Los inicios de la automatización de bibliotecas en México. Juan Voutssás Márquez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Juan Voutssás Márquez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786073018326
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la ALA publicó un artículo con una reseña de los equipos de microfilmación existentes en esa época recomendables para las bibliotecas, en donde destaca que pueden rentarse desde cincuenta hasta doscientos dólares por mes, dependiendo del modelo y formato (Binkley 1937, 211-213). En 1938, la asociación comenzó la publicación del Journal of Documentary Reproductions, en donde se publicarían desde entonces los mayores avances en el uso de microformatos en bibliotecas.

      En el mismo año de 1938, la Biblioteca de la Universidad de Harvard comenzó su proyecto –vigente hasta la fecha– de microfilmación de periódicos extranjeros (Weber 1956, 275-276). A partir de 1940, La Oficina del Censo de Estados Unidos decidió guardar toda su documentación derivada de los censos en microformatos. También en 1938 se fundó University Microfilms International, que en poco tiempo se convertiría en la principal empresa mundial de microfilmación y venta de acervos documentales – (Wilson, 1995:49-50). Por décadas, esta empresa fue el principal proveedor de acervos microfilmados para bibliotecas en todo el mundo: libros, revistas, periódicos, tesis, etc.

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Máquina microfilmadora de cheques Recordak - 1929. y Lector de microfilme Recordak - 1934. Dominio público.

      En 2001, cambió su denominación a Proquest y desde 2007 es parte del grupo Cambridge Information; entre muchos otros servicios de información de esa empresa, el de documentos microfilmados, aunque disminuido, sigue estando vigente.

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Tarjeta perforada con ventana y microformatos, ca. 1950. Imagen UNAM CC BY-NC-SA ESP 3.0
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Lectores de microfichas Micron 355 y Datamate 100. UNAM. 2018. CC BY-NC-SA 3.0 ESP.
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Máquina clasificadora de tarjetas. Por Harris & Ewing, fotógrafo. 1939. Library of Congress Catalog. https://lccn.loc.gov./2016877177. Dominio Público.

      Esta empresa fue líder mundial por mucho tiempo en la fabricación y venta de todo tipo de equipos y procesos relacionados con microfichas. Las décadas de los sesenta y los setenta vieron un uso y crecimiento desmesurado de todo tipo de microformatos en las bibliotecas. Para los ochenta y noventa, la recomendación a nivel mundial por parte de múltiples autores y organizaciones todavía era la preservación documental basada en microformatos, debido a su larga duración y mínima obsolescencia tecnológica (Teagu 1985).

      Günther (1962,1-23) elaboró un excelente resumen de la historia de los microformatos, así como su aplicación y estado del arte en las bibliotecas a principios de la década de los sesenta.

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Microfilm Rapid Selector, ca. 1949. Acceso abierto en Hathi Trust.
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Fichas con índices ópticos, Microfilm Rapid Selecto, ca. 1949. Acceso abierto en Hathi Trust.
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Dos Kodak Minicard de 16 x 32 mm. con seis páginas c/u, ca. 1960. Dominio Público.
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Lector Kodak Minicard, ca. 1960. Kodak Minicard.

      Perales (1962, 21-22) estableció también: “[…] Shaw’s Rapid Selector es una máquina de película continua que combina reducción y almacenaje con la selección mecánica. Este sistema de gran velocidad se aconseja para colecciones permanentes. Kodak Minicard es un intento de combinar asientos intercambiables y continuos”. A diferencia del Microfilm Rapid Selector o el Shaw’s Rapid Selector, que almacenaban sus registros en largos carretes de microfilme, el Kodak Minicard manejaba piezas sueltas de micropelícula de 16 × 32 mm. insertas en marcos metálicos con una reducción de 60 a 1. A cada pieza le cabían hasta nueve páginas o imágenes tamaño carta con su patrón anexo de marcas blancas parapoder ser buscado por su máquina. Podían ser buscados a una tasa de mil minicards por minuto (Rahm 1960:63-67). Como la doctora Perales subraya, la ventaja de este sistema es que cada pieza documental al ser individual podía ser agregada o desechada independientemente de las demás en la colección.

      Las bibliotecas usaron también en la primera mitad del siglo XX máquinas teleautógrafo para enviar información a distancia. Esta máquina fue inventada por Elisha Gray en 1888 y, básicamente, consistía en una pluma