El análisis de los artículos emitidos por ambos medios nos muestra una radiografía en la que el proyecto político chavista denominado “socialismo del siglo XXI” generó nuevas situaciones como las tres reelecciones entre 2002 y 2012, fuertes huelgas empresariales y sindicales, paros petroleros, un referéndum revocatorio fallido y el despido masivo de empleados y políticos especialmente a partir del 2005, además de medidas cada vez más radicales por medio de cambios constitucionales.
Lo anterior generó además un replanteamiento en los ejes de las relaciones bilaterales entre Venezuela y Colombia, como la llegada al país de un número importante de empresarios y profesionales de clases media y alta con voluntad de permanencia que huyeron del chavismo y encontraron en Colombia una posibilidad interesante de hacer empresa y un proyecto de vida. Algunos académicos del Observatorio Venezolano de la Universidad del Rosario han denominado a este periodo “la primera ola migratoria de venezolanos hacia Colombia”.
Hay que recordar que fue el antiguo Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) el organismo estatal encargado de realizar la inteligencia y contrainteligencia del Estado y el que además manejó los controles de las migraciones con funciones de Oficina Central Nacional (convenio Interpol-DAS) hasta el año 2011[8]. Ante la ausencia de boletines públicos sobre los datos migratorios, no es de extrañar que hayan sido los medios de comunicación masivos, en este caso la revista Semana (2006), los que hayan registrado la llegada de un número creciente de venezolanos que se radicaron en Bogotá y ciudades cercanas a la frontera como Cúcuta y Bucaramanga, situación que los funcionarios del mismo DAS y de la embajada venezolana desestimaron por considerarlo un número constante en el tiempo y no muy significativo (Echeverry-Hernández, 2012).
Al respecto, Santana-Rivas (2009), en un análisis sobre la geografía de la inmigración venezolana en Colombia entre 1993 y 2008, determinó dos grandes grupos de venezolanos con características diferenciadas, así: un primer grupo de hijos de colombianos que vivieron en Venezuela con redes familiares en el país y sujetos a las migraciones de retorno que se dan entre países fronterizos. Este grupo se concentra en mayor medida en la costa atlántica y la frontera. Han retornado a Colombia porque las migraciones regionales entre países latinoamericanos están sujetas a la variabilidad en las condiciones de vida en estos países; por ello podría esperarse un retorno mayor de colombianos, con sus hijos venezolanos, de seguir aumentando los flujos desde Venezuela.
Un segundo grupo sin vínculos familiares en Colombia, radicado en Bogotá principalmente. Al contrario de lo que sucede para el primero, el número de inmigrantes en este grupo sí parece aumentar y con más intensidad desde 2007, y podría estar compuesto de individuos de clase media que logran costear los gastos de su condición de inmigrantes en Colombia y continúan muy ligados a su país de origen.
A manera de conclusión y en cuanto al análisis del cubrimiento mediático a la movilidad humana de ciudadanos venezolanos hacia Colombia, en este periodo analizado hay que decir que si bien no aparece la palabra “migración”, sí aparece el término “frontera” en la nube de palabras del El Tiempo, aunque de una manera tangencial y más desde la perspectiva económica que desde la movilidad humana, quizá porque la migración aún no tocaba la frontera terrestre, pues como ya se expuso en la identificación de los picos migratorios identificados por la Universidad del Rosario, este primer pico atrajo principalmente a industriales y políticos que se sintieron amenazados por el modelo chavista. Por tanto, cabe la hipótesis de que llegaron a Colombia principalmente por avión, y por esto y por su nivel educativo y social no se percibieron como algo “preocupante” para el discurso mediático.
Aún así, y como se puede apreciar en algunos artículos analizados, la migración pendular fronteriza comienza a ser más frecuente a partir de este periodo, situación que pasó de largo para los que toman las decisiones locales y nacionales.
Algunos de los artículos de El Tiempo que hicieron referencia al término “frontera” lo hicieron de la siguiente manera:
[...] Militarización de la frontera con un argumento que nadie sensato acepta, es claro que se está siguiendo un plan prebélico claramente delimitado, nada espontáneo, y con aspiraciones territoriales mucho más que desafiantes.
[...] Los comerciantes y en especial los cambistas que operan en la frontera hicieron muy pocas transacciones con la nueva moneda, pero no por temor a su depreciación, sino porque los billetes de la denominación que recorta tres ceros empezaron a circular en forma gradual, ya que los bancos venezolanos apenas comenzaron a entregarlos a sus clientes.
[...] Intensos operativos se realizaron ayer en la frontera con Venezuela, luego de que el presidente Hugo Chávez anunció medidas para evitar que los productos subsidiados por el Gobierno venezolano terminen en las tiendas, supermercados y casas de los colombianos.
[...] Escasez en la frontera por fuerte presencia de la Guardia Nacional de Venezuela. El área más afectada es la de Cúcuta. Veinte trochas fueron cercadas por 370 miembros del cuerpo armado. En Maicao faltan alimentos y en Arauca, gasolina.
[...] Nuestros clientes del otro lado de la frontera son una población flotante que no ha cambiado mucho en los últimos años. A pesar de la baja del bolívar, nos siguen comprando, pero con dos diferencias: ahora adquieren alimentos y en grandes cantidades, cuenta un vocero del Éxito.
III. RESULTADOS: ARTÍCULOS PUBLICADOS EN 2013
En este segmento examinaremos el contenido de 69 artículos publicados por Semana y El Tiempo durante marzo y abril de 2013. Al comparar las nubes de palabras generadas por cada medio en este periodo (figura 6), se ve cómo el énfasis del contenido de los artículos, en ambos casos, continúa siendo el presidente venezolano Hugo Chávez, aunque entra en el escenario como segundo actor político Nicolás Maduro. Alrededor encontramos palabras como “Capriles/elecciones /campaña/líder y muerte”.
Ambas nubes evidencian que los artículos asociados a esas palabras pusieron su foco de análisis en el cubrimiento de cuatro grandes acontecimientos en la historia de Venezuela: la muerte de Hugo Chávez y el proceso de duelo e incertidumbre que ello generó, la campaña para elegir presidente a pocos días de la muerte de Chávez que deja a Maduro como ganador por un margen muy estrecho, el comienzo del primer periodo presidencial de Nicolás Maduro (aunque ya era presidente encargado) y la relevancia política de una oposición liderada por Henrique Capriles.
Es de subrayar que en ambas nubes de palabras aparezca, aunque de manera tangencial, la palabra paz, puesto que paralelamente a estos acontecimientos venezolanos en Colombia hacía tan solo cuatro meses (el 4 de septiembre de 2012) había comenzado el proceso de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, y Venezuela es uno de los países que desde el año 2012 fungió como país negociador y acompañante del proceso, lo que para muchos ha condicionado la política exterior colombiana hacia Venezuela ante cualquier situación en la que una salida “en falso” del Gobierno colombiano podría poner en riesgo la negociación en La Habana.
Llama la atención el término “poder” y su ubicación en el núcleo de palabras en la nube de Semana. Al analizar esta palabra, su cercanía semántica a otras como “Maduro”, “Chávez”, “Chavismo”, “presidente” y “Gobierno” y los artículos asociados a esta, nos preguntamos sobre el papel de los medios en la construcción mediática transnacional de la imagen de Chávez y su proyecto de Gobierno. Algunos de los artículos asociados a la palabra “poder” en la revista Semana son:
[...] Es su espíritu rector el que está al mando de la revolución y, los que están ahora en el poder, no son más que sus ejecutores;
[...] Después de 14 años de poder indiscutido en manos de un líder tan carismático como controvertido;
[...] El hombre que convirtió la política en una telenovela amorosa,