Narrar el oficio. Mariana Sirimarco. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Mariana Sirimarco
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9789876917988
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Chaco y Formosa. Eso estaba bajo el dominio de los aborígenes. El Cuerpo de Blandengues estaba distribuido en tres sectores: Buenos Aires, Santa Fe y la Banda Oriental. La Banda Oriental principalmente por los portugueses. Sobre todo el sur de la provincia de Buenos Aires, la frontera para evitar los malones aborígenes que atacaban a los pobladores. Eran los tres puntos estratégicos. Obviamente la mayoría de ellos eran criollos, conocedores del terreno. Al principio eran españoles y después los hijos de españoles empezaron a ocupar sus lugares. Incluso el mismo Ejército toma al Cuerpo de Blandengues como sus orígenes. Compartimos ese antecedente. Tenemos que remontarnos porque, bueno, uno trata de encontrar las funciones similares y buscamos los Blandengues como un antecedente.

      El recorrido continúa entre uniformes de la GNA; se puede ver el primero que fuera utilizado por la institución expuesto en esta primera sala, que era el mismo que usaba el Ejército y al que llaman “uniforme histórico”. El 25 de octubre de 1939, la Gendarmería cambia el verde oliva característico de sus uniformes para pasar a utilizar el bicolor con la incorporación del color arena en la camisa y el pantalón. Javier refiere que esto se hizo para diferenciarse del Ejército. Prestando atención a sus palabras, esta distinción también se construye alrededor de las funciones de cada una de estas fuerzas:

      Siempre fue una fuerza policial, una policía militar. El Ejército estaba para otra cosa, no estaba para custodiar la frontera, el Ejército estaba para eventos más importantes como una guerra. Entonces necesitábamos una fuerza que protegiera las fronteras. Ya había proyectos de creación de una Gendarmería. De hecho en 1917 se creó la Gendarmería de Línea que estuvo en la provincia de Formosa. Siempre en los territorios nacionales que precisaban de una fuerza que defienda la frontera. La presencia de Gendarmería fue fundamental para la consolidación del país, fundamentalmente, y para dejar una impronta de la soberanía nacional. Esa misión la llevó a cabo la Gendarmería Nacional.

      Como se aprecia en sus palabras, Javier reitera la mención a la defensa de la frontera como la función propia de la GNA, que justificó su creación. Asimismo, se cita el antecedente histórico de la Gendarmería de Línea, institución a la que podemos asignar un linaje común y, claramente, menos forzado que con el Cuerpo de Blandengues.

      A medida que continuamos, el guion que ordena el recorrido insiste en describir la función de la GNA en la frontera. Luego de mostrarnos unas antiguas fotos de excavadoras, nos cuenta que parte de las actividades de Gendarmería era construir los caminos provinciales: “Una ruta provincial de Formosa está hecha por Gendarmería. Era la llegada del hombre civilizado a lugares totalmente vírgenes”. Aparece en esta frase el “rol civilizador” que la institución se autoadjudica.

      Si bien volveremos más adelante sobre varias de las cuestiones que venimos mencionando, baste afirmar aquí que desde el punto de vista nativo se realiza una particular apropiación simbólica de los territorios de frontera, definiéndolos como salvajes e inhóspitos, un entorno siempre lejano de las comodidades de los centros urbanos. Dicha apropiación construye un “ambiente natural” del gendarme que trae aparejadas connotaciones distintivas y fundantes sobre lo que significa ser gendarme. Una de estas connotaciones es, como ya dijimos, su “rol civilizador”. Con dichas connotaciones nuestro guía nos explicó cómo se establecieron los escuadrones de GNA a lo largo de las fronteras nacionales:

      Lo que hacía Gendarmería antes de instalarse era llevar a cabo las inspecciones territoriales. Eran tres bloques: norte, centro y sur. En aquellas provincias que estaban cerca de las fronteras iba una patrulla o un grupo para conocer el terreno y saber dónde tenían que instalarse. Después, una vez que ya estaba establecido el lugar, iba un escuadrón de treinta o cuarenta efectivos con nada, acampaban ahí en medio de la nada, imagínense con cero luz, cero personas, cero gas, y después el destacamento de perforaciones que se encargaba de buscar agua potable para abastecer a las unidades. Y las primeras unidades vivían en carpas…

      Siguiendo el relato sobre el despliegue de la fuerza y su establecimiento en el terreno, vemos que se describe un territorio desconocido y sin ninguna comodidad ni adelanto tecnológico como electricidad, agua potable, o cualquier otro servicio. Asimismo, la frase “en medio de la nada” expresa lo lejano e inhóspito de dicho entorno.

      Junto al sector referido al Cuerpo de Blandengues se aprecia otro dedicado al General Martín Miguel de Güemes (foto 1) y su División de Gauchos Infernales. En dicho espacio, un conjunto de significantes se ordenan en torno de un busto del prócer. Javier nos explica que en 1959 Güemes es adoptado como numen tutelar de la institución por su labor histórica durante la independencia nacional conteniendo las ofensivas realistas desde el Alto Perú. El discurso institucional traza una analogía entre dicha función y el rol de custodios de las fronteras de la GNA. Además, nos cuenta que a partir de dicho año la Escuela de Oficiales tomará también el nombre de Martín Miguel del Güemes. El ya citado trabajo de Escolar (2017: 131) da cuenta de esta referencia cuando afirma que “Güemes fue seleccionado hace muchos años por la institución como ancestro debido a su famosa lucha, durante la guerra de independencia, en las fronteras del territorio independizado de los españoles. Por su identificación con las fronteras, era el símbolo perfecto de una historia militar de la Gendarmería, una fuerza de fronteras, que se remontaría al nacimiento mismo de la nación”.

      Entre las referencias a Güemes se exhiben una réplica de su sable, el típico “poncho de Güemes”, una caja de madera con tapa de vidrio que contiene tierra extraída de la Quebrada de la Orqueta, lugar donde falleciera el general, un retrato del prócer y una imitación de su uniforme. También hay un cuadro que representa una batalla librada por Güemes y sus Gauchos Infernales durante las invasiones inglesas y un dibujo de tema ecuestre de un soldado de este ejército.

      Pasamos luego a la sala V, que se denomina Gendarme Miguel Ángel Tripepi, primer integrante de la fuerza caído en cumplimiento del deber el 7 de octubre de 1941 durante un enfrentamiento con contrabandistas en la provincia de Misiones. En el ingreso a la sala se destaca una vitrina dedicada a Tripepi; llama la atención la estética similar a la de un santuario. Así, al interior de dicha vitrina se encuentra una mesa cubierta hasta el piso por un paño rojo punzó o bordó, que simula un altar. Sobre ella se posa un busto de mármol de Tripepi junto a algunos objetos personales. La pared del fondo de la vitrina está cubierta por banderas argentinas y toda la escena está tenuemente iluminada.

      En el resto de la sala se exponen diversos vehículos utilizados por GNA, entre ellos un auto antiguo, un camión Unimog, un vehículo para nieve, un helicóptero y carruajes de tiro que utilizaban para instalarse inicialmente en territorios en los que no había caminos, junto a una montura de cuero, entre otros. Asimismo, una de las paredes de la misma sala se encuentra cubierta por escudos pertenecientes a los diferentes destacamentos de la institución, algunos de los cuales ya se “desactivaron”. Es posible ver también un espacio destinado a la exposición de banderas de diferentes escuadrones.

      Nuestro recorrido continúa por la sala III, que se denomina Comandante General Don Arturo Lopetegui, quien fuera el director general designado por el presidente Raúl Alfonsín a la vuelta de la democracia en 1983. Allí se exponen uniformes de distintas fuerzas de seguridad de Europa y de América Latina. Esto tiene que ver, nos explica el guía “con la participación de Gendarmería en misiones