39 “Boticario-médico”, Sud-América, 2 de febrero de 1891; “Farmacéuticos curanderos”, Sud-América, 22 de abril de 1891; “Multa a un farmacéutico”, El Correo Español, 8 de abril de 1892. Al respecto, véase González Leandri (1999: 154).
40 “La farmacia en decadencia”, Revista Farmacéutica. Órgano de la Sociedad Nacional de Farmacia, Año XXXI, Tomo XXVIII, 1, 1 de enero de 1889, p. 2; véase también “Redacción”, Revista Farmacéutica, Año XXIX, Tomo XXVI, 6, 1 de junio de 1887, pp. 185-187. Esa utópica autopercepción de los farmacéuticos daría lugar a descripciones de abnegación igual de bucólicas que las utilizadas por los médicos; así, la Sociedad Nacional de Farmacia clamaba por una unión de todos los que “hacen de la farmacia un sacerdocio, no un comercio”; “La unión constituye la fuerza”, Revista Farmacéutica, Año XXXII, Tomo XXIX, 3, 1 de marzo de 1890, p. 82.
41 Estanislao Zubieta, “Equívoca interpretación de las palabras botica y farmacia, boticario y farmacéutico”, Revista Farmacéutica, Año XXX, XXVII, 9, 1 de septiembre de 1888, pp. 311-314.
42 “La farmacia en su carácter comercial, científico e industrial”, Revista Farmacéutica, Año XXXII, Tomo XXIX, 9, 1 de septiembre de 1890, p. 310.
43 “Intereses profesionales”, Revista Farmacéutica, Año XXIX, Tomo XXVI, 11, 1 de noviembre de 1887, p. 366.
44 Roberto Arlt, “La decadencia de la receta médica”, El Mundo, 9 de enero de 1929.
45 “Departamento Nacional de Higiene”, Sud-América, 14 de abril de 1891.
46 “La farmacia, los médicos y las especialidades”, Revista Farmacéutica, Año XXXI, Tomo XXVIII, 8, 1 de agosto de 1889, p. 270; véase también “Las especialidades y la farmacia”, Revista Farmacéutica, Año XXXI, Tomo XXVIII, 9, 1 de septiembre de 1889, pp. 308-311; “Especialidades farmacéuticas”, Revista Farmacéutica, Año XXXIII, XXX, 4, 1 de abril de 1891, pp. 136-139.
47 El Diario, 8 de abril de 1891.
48 Julio Méndez no trepidó en utilizar, con los pacientes del Hospital San Roque, el Fernet Branca para tratar la constipación (por vía oral y rectal), tal y como quedó consignado en un informe de la principal revista galénica; “Tratamiento de la constipación por el Fernet Branca”, La Semana Médica, 20 de septiembre de 1894, p. 278.
49 La ordenanza (del 29 de abril de 1882) puede ser consultada en la Guía Médica Argentina, Año I, 1899, pp. 16-17.
50 Un autor al que volveremos en el capítulo 4 denunció el éxito de la venta de vinos y licores con supuestos agentes terapéuticos: “En parte influye la moda en la generalización de su empleo, no habiendo casi madre de familia que no compre a sus hijos anémicos o dispépticos, los vinos aperitivos o tónicos de tal o cual fabricante, lo cual será muy bueno para el droguista como objeto de lucro; pero muy malo como prescripción medicamentosa” (Paladini, 1891: 181). Para citar tan sólo un ejemplo, el “Vino uraniado Pesqui” era promocionado para la “curación del Diabetes”, pues hacía “disminuir de un gramo por día el azúcar diabético”; El Diario, 11 de marzo de 1891.
51 Aludimos a la ley de ejercicio de la medicina sancionada el 18 de julio de 1877 en el ámbito de la provincia de Buenos Aires (que unos años más tarde adquirió vigencia en el ámbito de la Capital) (Coni, 1879: 111-120).
52 “Departamento Nacional de Higiene”, Revista Médico-Quirúrgica, 1882, 19, p. 51.
53 “El curanderismo”, Revista Médico-Quirúrgica, Año XVI, 12, 23 de septiembre de 1879, p. 243.
54 “Redacción”, Revista Farmacéutica, Año XXXI, 6, 1 de junio de 1889, Tomo XXVIII, pp. 191-194.
55 “Médicos y farmacéuticos”, Revista Farmacéutica, Año XXXII, Tomo XXIX, 8, 1 de agosto de 1890, p. 271.
56 “Médicos y farmacéuticos”, El Diario, 23 de abril de 1891.
57 “El ejercicio de la farmacia y la venta de los medicamentos”, Revista Farmacéutica, Año XXXIII, XXX, 4, 1 de abril de 1891, pp. 125-128.
58 La Revista Farmacéutica ya había condenado esa práctica, reclamando “disposiciones que limiten el vergonzoso tráfico de las regencias, y de las especialidades de componentes desconocidos, que hacen del farmacéutico agente del curanderismo”; “La farmacia en decadencia. Las causas”, Revista Farmacéutica, Año XXXI, Tomo XXVIII, 2, 1 de febrero de 1889, p. 43; véase también “Redacción”, Revista Farmacéutica, Año XXX, XXVII, 12, 1 de diciembre de 1888, pp. 410-413. Otra infracción frecuente era que los “dependientes” o empleados de las farmacias carecieran de la autorización para ejercer, que debía ser obtenida mediante un examen; según Ramos Mejía, cuando en enero de 1892 se hizo cargo del Departamento de Higiene, pudo comprobar que solamente en 36 de las 204 farmacias de la Capital los dependientes contaban con la respectiva habilitación (Ramos Mejía, 1898: 505). Recién en 1905, con la sanción de la ley 4687, se alcanzó una primera regulación de la actividad farmacéutica, poniendo serias restricciones al lugar ocupado por los “idóneos” y dependientes (Otero González, 2013; Dussaillant, 2015).
59 “Farmacéuticos, dentistas y parteras”, La Nación, 7 de marzo de 1890.
60 “Farmacia. Relaciones entre los regentes y propietarios de farmacia”, Anales del Departamento Nacional de Higiene, Año 1 (4), p. 212; “Departamento Nacional de Higiene”, Sud-América, 24 de abril de 1891.
61 El Censo, en sus “Estudios de los resultados del censo de las industrias”, elaborados por Manuel Chueco, daba cuenta de cuán extendido estaba el hábito de la falsificación de productos farmacológicos o similares. Refiriéndose a las fábricas de perfumería, señalaba que la mayoría de ellas “trabajan principalmente en falsificaciones más o menos groseras de los productos de las más afamadas fábricas extranjeras;