Figura 1. Modelo para la construcción de la red personal.
Fuente: Sluzki76
En función de esta característica, es posible identificar sistemas de redes cuando se identifican diferentes redes personales y las conexiones entre ellas a partir de diferentes nodos, que las conectan de manera central o periférica.77
Dispersión: atañe a la distancia geográfica entre los miembros. La accesibilidad afecta tanto a la sensibilidad de la red, a las variaciones del individuo, como a la eficacia y velocidad de respuesta a las situaciones de crisis. Es la facilidad de acceso o contacto para generar comportamientos efectivos.
Homogeneidad o heterogeneidad demográfica y sociocultural: según sexo, edad, cultura y nivel socioeconómico, con ventajas e inconvenientes en términos de identidad, reconocimiento de señales de estrés, activación y utilización.
Atributos y vínculos específicos: tales como intensidad o tropismo, es decir, compromiso y carga de la relación, durabilidad, historia en común.
Tipos de funciones: cumplidas por cada vínculo y por el conjunto.
Respecto a las funciones de la red, se definen los siguientes elementos: compañía social, apoyo emocional, guía cognitiva y consejos, regulación social, ayuda material y servicios, acceso a nuevos contactos, entre otros. Así, se tiene que el tipo de intercambio interpersonal entre los miembros de la red determina las funciones de la red.
Compañía social: la realización de las actividades conjuntas o simplemente estar juntos, compartir una rutina cotidiana (interacciones frecuentes).
Apoyo emocional: es decir, intercambios que connotan una actitud emocional positiva, clima de comprensión, simpatía, empatía, estímulo y apoyo. Es el poder contar con la resonancia emocional y la buena voluntad del otro. Es el tipo de función característica de amistades íntimas y las relaciones familiares cercanas (relación de intimidad).
Guía cognitiva y consejos: interacciones destinadas a compartir información personal o social, aclarar expectativas y proveer modelos de rol.
Regulación (control) social: interacciones que recuerdan y reafirman responsabilidades y roles, neutralizan las desviaciones de comportamiento que se apartan de las expectativas colectivas, permiten una disipación de la frustración y la violencia, y favorecen la resolución de conflictos. Muchos de los ritos sociales actúan como recordatorios de estas restricciones.
Ayuda material y servicios: colaboración específica sobre la base de conocimiento experto o ayuda física incluyendo, por ejemplo, servicios de salud.
Acceso a nuevos contactos: es decir, la apertura de puertas para la conexión con personas y redes que hasta entonces no eran parte de la red social.
Finalmente, Sluzki78 propone que cada vínculo se analice a partir de los siguientes atributos: funciones prevalecientes, multidimensionalidad, reciprocidad, intensidad (compromiso), frecuencia de los contactos e historia.
Funciones prevalecientes: es decir, cuál función o combinación de funciones caracteriza de manera dominante a ese vínculo.
Multidimensionalidad: cuántas de esas funciones cumple. Esa persona o amigo es una compañía social y fuente de consejos, en tanto esa otra es mejor para las actividades sociales, pero imposible como consejera.
Reciprocidad: es decir, si el actor cumple con esa persona el mismo tipo de funciones o funciones equivalentes a las que esa persona cumple para él. Este atributo es también conocido como asimetría-simetría.
Intensidad: el compromiso de la relación.
Frecuencia de los contactos: a mayor distancia mayor requerimiento de mantener activo el contacto para mantener la intensidad. Al mismo tiempo, muchos vínculos pueden ser reactivados rápidamente, aun cuando haya transcurrido un lapso importante entre contactos.
Historia de la relación: es decir, desde hace cuánto tiempo se conocen y cuál es la experiencia previa de activación del vínculo.
La segunda propuesta es la de Noel Tichy et al. citados en Pfeffer,79 quienes presentan un esquema de caracterización bastante completo, el cual, en la experiencia particular, se ha utilizado en más estudios que el de Sluzki, tanto en la investigación como en la intervención para gestionar redes sociales. Para estos autores, las redes pueden caracterizarse por diversas dimensiones (ver Tabla 2).
Tabla 2. Dimensiones y propiedades de las redes.
Propiedad | Definición |
A. Contenido transaccional | Tipo de intercambio en la red: expresión de afecto, influencia, intercambio de información, intercambio de recursos o de bienes y servicios. |
B. Naturaleza de los nexos | |
1. Intensidad | Fuerza de la relación. |
2. Reciprocidad | Grado en que la relación es comúnmente percibida por todas las partes relacionadas. |
3. Claridad de las expectativas | Grado de expectativas claramente definidas. |
4. Multiplicidad | Grado en que los individuos se vinculan con relaciones múltiples. |
C. Dimensiones | |
1. Tamaño | Número de personas en la red. |
2. Densidad o conectividad | Número de nexos reales en la red como proporción de los nexos totales posibles. |
3. Agrupamiento | Número de regiones densas o de conglomerados en la red. |
4. Centralidad | Grado de jerarquía y restricción a la comunicación en la red. |
5. Estabilidad | Grado en que el patrón de la red cambia en el tiempo. |
6. Accesibilidad | Número promedio de nexos entre dos individuos cualesquiera en la red. |
7. Apertura | Número de nexos externos reales como proporción de los nexos externos totales posibles. |
8. Estrella | Individuo con el número más alto de nombramientos. |
9. Puente | Individuo miembro de múltiples enracimados en una red. |
10. Árbitro | Estrella que vincula también la red con redes externas. |
11. Aislado | Individuo con pocos (o nulos) nexos con otros en la red. |
Fuente: Pfeffer.80
Esta segunda propuesta de caracterización ha sido utilizada en el marco del ars como metodología para el análisis de los vínculos entre diferentes elementos. De igual forma, a partir de este esquema es posible planificar y ejecutar procesos de intervención con comunidades, organizaciones públicas y privadas, con personas, etc., una vez han sido claramente definidos los actores en cada caso particular, teniendo que solo desde aquí es desde donde, como ya se dijo, se considera posible llegar a una definición del concepto de red que sea operacionalizable.
Procede la crítica a los procesos que se proponen desarrollar un proyecto de investigación de redes, que en muchas ocasiones le denominan análisis de redes y le ponen múltiples apellidos, pero en el desarrollo metodológico nunca identifican un problema relacional, conduciendo a múltiples errores, entre ellos identificar grupos como redes, pues, como ya se mencionó, no son los escenarios colectivos los que generan redes, sino el intercambio, esto es, los vínculos entre las partes que conforman un grupo y de estos con los de otros grupos. Así mismo, desarrollar estudios que se mantienen en una perspectiva de atributos individuales, aunque se haga uso del concepto de redes sociales. A partir de estas claridades conceptuales sobre las redes sociales y los principales enfoques teóricos que se han venido presentando es posible pasar a abordar la metodología de ars.
1. Camilo Madariaga Orozco, Raimundo Abello Llanos y Omar Sierra García, Redes sociales: infancia, familia y comunidad (Barranquilla: Universidad del Norte, 2003).
2. Mony Elkaïm citado en Madariaga Orozco, Abello