658.4012 / P433l 2021
Perdomo Maldonado, Santiago
Lecciones prácticas para el éxito empresarial / Santiago Perdomo Maldonado. Bogotá: Colegio de Estudios Superiores de Administración – CESA, 2021. 150 p.
DESCRIPTORES:
1. Gestión empresarial – Experiencias de vida 2. Planificación empresarial 3. Estrategias empresariales 4. Gobierno corporativo 5. Éxito en los negocios 6. Ética empresarial
© 2021 CESA - Colegio de Estudios Superiores de Administración
© 2021 Santiago Perdomo Maldonado
Fotos e ilustraciones.
© Santiago Perdomo Maldonado
© Beto Barreto – Caricatura Conquistando. Página 94
© El Tiempo – Cena de despedida. Página 33
© Grupo Semana – Los reyes de la pista. Página 83
ISBN impreso: 978-958-8988-51-1
ISBN digital: 978-958-8988-52-8
Editorial CESA
Casa Incolda
Diagonal 34a No 5a - 23
Bogotá, D.C, febrero de 2021
Dirección: Editorial CESA
Corrección de estilo: José Ignacio Curcio Pennen
Diseño de portada y diagramación: Yimmy Alberto Ortiz Arias
Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito.
Diseño epub: Hipertexto – Netizen Digital Solutions
Contenido
El lugar adecuado en el momento justo
Santiago Perdomo: vocación de servicio que brilla con luz propia
La presencia de Santiago Perdomo Maldonado ha sido determinante en la banca nacional, pero también en la vida de quienes podemos llamarnos sus amigos.
Hablar del momento en el que lo conocí es hablar de la primera etapa del CESA. Yo era el rector de esta institución, creada apenas unos años atrás por un grupo de notables empresarios comprometidos con el futuro del país y liderados por el Dr. Carlos Lleras Restrepo y Don Hernán Echavarría Olózaga. Desde muy joven mostraba su especial carácter; Santiago acababa de llegar de Estados Unidos y al estudiar Administración de Empresas desafiaba el criterio de su padre —un prestigioso médico geriatra y hombre de campo, extraordinario ser humano—, quien esperaba que su hijo también estudiara medicina. Sin embargo, la vocación del hijo iba por otros caminos.
Como estudiante, Santiago mostró siempre un alto sentido de pertenencia con el CESA; era muy exigente y comprometido, no solo consigo mismo sino con quienes lo rodeaban: compañeros, profesores y directivos. Para él, la actividad académica fue siempre una prioridad, y el estudio, un valor. El CESA se caracterizaba por ser una institución de puertas abiertas, los estudiantes siempre tenían la confianza de entrar a la Rectoría a dar sus opiniones y sus apreciaciones sobre la vida cotidiana que allí se vivía. Santiago, de manera siempre respetuosa y pertinente, solía manifestar constantemente sus apreciaciones acerca del desarrollo del CESA, que funcionaba como una gran familia. Eso fortaleció ese vínculo nuestro que, con los años, se convertiría en una gran amistad.
Su pasión por los temas empresariales y financieros lo llevaron muy pronto de vuelta a las aulas, pero esta vez como profesor; comenzó enseñando Matemáticas Financieras en la Universidad de la Sabana, pero tan pronto como tuve oportunidad lo invité a formar parte del cuerpo docente del CESA, su alma mater. Para ese entonces, él ya era presidente del Banco Colpatria, y yo sabía que no iba a ser un profesor más para los estudiantes del CESA. Reemplazó, en el curso de Instituciones Financieras, al doctor José Vicente Vargas Salgado —senador de la República, ministro de Agricultura y hombre muy notable de la banca nacional—, un docente muy respetado por nuestros estudiantes: Santiago se enfrentaba a un reto muy grande y en verdad que lo logró. Nunca tuve duda de que Santiago iba a ser exitoso desde el primer día.
Dado que el plan de estudios de nuestra institución se ha caracterizado por tener un énfasis muy práctico, la experiencia corporativa de Santiago, sus calificaciones profesionales y, sobre todo, su afinado instinto empresarial, pronto lo llevaron a ser uno de los profesores predilectos dentro de la institución. Al mismo tiempo que era muy calificado teóricamente, trabajaba su cátedra desde su experiencia como gerente General de Colpatria. Santiago, como banquero curtido que era ya, enseñó la cátedra de manera especial; le dio unos toques propios, en el sentido de que llevaba a las clases a muchos conferencistas invitados