El regalo del lobo. Irene Henche Zabala. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Irene Henche Zabala
Издательство: Bookwire
Серия: Irene Henche
Жанр произведения: Языкознание
Год издания: 0
isbn: 9788417241926
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psíquicos establecidos en la vinculación con las figuras básicas de apego, en el estilo de vinculación generado en los dos primeros años de vida y en la posibilidad de que dichas figuras permitan la diferenciación desde el inicio.

      Podemos afirmar que el guion existencial hunde sus orígenes en esta génesis del vínculo de apego, que es el núcleo de la identidad desde el que se irá desarrollando nuestra complejidad psíquica y nuestra vinculación en sus diferentes aspectos: con nosotros mismos, lo que genera nuestra autoimagen, con los otros y con el mundo. En definitiva, de este vínculo de apego depende el significado profundo que cada persona otorga a la realidad.

      Las grandes coordenadas del guion existencial

       Las etapas del ciclo vital humano

      Como dice una sentencia judía, sabemos que cada nuevo individuo vuelve a crear un nuevo universo. Al mismo tiempo, sabemos que este nuevo individuo viene con una dotación no solo genética, sino también transgeneracional, que se refiere a legados de diferente índole y relevancia.

      Más tarde, en la adolescencia, hay una reedición de estas coordenadas de identidad primigenia e infantil, así como una oportunidad de cambio y reconstrucción. El adolescente recrea el mundo y con su originalidad dejará una huella absolutamente única y personal en su guion existencial y en su identidad. En esta etapa están ya contenidas las grandes preguntas. Se trata de una fase inaugural.

      Sin embargo, podemos afirmar, como ya hemos dicho en páginas anteriores, que el ser humano puede mejorar en todas las etapas y momentos de su recorrido vital y, a través de un trabajo profundo, es capaz de generar cambios en su estilo de vinculación primigenio. Consideramos que el guion existencial no está escrito. Jung nos habla de que la máxima totalidad solo se alcanza en el momento de la muerte; hasta entonces existe una vía de perfeccionamiento, de reconstrucción, de cambio, de reparación. Hagamos lo que hagamos, somos en gran medida los autores de nuestra vida.

      Veamos ahora dos ejemplos de guiones de vida tomando como referencia la dimensión profesional.

      Si A quiere cumplir el deseo de su padre y llegar a ser ingeniero aeronáutico, puede que lo consiga y con ello se convierta también en autor de su propio guion. Porque resulta que le gusta mucho, es muy competente y halla disfrute y sentido en estudiar esta carrera. Obtiene unas calificaciones brillantes, después consigue un buen trabajo y tiene éxito profesional. Parece que ha aceptado el deseo de su padre y lo ha hecho suyo. Ha salido bien. La sintonía es muy grande y el anhelo del progenitor se ha transmitido seguramente de manera respetuosa y con amor.

      Si B quiere cumplir el deseo de su padre y llegar a ser ingeniero aeronáutico, pero se encuentra bloqueado, abrumado por la dificultad de las materias, bien por falta de capacidad o por falta de esfuerzo, entusiasmo y compromiso… Sus calificaciones son malas, repite un año tras otro. Todo este proceso mina su autoestima y hace que su carrera pierda sentido. Se acerca a los treinta años y comprende que desea estudiar otra cosa. Durante todo este tiempo ha estado por un lado tratando de cumplir el deseo de su padre, y por otro resistiéndose a cumplirlo. Esta oposición de energías y esta lucha constante no pueden aportarle satisfacción ni éxito.

       La familia de origen

      La familia es el átomo social y en su seno tiene lugar la formación de la identidad. Durante mucho tiempo se ha puesto el énfasis en el estudio del vínculo de los padres con el hijo. Este núcleo es esencial, pero para comprenderlo en toda su extensión es necesario enmarcarlo en la historia transgeneracional, porque en ella está el origen de legados y modelos que van a influir poderosamente en el guion individual.

      La existencia de una serie de mandatos familiares que obstaculizan que la persona realice una verdadera elección, representados en los cuentos de hadas mediante los hechizos, es un factor muy poderoso. Asimismo, podemos hablar de modelos que se repiten como un intento de dar cauce a un enigma que se traspasa sin resolver, de generación en generación. Por ejemplo, tal y como sabemos por la psicología transgeneracional, si hay un miembro de la familia que es excluido por un motivo generalmente tabú, y este tema no se resuelve o repara de alguna manera, en una generación futura aparecerá un miembro excluido también por alguna causa tabú.

      Desde el punto de vista familiar, quiero destacar un concepto esencial: el lugar que se ocupa. Hay familias en las que en el lugar de la pareja se sitúa un hijo o una hija. Algunas personas no tienen su sitio en la propia familia, son los excluidos. Otras ocupan la posición de la oveja negra y se pretende acallarlos o bien son señalados para cargar sobre ellos toda la culpa y la entropía que genera una estructura caótica, disfuncional, inicua. Por ello es esencial hacerse consciente y conquistar el propio lugar, y eso solo es posible en un proceso de reconstrucción de la familia interna.

       Individuación y diferenciación

      Desde el mismo momento del nacimiento se produce una separación y se inicia un proceso de diferenciación. La persona va a ir desarrollando su identidad original a través del crecimiento físico y psíquico desde la infancia.

      Es muy destacable que, después de la necesidad de identificarse por oposición a los progenitores propia de la adolescencia y de las elecciones de la etapa de la juventud, una de las tareas esenciales del nuevo adulto consiste en diferenciarse más profundamente de las figuras de apego, fundamentalmente de los padres.

      Este proceso hace necesaria una separación, que no quiere decir desapego. Se trata de un trabajo psicológico en el que la persona descubre sus metas originales y se desliga del punto de vista de sus progenitores y de las personas significativas, para encontrar el suyo propio. Dicho proceso compromete las propias elecciones de vida en cuanto a los ejes esenciales, como el autocuidado y el desarrollo personal, la vinculación significativa con los otros, el emparejamiento, las amistades, así como la propia pertenencia, la identidad profesional, nuestros ideales, nuestra razón de ser en esta vida

       El guion existencial es dinámico y abierto

      Podemos mirar la biografía de cada persona como si fuera un guion que se inicia en su nacimiento, o seguramente antes, y que atraviesa las diferentes etapas del ciclo vital hasta la muerte. Una de las ideas esenciales de este libro es que la formación del ser humano no tiene lugar únicamente en las etapas de la infancia y la adolescencia; cuando uno se convierte en adulto, el proceso evolutivo continúa durante toda su existencia. La vida de cada persona es una obra que se construye a lo largo del tiempo, y la tarea profunda es otorgar a esa obra la mayor belleza y originalidad de las que sea susceptible.

      Desde la infancia la persona va construyendo una cosmovisión, una filosofía de la vida. Los niños muy pequeños, de unos cuatro años, formulan preguntas sobre la muerte, sobre la