Su preocupación por un mundo donde quepan todos los mundos marca su horizonte teórico y político; por ello la búsqueda de una alternativa democrática, socialista y liberadora al neoliberalismo imperialista está en su mente a la hora de elaborar sus escritos. Su compromiso se establece en esta etapa más claramente bajo la forma de luchas por la democracia universal, la justicia, la paz y la dignidad. Por este motivo sus conceptos se desarrollan y se tensan al máximo. Así, desde la insurrección del 1 de enero de 1994, el EZLN es concebido por Pablo González Casanova como la primera revolución del siglo XXI. A partir de entonces no ha dejado de manifestar su apoyo, su capacidad de asombro y su aprendizaje. En sus textos destaca el tipo de discurso del EZLN, que no está dirigido sólo a ellos, ni a la sociedad mexicana, sino que se abre a un interlocutor múltiple —convertido en actor potencial—, al uso diferente de la palabra, la comunicación, la estética de dominar la forma y la capacidad persuasiva de quienes la usan. Señala la belleza del lenguaje, razonando que viaja del cuento a la fábula, a la poesía, a la prosa y al discurso científico. Para González Casanova el EZLN ha sabido combinar el sentido común y la capacidad de juicio crítico y destaca su concepto de mandar obedeciendo, la responsabilidad ética, su dignidad. Igualmente, subraya el aporte realizado desde la organización. Los zapatistas son plurales, dice, no se ciñen a un solo camino, buscan diferentes vías y, sin renunciar a ninguna, eligen la más acertada; es el verdadero proyecto de democracia incluyente y universal.
La contribución del EZLN quiere ser muy modesta y es también muy ambiciosa: defender por las armas, en la selva Lacandona y en los montes Azules, la tierra, la libertad y la dignidad que los alzados no pudieron defender de otra manera, e iniciar un cambio en la conciencia del pueblo de Chiapas y de México para que con la democracia y la paz se logren los objetivos de libertad y justicia no sólo en las nubes ni sólo en la selva, ni sólo en Chiapas, sino en el país. El EZLN recuerda la bella imagen de la mariposa que desata la tormenta, y la más exacta de los grandes movimientos que parecen empezar desde cero y se vuelven universales. Implica una negociación que no se “transa”, y una revolución que ponga un alto a la violencia contra los pueblos indios, para abrir el paso a una democracia con libertad y justicia, con dignidad y autonomía.[11]
Durante todos estos años ha seguido al lado del EZLN y no ha dejado de manifestar su apoyo y compromiso político y ético, tanto en su participación en los Acuerdos de San Andrés, como en el seguimiento de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), la denuncia de la represión y en toda convocatoria destinada a la lucha por la dignidad y la democracia de los pueblos indígenas desarrollada por el EZLN; no menos que en su eterna solidaridad con el pueblo cubano y la Revolución —otro eje fundamental de su accionar político, presente en toda su vida intelectual y militante.
Los procesos de liberación nacional, la lucha por el socialismo y la democracia los estudia a escala planetaria: Asia, África y Europa se incorporan a su reflexión (si en algún momento no estuvieron presentes). Es la hora de los seminarios internacionales y de las publicaciones, donde destacan obras de más largo aliento. Así, en colaboración con Samir Amin publica La nueva organización capitalista mundial vista desde el Sur (1995); con John Saxe-Fernández coordinó El mundo actual: situación y alternativas (1996), y en Madrid desarrolló dos seminarios internaciones: “La Democracia: Actualidad y Perspectivas” (1991) y “Democracia y Estado Multiétnico” (1993), ambos culminarían con sendas publicaciones en México, editadas por la UNAM y La Jornada Ediciones.
En este periodo, Pablo González Casanova trabajo en la búsqueda de un paradigma distinto, articulado en las nuevas formas de pensar y actuar: se trata de un camino para ver cómo se restaura el pensamiento desde las ciencias de la complejidad, la revolución científica y las tecnociencias; un pensamiento fuerte que busca superar la crisis teórica de los paradigmas. El objetivo: reconstruir conceptos y saberes para enfrentar la alternativa en todos los ámbitos del conocimiento. Así, busca explicar los nuevos descubrimientos a la luz de los viejos conceptos y sus cambios, siempre con el rigor del método (algo que ha defendido a lo largo de su trayectoria intelectual):
En todo caso, si los nuevos descubrimientos y técnicas deben ser atendidos, su presencia no acaba con todos los conocimientos antiguos. Nuevos y antiguos conceptos merecen nuestra atención y de ser cernidos, descubiertos en sus interfaces, articulados al conocimiento por objetivos. En realidad, todo proceso de formación científica retiene y redefine los conceptos anteriores, los reestructura y acota. Si en los nuevos conceptos o realidades busca las formaciones que ayuden a comprenderlos, con los nuevos conceptos también reestructura y redefine sus predecesores y busca controlar el rango de validez y alcance. Acometer tales tareas, con la mayor consecuencia y precisión, es tanto más importante cuanto vivimos la tan traída y llevada crisis de paradigmas.[12]
Su obra se amplía y sus reflexiones aumentan su aporte al acervo del conocimiento de las ciencias sociales a escala mundial. En estos años, los doctorados honoris causa le son otorgados con sobrados méritos, entre otras instituciones, por la Universidad Complutense de Madrid, donde estudiaron sus maestros; por la Universidad de La Habana, la de Río de Janeiro y por la de su propio país. Premios internacionales, menciones honoríficas forman parte de su memoria viva. No obstante, en 2003 recibió la Orden José Martí, máxima condecoración concedida por la República de Cuba, y el premio en metálico —otorgado por la Unesco— lo dona al pueblo cubano. El galardón lo recibió de manos del presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón. Pero sobre todo, destaca en él su perseverancia. Un luchador por la democracia y las libertades, un humanista del cual se aprende diariamente y en el que se puede ver reflejado el ideal de una vida ejemplar.
PABLO GONZÁLEZ CASANOVA: RESPONSABILIDAD TEÓRICA Y PENSAMIENTO PROPIO. CATEGORÍAS Y CONCEPTOS
Pensar y hacer requieren esfuerzo y disciplina; son una facultad cuya práctica exige responsabilidad. En el ámbito del saber científico implica un compromiso con los valores éticos que deben preceder al trabajo teórico. Sin este límite, la facultad de pensar se confunde con la acción técnica de un saber instrumental ajeno a la creación intelectual.
Pensar no es pensar sobre algo: es facultad creadora, una praxis teórica. De su realización emerge el pensamiento propio; pero éste no es habitual, requiere ahuyentar miedos inquisitoriales, despojarse de la autocensura. Es fácil topar con intelectuales que asumen una concepción pragmática del mundo sometida a los requerimientos del poder político; que operan al margen de la creación intelectual: social-conformismo versus praxis teórica.
El ejercicio de la praxis teórica exige una relación, un diálogo y una complicidad desde la cual desplegar el conjunto de potencialidades del juicio reflexivo. Obliga a adentrarnos en la acción crítica sometida a valores éticos, y evitar caer en el idiota aristotélico. Es crítica al poder, diálogo,