La persona en la empresa y la empresa en la persona. Carlos Ruiz González. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Carlos Ruiz González
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Социология
Год издания: 0
isbn: 9786079920197
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número de filósofos y pensadores que han dirigido su atención al fenómeno de la empresa desde un ángulo que vaya más allá del establecimiento de hipótesis para lograr mejores niveles de ingreso, u organizaciones más eficientes, para inquirir de modo más profundo en los principios antropológicos fundamentales que subyacen en su estructura. Lo anterior no significa que el problema se encuentre excluido completamente del horizonte filosófico, pues actualmente es posible encontrar una respetable cantidad y calidad de producción escrita al respecto, y prueba de ello es la extensa obra de quien fue el primer director de la tesis que daría origen a este manuscrito, Carlos Llano,[3] o el propio Instituto de Humanismo y Empresa perteneciente a la Universidad de Navarra, España, cuya labor docente e indagatoria también constituye un precedente importante. Pero más allá de estas excepciones, sospechamos, en última instancia, que el motivo del poco desarrollo de un programa de este talante se debe a ciertos prejuicios en torno al cariz predominantemente mercantil y lucrativo que caracteriza a la empresa y que se opone a la condición particularmente contemplativa y especulativa de la filosofía.

      Sin embargo, el conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales devenidas, al tiempo que impulsaron el desarrollo de las industrias modernas y la manufactura, también se enfrentaron a nuevos retos de carácter social. El éxodo masivo del campo a las ciudades, aunado a un considerable aumento de la riqueza de éstas (que fundamentalmente se tradujo en una mejor alimentación y el mejoramiento de las condiciones higiénicas y sanitarias), implicó un crecimiento demográfico sin precedentes en la historia de Europa. El capitalismo triunfante logró transformar una sociedad rural, tradicional y agrícola en una sociedad industrial y urbana, que no se libró de nuevos retos. La gran mayoría de los obreros, llegados por miles para amontonarse en los suburbios de las grandes ciudades industriales, vivía en condiciones miserables y sin trabajo garantizado. Las epidemias de tifus o cólera abundaban, las condiciones laborales eran en general muy malas y las jornadas demasiado extensas (12 a 14 horas diarias), sin mencionar que incluían el trabajo de mujeres y niños de muy corta edad, carentes de toda protección legal.

      Las críticas a la ideología anterior no se hicieron esperar; se enfocaron tanto en elementos concretos de la obra de Marx, como en las interpretaciones que de ésta hicieron las organizaciones políticas y los intelectuales socialistas o comunistas posteriores; empero, su preocupación se centró más bien en la moralidad o viabilidad de los nuevos sistemas económicos derivados de las distintas ramas de la ideología marxista, así como en el papel del Estado y su función reguladora. Por su parte, las naciones autodenominadas “capitalistas” se enfrentaron al reto de generar diversos mecanismos de control que impidiesen la explotación laboral en un sistema de libre mercado y proporcionar en cambio condiciones más dignas para el desempeño del trabajo.

      Tanto el surgimiento del liberalismo económico como de su crítica marxista detonaron el interés por el estudio del tema del trabajo desde distintas perspectivas y disciplinas. Sin embargo, esta renovada atracción intelectual mantuvo en casi todas sus vertientes el mismo denominador común: una concepción meramente utilitaria. El trabajo es únicamente el medio para ganarse la vida y colocarlo como fin vital resulta perverso.