo de diferentes momentos del feminismo internacional y nacional, mientras marca los principales hitos y también tensiones en la lucha por el aborto. El libro es, al igual que su autora, erudito en información, en indagación teórica y empírica y se resiste a ser encasillado. No pretende agotar la historia que retrata (no sería posible), sino que se propone hilvanar las décadas de activismo feminista en un valioso trabajo integrador.
Para aquellos que investigamos desde la teoría feminista esta obra visibiliza una historia, una genealogía del movimiento feminista que se vuelve indispensable para comprender la política sexual contemporánea. Para aquellos que nos movilizamos por legitimar el aborto, el libro nos recuerda que el activismo feminista ha sido conformado por desobediencias que buscan desmontar un orden sexual opresivo. No se regodea en el pasado, no lo trae ni como pieza de museo ni como pura nostalgia, sino que lo vuelve interrogante sobre el sujeto político del feminismo que estamos construyendo hoy. Genera, en todo caso, una melancolía politizada que considera al aborto como un momento para pensar horizontes normativos más radicales respecto a la sexualidad.
Bellucci traza el itinerario principal pero el texto inscribe, de formas diversas, una polifonía de voces. Por un lado, se entremezclan y potencian distintos registros: la investigadora, la activista feminista queer y también la protagonista del relato que reconstruye. Así, su texto mixtura lecturas teóricas, materiales específicos del activismo (volantes, documentos, archivos), investigaciones empíricas, entrevistas con las principales protagonistas y su patrimonio como “testigas”. Una voz situada en el propio relato que construye. Por otro lado, suma a otras autoras, pronunciaciones en su mayoría descentradas de la ciudad de Buenos Aires. Un texto, “La gesta del aborto propio”, escrito por Belén Grosso, María Trpin, Ruth Zurbriggen, de la colectiva feminista de La Revuelta, de Neuquén, sobre la valiosa experiencia que vienen desarrollando desde 2009 en Socorro Rosa, un servicio de información y acompañamiento de abortos mediante el uso del misoprostol. Un bello escrito desde Rafaela, Santa Fe, de Dahiana Belfiori, quien se identifica como una de las “hijas revoltosas e insurrectas” de la cartografía propuesta. Un conversatorio con Martha Rosenberg, una voz crucial del feminismo, que deja ver la heterogeneidad y las tensiones que caracterizan a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Finalmente, otro conversatorio con alejandra ciriza que propone un diálogo complejo y profundo sobre feminismo y lucha por el aborto en y desde Mendoza.
En suma, es este un libro que desafía al feminismo ya que presenta un texto disconforme que se ofrece a distintas lecturas y apropiaciones. La cartografía propuesta nos interpela desde diferentes lugares, abriendo interrogantes y planteos relevantes para la política del aborto. En particular quiero marcar dos contribuciones importantes que se desprenden del libro: la forma en que tensiona los bordes del feminismo como movimiento y los desafíos que la cartografía implica para las luchas contemporáneas por el aborto.
TENSIONANDO LOS BORDES
Un riesgo de las periodizaciones del feminismo es poner en circulación categorías allí donde hay porosidad, impregnación y continuidad. El escrito de Mabel Bellucci resiste las periodizaciones innecesarias y los rótulos simplificadores, se concentra en ciertas etapas o momentos de esa lucha pero lo hace desde su heterogeneidad constitutiva y, por momentos, desde las tensiones no resueltas en el interior del movimiento. Las biografías, las referencias históricas, las producciones activistas, académicas o las estrategias políticas, entre otros aspectos que se analizan, van tejiendo al feminismo como un constructo complejo, con fronteras borrosas y móviles. Uno de sus aportes es tensar los bordes del feminismo ya que al hacer legibles las luchas por el aborto la autora también permite entender un feminismo dinámico y en conflicto.
En esta dirección, uno de los bordes que el libro complejiza es la influencia internacional en el momento de caracterizar al feminismo argentino. En particular, destaco el concepto de “viajeras militantes”, como bisagra para evidenciar la presencia del feminismo internacional en los debates y desarrollos del movimiento en la Argentina. Mujeres que con sus desplazamientos geográficos permitieron, durante los años 60 y 70, fortalecer un flujo informativo determinante en la construcción de una agenda favorable al aborto. Estas viajeras traían escritos inéditos a la Argentina, los traducían y, en algunos casos, lograban publicarlos gracias a las editoriales amigas. Sin desconocer su carácter elitista, estos viajes fueron centrales en la llegada y difusión de trabajos teóricos que impactaron notablemente en el activismo favorable al aborto. Gran parte de las consignas y posicionamientos que aún caracterizan los sentidos feministas del aborto circularon durante esos años por el accionar de estas viajeras militantes.
Otra dimensión que este libro incluye es la cambiante relación del feminismo con los movimientos y partidos de izquierda. La articulación entre las demandas feministas –en particular la del aborto– con la izquierda, en la Argentina, ha sido un proceso complejo y no siempre resuelto. En las décadas de 1960 y 1970, ciertos sectores de izquierda vieron en el movimiento feminista un riesgo burgués, un orden de demandas no necesariamente compatibles con la lucha social que tenía a la clase como sujeto histórico. A lo que se agrega que, en algunos casos y como señala el texto, los “códigos de moral revolucionaria” implicaban una normatividad antagónica con el proyecto feminista. Sin embargo, estos bordes se han ido, al menos parcialmente, desmontando. La presencia de los feminismos en distintas luchas sociales y sindicales así como la demanda por el aborto desde grupos y partidos de izquierda son ejemplos de la forma en que estos sectores articulan, no sin tensiones y conflictos, sus posicionamientos políticos.
Otro borde que Bellucci devela en su artificialidad es el existente entre el movimiento feminista y el movimiento LGTTB. A pesar de sus distintos solapamientos, en la política y en la teoría existe la tendencia a enfatizar sus diferencias. La cartografía, sin embargo, muestra cómo las demarcaciones entre estos movimientos siempre fueron porosas o incluso inexistentes. Historia de una desobediencia. Aborto y Feminismo considera los entrecruzamientos entre las personas y las agendas del activismo feminista y el homosexual, particularmente en la temática del aborto. Así, por ejemplo, la creación del Grupo de Política Sexual (GPS) a principios de la década