Con respecto a los insumos que ingresan a un sistema político, en un sentido amplio, comprenden cualquier hecho externo al sistema que lo altere, modifique o afecte de alguna manera. Algunos ejemplos son, como el mismo David Easton lo señala, los efectos de la economía al crear y mantener clases económicas poderosas, urbanización, segmentación de grupos de intereses, fluctuaciones en el ciclo comercial, etc.
Ahora bien, si tendemos a restringir estrictamente la calificación dada a los insumos, a sólo aquellos que reflejan los efectos más importantes que atraviesan los límites del sistema, resultaría más sencillo analizar el impacto del ambiente y sus demandas sobre el sistema político, ya que dándole un sentido general a aquéllos, no se agota jamás la lista de las influencias sobre el sistema. Así, “es conveniente considerar a los parámetros principales, centrando sus efectos en dos insumos básicos: demandas y apoyo. Por medio de ellos se pueden encauzar, reflejar y resumir muchos cambios del ambiente, lo cual permite emplearlos como indicadores claves del modo en que los hechos del ambiente afectan al funcionamiento del sistema”25. En conclusión, entonces, estos insumos, los cuales ingresan al sistema político, son reflejo de los cambios que se dan en el ambiente de un sistema político, los cuales le son transmitidos como perturbaciones, y que a su vez son objeto de reacción del sistema.
3. LAS RESPUESTAS DE UN SISTEMA POLÍTICO
Los productos son los intercambios o transacciones entre un sistema y su ambiente; pero no son todos los hechos que tienen repercusión en el ambiente, sino solamente “aquellas asignaciones autoritarias de valores o decisiones obligatorias, y las acciones que las implementan o se relacionan con ellas”26. Ejemplos son los actos administrativos, la ejecución y aplicación de la potestad reglamentaria del Presidente de la República, o cualquier simple favor o beneficio dado por la autoridad. Todos ellos vinculan de alguna manera lo que sucede en el sistema político, con su ambiente.
De todas maneras, estos productos no producen sus efectos propios por el solo hecho de ser emitidos por la autoridad, sino que para que tengan una efectiva repercusión sobre el ambiente, es necesario que satisfagan las demandas existentes o por existir (pero previstas por sus miembros), es decir, que hagan desaparecer los supuestos que dan origen a una determinada demanda, o en la medida que creen esa impresión.
Un sistema puede estar expuesto a dos modos de tensión que provengan de las demandas de su ambiente. En primer lugar, si sus autoridades no se encuentran en condiciones de satisfacer proporcionalmente las demandas que les llegan, o simplemente se resisten a hacerlo, lo resultante será un descontento cada vez mayor de parte de sus miembros. Si esta situación persiste, podría incluso afectar gravemente el sistema de gobierno, donde hasta podrían crearse movimientos separatistas. En otras palabras, se tiende a socavar el apoyo al sistema.
En segundo lugar, la existencia de muchas demandas o bien su diversidad y contenido, pueden generar tensión. En estos dos casos, el sistema no alcanza a procesar y dar una respuesta adecuada a las demandas, o sea, hay una sobrecarga de demanda respecto de la cual el sistema no reacciona idealmente. De esta manera, el sistema político se ve asediado por muchos inputs y emite outputs en forma deficiente, lo cual convergerá en una crisis de gobernabilidad, al existir un sistema político muy reducido.
“La tensión debida a la sobrecarga de insumo se da como consecuencia de un hecho muy simple: que ningún sistema puede aceptar y transformar en productos un número y diversidad ilimitados de demandas”27. El autor en este punto entiende por demandas las proposiciones que se realizan a las autoridades de un sistema político, más o menos articuladas, para que éstas lleven a cabo alguna asignación.
A) Elementos Reguladores
Existen diversos elementos reguladores que tratan de impedir este fenómeno, que comienzan a funcionar en el momento en que las mismas demandas nacen. Es menester señalar que antes de ser demandadas, éstas se presentan como simples necesidades, expectativas o deseos sociales; cuando son formuladas a la autoridad, recién se vuelven demandas.
A.1) Reguladores Naturales: maneras mediante las cuales las demandas deben llegar a su destino, como son la palabra, los medios de comunicación social, etc. Y es imposible que existan tantos canales que permitan que la capacidad de transmitir demandas sea infinita.
A.2) Distintas formas de expresar las demandas: sólo algunos individuos o grupos intermedios se sienten y creen capaces de demandar, porque “su finalidad primordial es la de convertir, en general, y en forma relativamente coherente, necesidades y recursos sociales en demandas y apoyos políticos, en otros términos, constituyen órganos de mediación entre el sistema social y el sistema político”28 como son los grupos de interés, los medios de comunicación masivos, los partidos políticos.
A.3) Restricciones Culturales: como tercera regulación están las restricciones culturales al número de aspiraciones, que no son todavía demandas, como son las inhibiciones culturales, las asuntos de mera estética, etc.
A.4) Reducción de cantidad y diversidad de las demandas: en cuarto lugar, está la reducción de cantidad y diversidad de las demandas por la combinación de dos o más de ellas en una sola, por medio de los mismos partidos políticos o grupos de interés, que sintetizan u homogeneizan los inputs para darse a ellos mismos un programa de acción más ejecutable y realizable.
Sin perjuicio de lo anterior, si se llega a producir una situación de sobrecarga de demandas, se requiere de todas maneras por parte del sistema una capacidad para aumentar su capacidad de circulación, y así elaborar más rápida y efectivamente las demandas.
Cuando la situación se nos presenta de manera contraria, es decir, existen outputs o productos en demasía, y las autoridades políticas toman decisiones sin que éstas hayan sido requeridas por el sistema social-nacional, crece aquél desmesuradamente, lo cual trae como consecuencia inmediata la politización de la sociedad, e incluso puede llegar a ser un motivo de quiebre institucional.
Sin perjuicio de los casos anteriormente expuestos, podemos encontrarnos frente a figuras intermedias, que no corresponden a extremos de discordancia o descoordinación entre el sistema social-nacional y el sistema político. Esto ocurre cuando en ciertas materias, o respecto de ciertos grupos, puede darse la existencia de demasiadas demandas y muy pocos repartos. Por ejemplo, en materia de salud o educación. El caso inverso está dado en el evento de que existan demasiados repartos cuando existen pocas demandas en la materia. Se da principalmente en materias que la ciudadanía en común no le da mayor importancia, o respecto de las cuales no hace muchas demandas.
Muy relacionado con lo anterior, debemos referirnos ahora a la tensión derivada del apoyo a la comunidad política, a sus autoridades, régimen de gobierno, etc.
B) Mecanismos que el sistema ofrece para paliar la falta de apoyo de la comunidad
B.1) Cambiar las estructuras y principales características de un sistema político. Es esta la manera más radical para lograr atraer apoyo, llamada regulación estructural del apoyo.
B.2) Vincular a los miembros del sistema un determinado grado de apoyo difuso, para que cualesquiera sean las circunstancias, se mantengan vinculados a él por lealtad o, a lo menos, afecto. Por ejemplo, inculcando sentimientos de legitimidad de las autoridades, de la existencia de un bien común que trascienda cada bien particular, etc.
B.3) Lo que más importa para efectos de nuestro estudio, son los propios productos, es decir, las ventajas y beneficios que los miembros del sistema reciben. Lo que se refleja en la satisfacción que sienten