Después del 31 de mayo. Ignacio Serrano del Pozo. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Ignacio Serrano del Pozo
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789562469234
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una que tiene importancia especial. Fácilmente las palabras, ideas y los proyectos están muy lejos de lo que uno realmente hace, vive y realiza. Se viven ideas ilusorias, proyectos irreales, se trastorna la percepción de la situación y de sí mismo. Vivimos con simplificaciones y en cuadros ideológicos. No estamos suficientemente cerca de la vida. Y esto se da tanto en ámbitos sofisticados como las ciencias, el área política o en la vida sencilla.

      4. Lo que se ha dicho hasta ahora sobre los horizontes del proyecto pedagógico del P. Kentenich se encuentra en formulaciones individuales y generales. Pero vivimos en la historia y en sociedades grandes, con sus características y rasgos culturales; lo que se puede decir y tiene que decirse también -con cierta reserva y cautela- de grupos y corrientes sociales. Las culturas se caracterizan por el tipo de relaciones preferidas y fomentadas, por los valores que se respetan mucho o menos.

      El proyecto del comunismo ortodoxo (el bolchevismo) fue para el P. Kentenich un ejemplar clásico de cómo no se debe actuar, si bien participó de muchas metas de la justicia social. El ateísmo de principio, el desprecio del individuo y el culto de la masa, del colectivo, tomar en absoluto un esquema muy reducido y artificial de “ciencia materialista”, la figura del “héroe trabajador” ideologizado, la utilización y manipulación de los sentimientos, el culto del plan y de la máquina, son un extracto puro de la visión de la personalidad y de la comunidad que constituyen la meta del P. Kentenich.

      Va de por sí mismo que con la caída del bloque ruso Occidente se vio liberado de un factor histórico que jugó un papel importante durante la vida del P. Kentenich, quien se declaró enemigo de este sistema. Pero los elementos negativos no han desaparecido de un día a otro y hay que tenerlos en cuenta por si aparecen en otra forma y entorno.

      5. El P. Kentenich no fue una persona política; la crítica al sistema comunista no lo hizo elogiar todo de Occidente. Al contrario, identificó muchos de los elementos negativos también en el occidente, donde reaparecen ateísmo, materialismo crudo, formas del capitalismo sin respeto a los individuos que trabajan, etc. También a la mentalidad de su patria hizo críticas duras especialmente en la línea del individualismo y del cultivo exagerado de lo intelectual. Por esto identificó rápidamente al nacionalsocialismo como otra forma de colectivismo peligroso, a pesar de que los nazis se presentaron oficialmente como enemigos del bolchevismo. Sus experiencias como prisionero en Dachau fueron la prueba existencial de esta mentalidad tan inhumana.

      6. Quizás es más fácil identificar lo contrario de su visión del hombre en estas grandes corrientes políticas sobre las cuales la historia ya ha dictado un juicio.

      Pero el pedagogo Kentenich encontró también en la vida religiosa y en la Iglesia gérmenes que llevaban en sí elementos peligrosos. En la Iglesia hay una gran diversidad de gente, de estilos, de corrientes; los hombres no cambian su corazón y su vida simplemente por meter un pie en el templo o tener papeles de ser bautizado, no puede ser otro. Es más, en mucha gente religiosa activa se mezclan la fe con las ideologías de cada tipo hasta entrar en la teología y en la jerarquía.

      Cuando se criticaban fuertemente la práctica y en parte la teoría de su pedagogía salió a la defensa. En el centro de las críticas estaba su enseñanza sobre las relaciones, encarnada en el amor a la Virgen y en las relaciones personales en sus comunidades. Las relaciones personales profundas juegan un rol tan central en su visión del hombre que sospecha una equivocación grave en todos quienes no quieren o no pueden aceptar esta visión y su realización práctica.

      Esta discusión con la jerarquía condujo a una pelea interna y al exilio del P. Kentenich, que ya por la forma de desarrollarse mostró que hubo en la Iglesia de aquel entonces -a pesar de mucha buena intención- un sistema de poder y política religiosa sin mucho respeto a los que caían en las redes de esta máquina. El Concilio dio un vuelco desde la Iglesia legalista a una Iglesia más humana, y no es casualidad que fuera el Concilio el que definió la libertad de la conciencia que posibilitó la liberación del P. Kentenich de su destierro.

      Tareas y metas

      Después de este intento de describir la polaridad “orgánico-mecanicista” en algunos puntos quiero señalar algunas metas.

      1.Queda como tarea una interpretación sólida e histórica de los textos importantes del P. Kentenich. El lector que conoce más del Fundador fácilmente ha reconocido citas claves que utilicé para este ensayo; quizás no ha encontrado otros lugares para él importantes. No fue la intención de ser completo.

      2. La polaridad “orgánico-mecanicista” no se formula en las nubes y por esto hay que hacer el trabajo de comparación con otros pensadores contemporáneos del P. Kentenich que en parte salieron con un análisis parecido. También se conocen en los años después de la muerte del P. Kentenich varios conceptos y teorías (recuerdo los términos sistema, holístico, totalidad, integración) que muestran que sus análisis no fueron aislados. Pero la comparación sólida y no superficial es un trabajo arduo.

      3. Como tercera meta señalo el trabajo de interpretación actual. Para el hombre de hoy, los textos del P. Kentenich ya son textos históricos, difíciles de entender y con testimonios de épocas ya pasadas. El “tiempo de hoy” del P. Kentenich es para nuestros jóvenes el pasado. ¿Cuál sería su análisis hoy, en general y respecto a los pueblos y culturas? ¿Dónde y cómo identificaría él hoy lo orgánico y lo mecanicista?

      Para mí se da fácilmente la trampa de buscar con rapidez un nuevo enemigo y crear o identificar unos “ismos” contra cuales se pueden librar batallas ideológicas. Pero ésta no es una actitud de pedagogos.

      Primeramente, se tiene que conducir a la gente de hoy a la visión positiva del hombre y de la comunidad, a la riqueza del camino de las “relaciones personales radicales”. Y no solo con palabras sino también en la práctica.

      Recepción, reflexión y revivencia del 31 de mayo 7

      P. Herbert King

      Instituto Secular de los Padres de Schönstatt

       [email protected]

      PRIMERA PARTE

      En vista de poder proporcionar una reflexión transparente y resumida de la esencia del 31 de mayo, es importante hacer dos esfuerzos. En primer lugar, no analizarlo en términos duales: como lo bueno contra lo malo, como si se tratara de un arma precisa contra un determinado enemigo, una declaración sobre el comportamiento de ciertas personas o el estado del cristianismo en determinados países; el 31 de mayo proporciona más bien ciertas caracterizaciones tipológicas. En segundo lugar, es útil distinguir los distintos estratos que se han ido acumulando en esta fecha. Así como en muchos sitios del pensar y obrar kentenijiano, también aquí hay necesidad de un despliegue de algo complejo. Quiero distinguir tres aspectos:

      I. El 31 de mayo como (tercer) hito;

      II. El 31 de mayo como misión de Schönstatt en general; y

      III. El 31 de mayo y Latinoamérica (Chile).

      I. El 31 de mayo como (tercer) hito

      1. El carácter de acontecimiento del 31 de mayo de 1949.

      ¿Qué significa que José Kentenich dio ese paso así y no de otro modo? En último término no sabía por qué debía dar ese paso así. Fue un riesgo en la fe (“Hacia la oscuridad”). Como en 1914 y 1942, tuvo que dar ahora ese paso audaz.

      No deja de ser interesante que con respecto a este (tercer) hito se diga “Introducción, apertura e irrupción de lo divino”, como de los otros hitos. Y especialmente sobre el tercero se señale “Estar en la fuerza divina”. Y no se formule, por lo menos en primer lugar, pensar, vivir y amar orgánicos.

      2. La misión de la Virgen María en el contexto de la época.

      En el 31 de mayo se revela la misión mariana epocal. Para el Padre Kentenich, María tiene un significado central en la nueva conformación de la Iglesia y la sociedad. Más todavía, en analogía con la Encarnación del Logos, Jesús debe nacer otra vez de María para el