Sobre las pocas referencias al trabajo en seguridad urbana –o sea, a las funciones que comparten con cuerpos policiales– que se ofrecen en el Museo, entendemos que en ello existe continuidad con un hecho que hemos percibido reiteradamente durante nuestro trabajo de campo y que plasmamos en nuestra tesis de doctorado (Melotto, 2017). Nos referimos a que mujeres y hombres gendarmes, aunque realizan funciones policiales, no solo no se identifican con las fuerzas policiales sino que buscan separarse de ellas manifiestamente. En sus discursos, la policía aparece como una alteridad signada por la corrupción y la falta de disciplina. Desde el punto de vista nativo, y más allá de la diferencia en las funciones que la ley asigna a cada institución, sería la ética profesional, fundada en una disciplina férrea, lo que marcaría la distancia entre unos y otros. De esta manera, los relatos institucionales buscan evitar la “contaminación” por la mala reputación que, ellos entienden, la sociedad asigna a las instituciones policiales. Esto tiene repercusiones sobre la forma en que el Museo busca mostrar la flexibilidad de la GNA, que se hace también de modo selectivo apelando a funciones como las misiones de paz, el trabajo de montaña, la guerra, el trabajo en las fronteras, pero sin decir casi nada sobre aquellas tareas que podrían emparentarlos con las instituciones policiales.
Además de “una Gendarmería muy profesionalizada y con una genealogía distintas que el ejército” (Escolar, 2017: 130), podemos afirmar que el relato que nos ofrece el Museo Histórico da cuenta de una imagen institucional deseada que se construye a través de la identificación selectiva de rasgos, tareas y eventos históricos legítimos a los ojos de los integrantes de la fuerza, pero también de quienes no lo son. Dicha imagen deseada da cuenta de una fuerza que señala como sus antecesores a dos milicias históricas, el Cuerpo de Blandengues y la División de Gauchos Infernales de Güemes, debido al desempeño de estos en las fronteras políticas de sus territorios respectivos. El Museo también ofrece, en diferentes puntos de su recorrido, la exhibición del sacrificio de la vida de sus miembros. Lo hace principal aunque no exclusivamente remitiendo a los caídos durante su bautismo de fuego en Malvinas. Aquí coincidimos con Diego Galeano cuando, al referirse al culto a los muertos en la policía, afirma que “aparece como un rito fundamental que galvaniza la figura del héroe” (2011: 15). Finalmente, el relato museístico da cuenta de una institución “flexible”, entendiendo por ello una gran capacidad de adaptación para realizar diferentes tareas. Pero al mismo tiempo destaca como característica su función de control y vigilancia de los límites nacionales fronterizos. Esta tarea se realizaría en territorios lejanos, inhóspitos y “salvajes”, a los cuales la GNA llevaría los beneficios y adelantos tecnológicos propios del “mundo civilizado” representados por la Nación y su poder central en Buenos Aires.
Bibliografía citada
ALABARCES, Pablo (2007), Fútbol y patria, Buenos Aires, Prometeo.
ANDERSON, Benedict (1993), Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y difusión del nacionalismo, México, Fondo de Cultura Económica.
ESCOLAR, Diego (2017), Gendarmería. Los límites de la obediencia, Buenos Aires, SB.
GALEANO, Diego (2011), “«Caídos en cumplimiento del deber»: Notas sobre la construcción del heroísmo policial”, en Diego Galeano y Gregorio Kaminsky (comps.), Mirada (de) uniforme. Historia y crítica de la razón policial, Buenos Aires, Teseo, pp.185-220.
MAGARIÑOS DE MORENTÍN, Juan Ángel (1996), “Manual operativo para la utilización de la semiótica de enunciados”, mimeo.
MELOTTO, Mariano (2017), “Ingresando a la fuerza: un estudio antropológico sobre las escuelas de formación básica de la Gendarmería Nacional Argentina”, tesis doctoral en Antropología Social, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
NOVARO, Marcos y Vicente PALERMO (2006), La dictadura militar 1976-1983. Del golpe de Estado a la restauración democrática, Buenos Aires, Paidós.
Foto 1. Sector de la Sala I referido a Martín Miguel de Güemes y sus Gauchos Infernales. Foto del autor.
Foto 2. Uniformes de Gendarmería Nacional Argentina con detalles de las Fuerzas de Paz de Naciones Unidas. Foto del autor.
Foto 3. Bandera original del Escuadrón Alacrán. Foto del autor.
Foto 4. Gendarme del Destacamento Adelantado Saénz Peña (Chaco), primer escuadrón instalado en 1939. De fondo se observa un paisaje rural. Foto del autor.
1. La investigación de campo para este trabajo ha contado con la valiosa e indispensable colaboración de la doctora Mariana Galvani y de la licenciada Valeria Gramuglia. Agradezco a ellas su profesionalismo y amistad. Asimismo, agradezco a Valeria Gramuglia por sugerir parte de las ideas vertidas en este trabajo.
2. Ver también el texto de Diego Escolar en este mismo volumen.
3. http://prensagendarmeria.gob.ar/museo y www.argentina.gob.ar/museo-de-gendarmeria-nacional.
4. Todos los nombres han sido modificados con el fin de proteger la identidad de nuestros interlocutores.
5. La GNA fue creada por la ley 12.367 de 1938. Allí se especifica que es una fuerza policial militarizada por su estructuración orgánica, y que su personal se halla sujeto a leyes y reglamentaciones del Ejército. Asimismo, se define el objetivo de la Gendarmería Nacional de la siguiente manera: “Contribuir decididamente a mantener la identidad nacional en áreas limítrofes, a preservar el territorio nacional y la intangibilidad del límite internacional”.
6. La ley 23.554, promulgada en 1988, establecía la dependencia de la GNA del Ministerio de Defensa. Posteriormente, en 1992, con la promulgación de la ley 24.059, GNA mantendrá su dependencia a dicho ministerio en lo referido a la defensa nacional, pero se establece su dependencia del Ministerio del Interior en lo atinente a seguridad interior.
7. La palabra “gendarme” es usada de dos maneras diferentes dentro de la institución. Por un lado, se emplea para referirse de manera genérica a cualquier integrante de la fuerza independientemente de si pertenece al cuadro de oficiales o suboficiales; por ejemplo, cuando dicen: “Nosotros, los gendarmes”. Por otra parte, “Gendarme” es la primera jerarquía del escalafón subalterno. En este trabajo usaremos ambos sentidos del término, con minúscula cuando lo hagamos en el primer sentido (gendarmes), y con mayúscula (Gendarmes) para referirnos al segundo uso aquí mencionado.
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