Cantología. Patricio Manns. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Patricio Manns
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9789563248692
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se ha calzado la escritura

      Y un sonido fragoroso

      Para asomarse a la voz

      Es una palabra establecida

      Por los fuegos de la vida

      Por los truenos de la luz

      Es una palabra sin cadenas

      Anterior a tu condena

      La palabra que te ofrezco

      Es libre

      Es libre, libre, libre, libre, libre

       En Las Antillas, Antigua, 1980

      Arriba en la cordillera

      ¿Qué sabes de cordilleras

      Si tú naciste tan lejos?

      Hay que conocer la piedra

      Que corona el ventisquero

      Hay que recorrer callando

      Los atajos del silencio

      Y cortar por las orillas

      De los lagos cumbrereños:

      Mi padre anduvo su vida

      Por entre piedras y cerros

      La Viuda Blanca en su grupa

      —La maldición del arriero—

      Llevó mi viejo esa noche

      Para arrear ganado ajeno

      Junto al paso de Atacalco

      A la entrada del invierno

      Le preguntaron a golpes

      Y él respondió con silencios:

      Los guardias cordilleranos

      Clavaron su cruz al viento

      Los Ángeles, Santa Fe

      Fueron nombres del infierno:

      Hasta mi casa llegaba

      La ley buscando al cuatrero

      Mi madre escondió la cara

      Cuando él no volvió del cerro

      Y arriba en la cordillera

      La noche entraba en sus huesos:

      El que fue tan hombre y solo

      Llevó a la muerte en su arreo

      Nosotros cruzamos hoy

      Con un rebaño del bueno

      Arriba en la cordillera

      No nos vio pasar ni el viento

      Con qué orgullo me querría

      Si ahora llegara a saberlo

      Pero el viento no más sabe

      Dónde se durmió mi viejo

      Con su pena de hombre pobre

      Y dos balas en el pecho

       1965

      Arriesgaré la piel

      Quizás me fuera necesario anoche

      Tomar la inútil decisión de verte

      Así sea en el centro de la noche

      Así sea en el borde de la muerte

      Mi corazón es un caballo alado

      Mi decisión es una espada amarga:

      Yo volveré a buscar lo más amado

      Pese a la incertidumbre que me embarga

      Arriesgaré la piel por un encuentro

      Aunque paguemos caros los engaños

      Porque la vida es un instante dentro

      De la perdida inmensidad de este año

      Año de espera y año sin memoria

      Que no quisiera prolongar en celo

      Entre el cuchillo de tus dos historias

      Y las heridas de mis dos desvelos.

       1998

      Balada de los amantes

      del camino de Taverney

      El cuarto donde habita mi ruiseñora

      Se nutre con el ruido de mi demora

      Los cantos de la calle se están plegando

      Y el mórbido reloj mira blasfemando

      Después la lluvia encumbra sus volantines

      Y moja alguna estrella que agoniza entre violines

      Y agolpa sus rebenques desmelenados

      Al anca de mi potro, que no ha piafado

      De noche todo es claro si en su cortina

      Ondula una cadera que se adivina

      Sacude su pañuelo la amante raza

      Y enciende las señales por donde pasa

      Mi atávico desvelo buscando casa

      La cama donde espera mi buenamoza

      Es tibia como un vientre y es luminosa

      Viniendo de la lluvia y forzando puertas

      Aprecio que su gana ya esté despierta

      La cama donde escurro mis homenajes

      Es donde desterramos la barrera de los trajes

      Y donde, de algún modo, su resolana

      Se adueña de mi lengua, tan soberana

      Allí nos respiramos de diestra suerte

      Allí nos cobijamos (por si la muerte)

      Allí yo le regalo mis estertores

      Y allí ella me devora con mil amores

      Cogiendo de mi sangre

      Las frescas flores

      La cama donde anida su pulpa suave

      Es esa donde yergue su cuello mi ave

      Y aquella donde estira su claro modo

      Amándome de cerca y mordiendo todo

      Su cama multiplica mi envergadura

      Que es llave con la que abro su opulenta sabrosura

      Que es fuego con el que echo

      Su frío afuera

      Y avivo su gemido cuando lo quiera

      Viniendo de tan lejos estoy tan hondo,

      Tan cerca de su dentro y tan al fondo

      Tan ávido y completo, tan estrujado

      Tan posesivo y pleno, tan aplicado

      Que cuando el nuevo día se asoma, me alza

      Desangrado

       Ginebra, Suiza, 1983

      Bandido

      La noche me abre su manto

      Su manto de estrellas blancas:

      Compadre: voy a la sierra

      Llevando mi muerte en ancas

      Es negro el viento y la tierra

      Negro