Para Huntington hay cuatro características que definen el nivel de institucionalización de cualquier sistema político: la adaptabilidad, la complejidad, la autonomía y la coherencia. Él las presenta en oposición a otras cuatro, entregando así los siguientes pares de variables:
A) Adaptabilidad-Rigidez
“Cuanto más adaptables y menos rígidos son la organización y los procedimientos, mayor es el nivel de institucionalización”.
Este aspecto contempla o se refiere a la renovación de sus dirigentes y de sus objetivos; la renovación de los dirigentes no implica sólo alternarse en el poder, sino que también ser capaz de proporcionar nuevos líderes y dirigentes que puedan acceder al poder de la institución logrando así la renovación de sus objetivos. Este segundo aspecto se refiere a que una institución que no es capaz de adaptar y renovar sus objetivos se agota junto con éstos.
B) Complejidad-Simplicidad
“Cuanto más compleja es una institución más elevado es su nivel institucional”.
La complejidad puede referirse a la división en unidades organizativas, una estructura jerárquica y funcional. Mientras mayor el número de éstas, más compleja es la institución y por ende más institución es, esto se debe a que tiene una mejor capacidad de organización, lo que ayuda a mantener la fidelidad de los integrantes.
Por otro lado si cuenta con varios objetivos, puede adaptarse más fácilmente a la pérdida de uno de ellos, que aquella que fijó uno solo.
También respecto de esta variable, hay que tener presente que un sistema cuya organización, administración y funcionamiento dependen de una persona es más inestable.
C) Autonomía-Subordinación
“Cuanto más autónoma es una institución, más institución es”.
La autonomía en las instituciones es medida por el grado en que sus propios intereses y valores se pueden diferenciar de otras instituciones o fuerzas sociales. Esto se refiere a que la institución no actúe en función de los intereses de determinados grupos sociales, políticos, económicos, religiosos que pretendieran utilizarla para obtener sus propios objetivos, llegando incluso a la corrupción de la institución.
D) Coherencia-Desunión
“Una organización está más o menos institucionalizada en proporción directa con su grado de unificación o coherencia”.
Para que una organización sea efectiva requiere por lo menos de un consenso sustancial en cuanto a los límites funcionales del grupo y acerca de los procedimientos para resolver las disputas que se susciten.
TEMARIO DEL CAPÍTULO III:
Teoría de la Institución
1. Concepto.
A) Colectividad.
B) Órganos
C) Normas
2. Instituciones Jurídicas e Instituciones Políticas.
3. La Teoría de la Institución de Maurice Hauriou.
4. Elementos.
A) Una idea objetiva transformada en una obra social por el fundador.
B) El reclutamiento de adhesiones en número indeterminado en el medio social.
C) La sujeción de las voluntades subjetivas al servicio de la idea institucional.
5. Criterios de Institucionalización Política: Las Variables de Huntington.
A) Adaptabilidad-Rigidez.
B) Complejidad-Simplicidad.
C) Autonomía-Subordinación.
D) Coherencia-Desunión.
CUESTIONARIO DEL CAPÍTULO III:
Teoría de la Institución
1. Nombre los elementos esenciales que deben estar presentes en toda institución.
2. Instituciones jurídicas e instituciones políticas. ¿Cuál supone un concepto más amplio y por qué?
3. Explique a qué se refería Hauriou con “idea objetiva” al definir institución.
4. ¿En qué consiste la institucionalización del poder?
5. Mencione brevemente los criterios de institucionalización de Huntington.
6. Relacione los conceptos de adaptabilidad y complejidad de las instituciones.
7. Si Ud. fuera legislador. ¿Regularía la autonomía de las instituciones y de qué manera?
IV. Teoría de la Sociedad
1. EL HOMBRE, UN SER ESPECIAL
El ser humano se ha considerado siempre una especie singular y ha quedado de manifiesto en distintos textos de sociología, como el de Kingsley Davis, que reconociendo la singularidad del género agrega como elemento significativo “la aguda conciencia del gran abismo que los separa del resto del reino animal, abismo que no tiene igual en ninguna otra parte del mundo sensible. No sólo han tenido conciencia de su singularidad, sino que, como hombres que son, trataron de explicarla”42.
Sin duda alguna que hay tres características bastante peculiares, que a nuestro modo de ver, son de gran importancia para entender la figura del ser humano como un individuo único, totalmente distinto del resto de las especies, capaz de vincularse con otros de una manera totalmente propia y posibilitado, precisamente, para formar la sociedad:
A) Mundanidad
El hombre, como ser pensante y racional, siempre ha tenido conciencia de su existencia. Y a la vez ha tenido conciencia de que existe en un mundo físico que lo rodea, diferente de su mundo interior, y en el cual interactúa. Y de esta interacción obtendrá la satisfacción de sus necesidades básicas (alimento, vivienda y abrigo), gran parte de su experiencia animal, la satisfacción de su curiosidad intuitiva, etc.
Pero además, al estar en este mundo físico, se dará cuenta de que no se encuentra solo. Y es aquí donde encontramos la otra característica que nos interesa.
B) Sociabilidad
El hombre, al interactuar con el medio que lo rodea, también lo hará con sus semejantes. “El hombre no existe, sino que coexiste; no vive sino que convive”43.
La convivencia implica que entre todos los elementos presentes en el mundo del ser humano, hay algunos con los que la persona tiene que tratar de un modo diferente, porque cuentan para él, para su vida, de manera especial.
Dentro de este grupo de elementos “especiales”, “trascendentes” para la persona, encontramos a los otros hombres con los cuales se relaciona y a los cuales, en cierto modo necesita; ahora, si bien es un aspecto importante de la sociabilidad humana, al tener conciencia de este otro “semejante a mí”, el hombre no sólo verá satisfechas sus necesidades sociales o de simple convivencia, sino que además verá satisfechas otro tipo de necesidades como lo son las psicológicas (por ejemplo el sentirse apoyado y protegido por sus semejantes), las