Curso rápido para hablar en público. La voz, el lenguaje corporal, el control de las emociones, la organización de los contenidos…. Daniela Bregantin. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Daniela Bregantin
Издательство: Parkstone International Publishing
Серия:
Жанр произведения: Самосовершенствование
Год издания: 2016
isbn: 978-1-68325-019-7
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ventanas decía:

      –¡Dios, los nuevos vestidos del emperador son de una belleza incomparable! ¡qué espléndida cola tras el jubón! ¡Qué bien le sienta! – nadie quería que se supiese que no veía nada, porque esto significaba que no era digno del cargo que ocupaba, o bien que era muy estúpido. Ninguno de los vestidos del emperador había tenido tanto éxito.

      –¡Pero si va desnudo! – dijo un niño.

      –¡Dios mío! ¡La voz de la inocencia! – dijo el padre, y todos comentaban entre sí lo que había dicho el niño.

      –¡Va desnudo! ¡Hay un niño que dice que el emperador va desnudo!

      –¡El emperador está desnudo! – acabó exclamando toda la gente.

      Y el emperador se estremeció porque estaba seguro de que tenían razón, pero pensó: «¡A pesar de todo debo encabezar el desfile hasta el final!», y se irguió desafiante y los chambelanes caminaron sosteniendo la cola que no existía (Hans Christian Andersen).

      LOS CAMINOS DE LA COMUNICACIÓN

      La comunicación consta de múltiples elementos.

      Comunicación son las palabras que pronunciamos. Palabras precisas, palabras evocadoras, palabras tajantes como el filo de la espada, palabras simples, palabras rebuscadas… palabras.

      Comunicación también es cómo usamos la voz. La monocromía tonal o las innumerables variaciones de un acróbata de la dicción. Los sonidos susurrantes, que hablan de intimidad, privacidad, secreto, o los sonidos potentes, proyectados hacia el exterior.

      Comunicación es nuestro cuerpo. Quieto o en acción. Cercano o distante. Estable o inestable.

      Comunicación son las emociones que sentimos y que, a través de nosotros, siente nuestro público; la intención que subyace en nuestra forma de decir.

      VERBAL

      Cuando hablamos de comunicación verbal pensamos en el vocabulario lingüístico. Podemos definir el lenguaje verbal como el dispositivo simbólico que nos permite, mediante signos convencionales – el vocabulario lingüístico, precisamente—, comunicar los pensamientos, los conceptos elaborados en nuestra mente.

      Aunque no se superponen exactamente, la comunicación verbal se asocia a menudo a la comunicación lógica, o digital, cuya tarea consiste en describir datos de la realidad o conceptos abstractos a través de símbolos orgánicamente estructurados para producir y comprender los mensajes.

      El lenguaje Braille para los invidentes es un ejemplo de lenguaje lógico no verbal y demuestra que entre el lenguaje verbal y el lógico no existe una total correspondencia.

      Es cierto, sin embargo, que, en general, el lenguaje verbal es un lenguaje lógico, debido precisamente al carácter simbólico de la palabra.

      La palabra gato, así como su equivalente inglés cat, el francés chat o el alemán katze, no tiene ningún vínculo directo con el animal gato. Sólo el conocimiento del código lingüístico permite la decodificación. Para poder utilizar el lenguaje lógico es necesario haber aprendido el uso y el significado de las señales digitales.

      NO VERBAL

      Una primera definición de comunicación no verbal, que no por genérica es menos válida, es que incluye «todo aquello que no es verbal»: gestos, posturas, vestuario, miradas, tono de la voz…

      Así como lo verbal se relaciona con la comunicación lógica, del mismo modo lo no verbal se asocia con la comunicación analógica, aquella que se basa precisamente en el principio de la analogía, que establece la asociación entre una cosa y otra. A diferencia del lógico, este lenguaje puede traducirse sin conocer el código de referencia, en virtud del vínculo directo que existe con aquello que se representa. Si en un país extranjero cuya lengua no conocemos indicamos cinco mostrando los cinco dedos de la mano nos haremos entender por la conexión analógica entre el número cinco y los cinco dedos de la mano.

      Resulta evidente que los mensajes no verbales dependen mucho del contexto. Por ese motivo, en función de la situación en la que se producen, pueden tener significados diferentes.

      PÁGINA DE APUNTES

      ♦ La comunicación requiere un emisor, un receptor y un mensaje.

      ♦ La información es de sentido único; la comunicación es un viaje de ida y vuelta.

      ♦ La comunicación es un proceso circular en el que, a través de su comportamiento, el emisor influye en el receptor y se ve a su vez influenciado por este.

      ♦ Toda acción, realizada o no, cada palabra y cada silencio frente al público son comunicación: no se puede no comunicar.

      ♦ Cada cual interpreta la realidad a partir de un mapa de referencia subjetivo: comprender al otro y hacerse comprender requiere un esfuerzo de decodificación del proceso interpretativo ajeno.

      ♦ Necesitamos el reconocimiento de los demás tanto como el oxígeno para vivir.

      Lección III

      Lavoz y sus secretos

      =

      Pronuncie el discurso como si tuviera vida propia

      Un uso adecuado de la voz logra que el contenido sea valorado, resulte más atractivo.

      Todos hemos conocido, antes o después, a algún profesor muy preparado, portador de contenidos excelentes e interesantes, pero con el que al cabo de poco tiempo se corría el riesgo de dormirse a causa de su voz monocorde.

      Quintiliano también nos alerta sobre «aquello que los griegos llaman monotonίa (“monotonía”), la uniformidad excesiva de la respiración y de la voz». Tenemos a nuestra disposición un instrumento excepcional, capaz de emitir en diversos tonos, en volumen bajísimo y altísimo, con silencios, y diferente velocidad de pronunciación de las palabras. Así pues, se trata únicamente de entender este instrumento y ejercitarlo correctamente.

      EN PRIMER LUGAR, LA IMPOSTACIÓN DE LA VOZ

      Lo primero que debemos tener en cuenta es que el público debe oírnos y… oírnos bien. Siempre recordaré el consejo de un profesor de dicción: ¡en primer lugar, que se os oiga, después nos ocuparemos de la interpretación!

      Por tanto, lo primero a lo que debemos prestar atención cuando vayamos a dar un discurso es a la impostación de nuestra propia voz: si se hace de manera adecuada, por una parte, nos aseguraremos de que el público nos oye de manera correcta y, por otra, evitaremos el riesgo de dañar este sofisticado y delicado instrumento que es nuestro aparato fonador.

      ALGUNOS CONSEJOS

      Para hablar bien es necesario respirar correctamente. Es preferible inspirar a través de la nariz, acción que comporta las ventajas de filtrar el aire, ser más silenciosa que la inspiración a través de la boca y mantener húmedas las mucosas impidiendo que la garganta se seque. También es importante no espirar demasiado a menudo y de manera incompleta, porque esto puede producir fatiga. Es conveniente recordar que, según los sabios hindúes, el control de la respiración es el control del pensamiento, de las emociones y, podríamos añadir, de la voz.

      Adquiriendo conciencia de que la respiración es la base de la vida y de que no se limita al aparato respiratorio, lograremos establecer una nueva relación, de carácter integral, con la respiración misma. Así pues, la respiración se convierte en la total y completa armonía con todo aquello que nos rodea. De este modo, cuando estamos ansiosos, tenemos tendencia a aspirar más aire, de forma entrecortada, intentando alcanzar mediante la respiración una situación de mayor seguridad.

      Otro ejemplo puede ser el orador que en su casa pronuncia el discurso perfectamente, pero que se encuentra con la respiración entrecortada y la garganta seca frente a la platea. Una respiración correcta, armónica, natural y rítmica puede ayudar a reequilibrar estas situaciones problemáticas.

      Una última sugerencia. Cuando la reserva de aire en el abdomen disminuye, existe todavía la posibilidad de no interrumpir el flujo de palabras utilizando