La segunda, el racionalismo, invierte los componentes de la otra corriente teórica y pone en el centro a la razón, en lugar de la experiencia. Esto queda sintetizado en la fórmula de Descartes que señala que la existencia es consecuencia del pensamiento, dice que “porque pienso, existo”. Este cambio de lugares modifica la posición desde donde se produce la investigación, revolucionando el panorama estudiado. Algunos de sus pensadores referentes son René Descartes, Spinoza, Leibniz. También tenían como meta las verdades universales, pero manifestaban que estas verdades evidentes en sí eran innatas y no derivadas de la experiencia.
Por lo tanto, esta línea de pensamiento propone una perspectiva más amplia y menos rígida, permitiendo otros caminos, discontinuidades o desvíos, al punto que Sigmund Freud contradice a Descartes, destronando a la razón y ubicando en el centro al inconsciente. En resumen, señalamos tres miradas con diferente posición, que son actuales, coexisten y observan la realidad desde lugares distintos: la experiencia, la razón y el inconsciente. Mencionaremos algunos psicólogos referentes, de este lado del río, que construyen el camino para la fundación del psicoanálisis. El primero fue uno de sus maestros y el segundo amigo y colega de mayor experiencia. Ellos son Jean Martin Charcot y Joseph Breuer. El de referencia y fundador, Sigmund Freud y, en continuidad para algunos y discontinuidad para otros, Melanie Klein y Jacques Lacan. Freud también fue un gran lector y admirador de pensadores como Spinoza y Nietzsche. No encontramos una fecha exacta para datar el inicio de la práctica del psicoanálisis. Sin embargo, la ubicaríamos hacia fines de siglo, casi simultáneamente con la fundación del Racing Club de Avellaneda. A lo largo de la obra de Freud, formado como neurólogo, podemos dar cuenta de que en los primeros años hay una resistencia en renunciar a su posición de científico. En sus comienzos, se observa cierta búsqueda de la etiología, de cómo se origina el psiquismo en la biología. Pero rápidamente se va separando de ese lugar y desarrolla su mejor producción teórica.
Transcurriendo el primer año del siglo, más precisamente en el mes de abril de 1901, en París, nacía Jacques Lacan (tres grandes nacimientos en la misma época: el psicoanálisis, Lacan y Racing). Fue médico psiquiatra, pero quedó atrapado por la propuesta de Freud, habiendo realizado una lectura freudiana muy singular. Propuso el retorno a Freud, un modo particular de comunicar que los discípulos del fundador del psicoanálisis se habían desviado.
Cuando Lacan comenzaba a dar sus primeros pasos en la vida, en Barracas al Sur crecía la afición de los jóvenes por jugar al fútbol. Esta práctica, en esa zona lindante al Riachuelo, adquirió una dimensión que requería de la organización de un club para continuar avanzando. Fue así que un grupo de empleados del Ferrocarril Sud se juntaron y decidieron, después de varias reuniones y charlas informales, solicitarles a las autoridades de la empresa en la cual trabajaban que les cedan unos terrenos cercanos a la estación para construir una cancha de fútbol y poder jugar allí en horas de descanso. Finalmente, con la llegada de la respuesta afirmativa, se abrió camino para emprender un largo recorrido de desafíos, frente a equipos mejores (que estaban en su gran mayoría integrados por ingleses), con el fin de enriquecerse deportivamente a partir de estos enfrentamientos.
El deseo de estos muchachos comenzaba a materializarse. Contenidos por el nombre de Barracas al Sud, los jóvenes practicaban el deporte e iban participando de torneos, desarrollando experiencia en la práctica y al mismo tiempo produciendo necesidades, con el objeto de no ponerle límites a ese deseo colectivo. Sin embargo, el deseo se alimenta de ausencia, no de presencia. El ser humano quiere lo que le falta y no lo que tiene. Aquel grupo, al principio, solo tenía la alegría de reunirse a jugar al fútbol y no tenía más nada. Luego, tras un gran esfuerzo, consiguieron nada menos que un terreno para construir la cancha propia, pero lejos de ser esta obtención el objetivo final, se fueron multiplicando las faltas. Faltaban más cosas que antes (que no tenían nada). Entonces se abre un frente amplio de nuevas necesidades. Comienza una nueva búsqueda de algo que empezaba a “hacer falta”, que es la creación de una institución que esté dedicada exclusivamente al fútbol, que cumpla una función social, con la adquisición de socios que paguen una cuota simbólica y lograr de esta manera autogestionarse. El grupo que lideraba este empuje estaba conformado por los hermanos Artola, Germán Vidaillac y Leonardo Boloque. Realizaban diferentes reuniones con el fin de sumar adeptos, convencer de la idea a cada vez más gente, para finalmente (finalmente por ahora) conseguir fundar el club de fútbol. Un verdadero trabajo de política territorial. Las submetas se iban logrando de a poco, ya que las reuniones fueron cada vez más concurridas.
En la actualidad, en los últimos años se ha mencionado muy repetidas veces la palabra grieta, haciendo referencia a lo que separa a dos grupos de personas con ideas distintas para el mismo objetivo. Es decir, dos ideas –dos caminos–, un solo destino. No obstante, algunas personas acentúan la referencia de la grieta como si hubieran descubierto el aire para respirar. Pero debe ser tan antigua como la humanidad o tal vez la humanidad se haya creado después de lo que llaman grieta.
Hay otros modos de expresar algo similar a lo que signifique grieta. El que nos interesa, particularmente, es aquello que se le dice a alguien cuando sus opiniones son diametralmente opuestas a las propias, diciéndole: “… vos sos contra mía, vos estás en la vereda de enfrente...!”.
Como siempre, no existe inocencia en las elecciones, y mucho menos la elección de la frase destacada, ya que en aquellas reuniones lideradas por los hermanos Artola y Vidaillac empezaba a gestarse lo que más adelante comenzaría a estar en la vereda de enfrente. El sector de los disidentes decide separarse del grupo original para formar un equipo que se llamó Colorados al sud. “Dios no juega a los dados con nosotros”, profesa la frase que intenta comunicarles algo a los creyentes de las coincidencias. Si bien (y aunque usted no lo crea) nada tienen que ver los Colorados al sud con el actual club de Independiente. Solo a modo de hipótesis, podríamos interpretar que el deseo de crear un club venía con el germen de su rival, de la rivalidad. Como finalmente veremos más adelante, dos años después de nuestro nacimiento, se fundará el club de los vecinos de la vereda de enfrente. Nuestra rivalidad. Como si surgieran a modo de pequeño vástago de nuestra gestación, que justificaría una competitividad propia. Dos caras de la misma moneda. En la película de Batman, dirigida por Christopher Nolan se produce este diálogo:
Batman: —¿Por qué quieres asesinarme?
Guasón: —No quiero asesinarte. Qué es lo que haría sin ti…. Tú eres la otra parte de mí…
Dos caras de lo mismo. Se envidia el éxito del otro y se desea el propio. Se teme el fracaso propio y se goza el ajeno. ¿Qué hay de la envidia en el deseo, o del deseo en la envidia? ¿Qué hay del temor en el goce, o del goce en el temor? Un reflejo que devuelve la imagen especular, que pone en movimiento algún sentimiento. Dos lugares para uno que no existe, porque siempre somos al menos dos.
Volviendo a las viejas, pero tan actuales disidencias, Barracas al Sud y Colorados Unidos iniciarían un corto recorrido, de más fracasos que éxitos, trascurriendo el año 1902 y un par de meses de 1903. Por último deciden aunar fuerzas y se vuelven a juntar para finalmente fundar el club, el 25 de marzo de 1903. En la asamblea organizada ese día se acordó lo más importante. Ambos sectores debían resignar el nombre que los representaba anteriormente. Esa re-unión, necesitaba un nuevo nombre. Durante el debate, Germán Vidaillac, muestra una revista de automovilismo en cuya tapa estaba escrita en grande la palabra RACING. La asamblea votó por unanimidad la aprobación del nombre. Fueron 45 los socios iniciales, en una