Las inscripciones
En las estampas antiguas no figura la firma autógrafa del grabador, pero se suelen encontrar una amplia serie de inscripciones. Suelen estar grabadas al pie o en el margen inferior, en latín, y hacen referencia a las diversas personas que intervinieron en su elaboración. Conocer su significado sirve de gran ayuda, sobre todo delante de un grabado de interpretación, ya que se puede saber quién era el autor de la composición, el autor de la matriz, el autor de la estampación, el editor y en algunas ocasiones, hasta el precio y el lugar donde se vendía.
Como en pintura, la palabra fecit o faciebat –abreviado f., ft..– hace referencia al autor del grabado. De este modo, Rembrandt F debemos interpretarlo por Rembrandt hizo.
La palabra invenit viene precedida por el nombre del autor de la composición, que en el caso de que ésta sea una pintura también se puede encontrar la palabra pinxit: Velázquez invenit, Velázquez pinxit.
Con el término delineavit se expresa al autor de una composición previa, que él mismo se ha encargado de dibujar sobre la plancha. Existe una gran variedad de vocablos y abreviaciones que, precedidos por un nombre, aclaran muchas cuestiones relacionadas con la estampa (véase recuadro).
INSCRIPCIONES MÁS CORRIENTES
• f., fe., fec., fecit, feciebat: hizo,
• inv., invenit: inventó,
• pinx., pinxit: pintó,
• inc., incisit, incidit, incidebat: incidió (grabó),
• sculp., sculp., sculpsit: grabó,
• del., delin., delineavit: dibujó,
• comp., composuit: compuso,
• lith: litografió,
• formis, imp., impressit: hizo la impresión,
• apud, e., ex., excudit, excudebat:
editor que a menudo también imprime.
Las marcas
En las estampas antiguas se pueden encontrar unas marcas que nos hablan de quién o quiénes han sido sus propietarios, es decir, ayudan a conocer su currículum. Pueden ser de varios tipos: de particulares, de testamentaría o de instituciones. Éstas, a su vez, pueden añadir otra que determina el origen de una importante colección. Son las marcas o sellos de donaciones, legados o compras especiales.
Lucas van Leyden. David tocando ante Saúl, 1519. Buril. En la parte inferior se distingue el monograma L, en este caso invertido, que identifica la autoría de la imagen.
Jacopo de Barbari. Los tres prisioneros (detalle), c 1500. Buril. En la parte inferior derecha de la imagen podemos ver con claridad un caduceo, se trata del símbolo usado para firmar su obra.
El peritaje y la certificación de la obra gráfica
Antes de comprar un grabado es importante que se sepa valorar su calidad técnica, formal y de materia, el buen estado de conservación y la rareza. Asimismo, es fundamental que se pueda exigir un certificado de autenticidad con conocimiento de causa.
El peritaje
Para valorar un grabado los parámetros que rigen son los siguientes:
• La calidad de la estampación que se notará en la regularidad de líneas, trazos y manchas, en el estado en que se encontraba la plancha durante la edición y en la calidad del papel sobre el que se estampó.
• La técnica: calidad, grado de dificultad, rareza.
• El tamaño: a mayor tamaño, mayor valoración. Aunque esto resulta algo incoherente, el mercado así lo marca.
• El estado de conservación del papel (en verso y dorso) y de la estampa (dentro y fuera de la imagen).
• La temática: la tasación será mayor en temas raros, como la gastronomía, que en temas infinitamente grabados y regrabados, como los religiosos.
• La rareza: las pocas pruebas que existen de un grabado, a veces pruebas únicas.
• Si en los grabados posteriores a 1850 aparece la firma o no.
• Si aparecen contrafirmas, inscripciones o dedicatorias del artista-grabador.
• La procedencia: si, por ejemplo, perteneció a algún coleccionista famoso o lleva algún sello, se cotizará más.
Al comprar un grabado es fundamental saber si existen catálogos razonados en que se analice aquella estampa. Éstos son libros de referencia o de consulta sobre arte en los que se da información exhaustiva sobre todo el corpus de la obra de un artista reconocido, de una escuela, de un período, etc. Así, de cada grabado analizado se especifica: artista, título oficial y/o popular, técnica, tamaño de la plancha, descripción de la imagen, identificación de los estados por los que ha pasado, rareza de la pieza, si está firmado o no, si hay inscripciones y/o dedicatorias, si existen ediciones posteriores, condición de las matrices, si la plancha está cancelada, estado de conservación de las pruebas conocidas, si existen copias del mismo grabado (sobre todo en grabados antiguos) y por qué detalles se diferencian del original, si se conocen falsificaciones, valoración económica y precios de las obras en ventas públicas, etc.
Muestra de algunas de las patologías que puede sufrir el papel: señales producidas por humedades y manchas de oscurecimiento debidas a la acidez del papel del passepartout, o a la de las colas y polímeros de las cintas adhesivas añadidas.
Pueden apreciarse las huellas dejadas por distintos organismos vivos en el papel: las manchas marrones-rojizas del foxing, las zonas erosionadas y los agujeros producidos por el paso de los lepismas (conocidos vulgarmente por pececillos de plata) y los coleópteros.
En los catálogos de subastas se especifica la descripción formal y el estado de conservación de la obra en venta, y al final se hace referencia a un precio estimado de salida. Este tipo de catálogo, contrastándolo con la información extraída del catálogo razonado, ayuda a dar un valor, a tasar la obra gráfica.
En un grabado se deben analizar los posibles desperfectos y observar dónde están situados: si están en medio de la imagen y en un punto importante de ésta, o en los márgenes. Como orientación, se enumeran algunos de los posibles defectos:
• arrugas (por pequeñas que sean), dobleces, rascados, agujeros y rasgados en el papel;
• suciedad, en toda la estampa en general o sólo con manchas;
• manchas de humedad, de hongos o de foxing;
• agujeros y erosiones varios producidos por animales;
• estampación incorrecta: con exceso o escasez de tinta en los trazos; con los biseles sin limpiar; con tinta excesivamente aceitosa que traspasa al dorso de papel; con manchas y reservas de hilos, arrugas u otros problemas que hayan sucedido durante la estampación;
Clara Oliva. No sé si podré apropar-me al teu món, 1990. Punta seca y gofrado.
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