Los inicios de la automatización de bibliotecas en México. Juan Voutssás Márquez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Voutssás Márquez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786073018326
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eléctricamente por un cable igual que el telégrafo hacia lugares lejanos. Del otro lado, había una máquina que interpretaba las señales eléctricas y por medio de otra pluma con cables reproducía en papel el mensaje original, ya fuese texto, dibujos, firmas, etc. Modelos perfeccionados de este dispositivo fueron usados por bibliotecas para enviar mensajes de forma remota entre diferentes departamentos o edificios. Estas máquinas son consideradas hoy en día los antecedentes lejanos del fax y de la tableta electrónica con pluma.

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Teleautógrafo, ca. 1915. Dominio Público.
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Teleautógrafo
Mensaje original Mensaje recibido
Dominio Público Vía Wikicommons
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Empleada de la biblioteca que usa el teleautógrafo hacia 1925. El teleautógrafo fue un antiguo precursor de la máquina de fax, y reproducía información escrita a mano mediante la transmisión de impulsos eléctricos de una estación a otra. Imagen por cortesía de los Archivos de la Biblioteca Pública de Cleveland, EUA.
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Esta máquina teleautógrafo se usaba en la biblioteca hacia 1925 para enviar información entre la Sala del Catálogo Público y las Divisiones de Sociología y Tecnología. imagen por cortesía de los Archivos de la Biblioteca Pública de Cleveland, EUA.

      A principios de los años treinta, se desarrollaron diversos equipos para el préstamo automatizado: entre los más famosos, destacan la prensa Dickman y posteriormente la máquina Gaylord. Básicamente, funcionaban con una credencial de cartón que tenía inserto el número de usuario realzado en relieve en una placa metálica. La prensa trasladaba por presión manual el número de la credencial hacia la tarjeta de préstamo del libro; la máquina hacía lo mismo pero eléctricamente (Geer 1956, 244-246). Para los años cuarenta, ese sistema había sido perfeccionado: muchas bibliotecas en la unión americana usaban una versión mejorada de los ya mencionados equipos Recordak para administrar los préstamos: en vez de escribir el nombre del usuario en la tarjeta de préstamo y guardarla con su credencial como era usual, al presionar un botón se microfilmaban juntos y al instante la credencial, la tarjeta del libro y la fecha de vencimiento. No había que guardar papeles, lo cual agilizó grandemente el proceso de circulación. Las bibliotecas que utilizaban estos dispositivos los usaron hasta bien entrados los años ochenta.

      Como sucedió con otros dispositivos, hubo numerosas variantes de estos con diversas mejoras y ventajas; como ejemplo, en la página 177 de la revista Library Journal de enero de 1963, puede verse un anuncio del dispositivo para préstamo automatizado “Regiscope-Rapidex”. En él se lee:

      […] Con Regiscope, el cargo fotográfico se realiza directamente desde el bolsillo del libro, eliminando por completo la costosa tarjeta del mismo. Y ahora, con el increíblemente nuevo accesorio adjunto Rapidex, ya no hay necesidad de tarjetas de transacciones pre-impresas, pre-numeradas y pre-fechadas. Simplemente coloque un rollo en blanco de cinta de papel en el Rapidex y ¡listo! En una acción automática, el papel se imprime con el nombre de la biblioteca, un número de transacción y la fecha, y simultáneamente se toma un registro fotográfico de la bandeja de la máquina, que guarda una imagen del número, el bolsillo del libro y la tarjeta del usuario.

      Este dispositivo también estuvo en uso hasta bien entrados los ochenta.

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Anuncio de una prensa manual Dickman para transferir datos de una credencial a una tarjeta de préstamo de libro. Ca. 1930. Dominio Público.
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Jeanette Trotter, Biblioteca de Carnegie, usa en 1947 el Nuevo dispositivo Gaylord para hacer el préstamo a domicilio de un libro. Imagen cortesía de la Colección Fotográfica de la Biblioteca Pública del Condado de Forsyth, EUA.
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Tarjetas de préstamo Gaylord con placa metálica, 1972 y 1981. Dominio Público.
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Máquina Recordak. Hacia 1940, los usuarios de la Biblioteca Pública de Cleveland ya no necesitan escribir su número de credencial en la tarjeta. En su lugar, un asistente en el mostrador de préstamo fotografiará instantánea y simultáneamente la tarjeta del usuario, la tarjeta del libro y una nueva fecha de vencimiento en el microfilm. Imagen por cortesía de los Archivos de la Biblioteca Pública de Cleveland, EUA.
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Máquina para préstamo automatizado REGISCOPE-RAPIDEX 1963. Dominio público.

      En 1938, la empresa Diebold, fabricante de cajas fuertes, introdujo al mercado un sistema de archivos rotatorios llamado Cardineer, el cual básicamente era un mueble de oficina totalmente mecánico en el que se podían integrar tarjetas con registros, que al girar ponían rápidamente a la vista la tarjeta deseada. A cada mueble le cabían hasta seis mil tarjetas, por lo que muchas bibliotecas los empezaron a usar como catálogos giratorios para libros, revistas, usuarios, etcétera. Fueron utilizados por décadas en bibliotecas de todo el mundo. Como ejemplo, el Boletín de UNESCO de Bibliotecas consigna e ilustra el uso de uno de ellos en 1958 en la Biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Washington, Estados Unidos (Boletín UNESCO 1958, 293).

      Con el advenimiento en 1935 de la película de 35 mm., se desarrolló poco después con mucho auge la tecnología de las diapositivas. Muchas bibliotecas iniciaron a partir de entonces colecciones de transparencias acerca de los más diversos temas.

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El Cardineer utilizado por la biblioteca de la Facultad de Derecho de la Universidad de Washington, EU. boletín UNESCO, 1958.

      A partir de 1961, los “carruseles” o cilindros giratorios para proyección secuencial de diapositivas fueron muy utilizados para producir pequeños textos visuales en secuencia. Un solo carrusel podía contener hasta ciento cuarenta diapositivas. Poco después se podía agregar al proyector un reproductor de audiocasetes, el cual podía sincronizarse automáticamente con la secuencia de transparencias.

      El casete con audio o música podía programarse para que en un cierto momento seleccionado, enviase pulsos preestablecidos al proyector mediante un cable al efecto, los