Evaluación fisiológica del deportista. J. Duncan Mac Dougall. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: J. Duncan Mac Dougall
Издательство: Bookwire
Серия: Medicina
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788499102016
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      Asimismo, hay que tener presente que el rendimiento global de cualquier deportista es una combinación de muchos factores diferentes, entre los que la función fisiológica sólo es uno más. Por lo tanto, no sería muy acertado intentar el pronóstico del rendimiento a partir de una sola prueba fisiológica o de un sola batería de pruebas fisiológicas, especialmente en aquellos deportes en los que los componentes técnicos, tácticos y psicológicos puedan relegar la fisiología a un segundo plano. De forma similar, en lo tocante a la selección de deportistas para competir o formar parte de equipos, las pruebas fisiológicas deben limitarse a confirmar la información ya disponible acerca de rendimientos reales y observaciones sobre el terreno.

      Éstas son las características que conforman un programa de evaluación efectivo:

      * Las variables evaluadas son importantes en ese deporte. A pesar de que esta afirmación pueda parecer un tanto obvia, en un pasado reciente no era nada extraño que científico, entrenador y deportista perdieran su tiempo evaluando componentes fisiológicos que tenían muy poco que ver con el deporte en el que estaban interesados o los problemas que éste planteaba. Conocemos un ejemplo en el que la batería.de pruebas utilizada por un afamado laboratorio para evaluar a un grupo de lanzadores (lanzamiento de peso, disco y jabalina) consistía en la medición de la fuerza de presión de la mano, una estimación de la grasa corporal por medio de mediciones de grasa subcutánea y de la potencia aeróbica máxima sobre una cinta ergométrica y de la anaeróbica máxima sobre un ciclo ergómetro con el protocolo de Wingate. Ninguno de los componentes evaluados estaban directamente relacionados con el deporte que practicaban estos deportistas.

      * Las pruebas seleccionadas son válidas y fiables. Una prueba es válida cuando mide lo que afirma medir. Es fiable cuando los resultados son consistentes y pueden reproducirse. El científico puede llevar a cabo las pruebas que considere necesarias, pero estas pruebas no serán de mucha ayuda si no tienen la suficiente fiabilidad para reflejar cualquier cambio, por pequeño que sea, que haya experimentado el deportista de élite en un período de tiempo determinado. Del mismo modo, cabe la posibilidad de que una prueba ofrezca resultados fiables pero no tenga la validez necesaria.

      * Los protocolos de las pruebas son específicos al deporte. Para que la significación práctica de los resultados de las pruebas sea óptima, el tipo de ejercicio realizado debe ser específico al deporte. Por ejemplo, si se efectúan pruebas a un nadador, una prueba de capacidad aeróbica máxima que utilice un protocolo basado en correr sobre una cinta ergométrica arrojará muy poca luz sobre el estado de entrenamiento del deportista en lo que a natación se refiere. Lo ideal sería evaluar al nadador en su elemento por medio de una «piscina ergométrica». Sin embargo, ya que no todos los científicos tienen acceso a este tipo de aparatos, lo mejor que se puede hacer es evaluar la ejecución simulada de un ejercicio natatorio, como ergometría de brazo, natación con sujeciones o ejercicios sobre un banco de natación. En este tipo de casos, al margen de que los resultados puedan ser fiables en un grado muy alto, la validez se reduce a medida que el patrón de movimiento va diferenciándose del de la natación.

      * La prueba debe ser administrada con absoluta rigidez. Una vez se hayan elegido los ejercicios, deben ser realizados de forma constante y coherente. Esto hace necesaria la estandarización de las instrucciones que reciben los deportistas, los procedimientos de práctica o calentamiento, el orden de los ejercicios y el tiempo de recuperación entre un ejercicio y el siguiente, la humedad y temperatura ambientales y los equipos y procedimientos de calibración de los mismos. Asimismo, debe quedar constancia de cualquier variable intradeportiva que pueda afectar a los resultados de la prueba, como la etapa de entrenamiento, el tiempo transcurrido desde la última competición, la hora en relación con las pruebas anteriores, el estado nutricional del deportista y otros factores como el sueño, lesiones o enfermedades, hidratación, medicación y ansiedad.

      * Hay que respetar los derechos humanos del deportista. Los criterios éticos a aplicar antes de llevar a cabo una prueba incluyen una explicación completa del objetivo de la prueba y una exposición realista de los riesgos potenciales, tanto físicos como psicológicos, que implica la prueba. Asimismo, debe quedar estipulado que los resultados de las pruebas serán confidenciales (en el Apéndice 4.1 del capítulo 4 hay un modelo de formulario de consentimiento con conocimiento de causa).

      * La evaluación debe llevarse a cabo a intervalos regulares. Puesto que uno de los principales objetivos de la evaluación consiste en controlar la efectividad del entrenamiento, las pruebas deben llevarse a cabo siguiendo las distintas etapas del mismo. Es posible que una prueba llevada a cabo de forma aislada (e incluso una prueba anual) tenga un interés potencial para el científico pero no le será de ninguna utilidad al deportista.

      * El entrenador y el deportista deben recibir una interpretación directa de los resultados de las pruebas. A pesar de que este último paso es crucial, los científicos tienden a olvidarlo. Hay que comunicar al deportista los resultados de las pruebas con prontitud y en unos términos que tanto él como su entrenador puedan entender. En base a esta información hay que alterar los programas de entrenamiento para incorporar las estrategias adecuadas. Si no se lleva a cabo esta aplicación final, el resto del procedimiento de evaluación no habrá servido de nada.

      Para algunos deportes puede ser aconsejable o incluso necesario evaluar a los deportistas por medio de una prueba de campo. Una prueba de laboratorio es una evaluación llevada a cabo en un entorno controlado, y utiliza protocolos y equipos para simular un deporte o actividad. Una prueba de campo es una evaluación realizada mientras el atleta está llevando a cabo un ejercicio en una situación de competición simulada. La medición del consumo máximo de oxígeno (V02máx) de un remero en un ergómetro de remo es una prueba de laboratorio, mientras que la medición del V02máx de un remero mientras está remando sobre el agua durante una carrera simulada es una prueba de campo. De forma similar, una prueba anaeróbica para un jugador de hockey realizada sobre un ergómetro de bicicleta que ofrece los resultados en unidades de trabajo o potencia está considerada como una prueba de laboratorio, mientras que una prueba de la velocidad de patinaje del jugador en una pista determinada (que dé unos resultados en unidades de tiempo o distancia) está considerada como una prueba de campo.

      Por regla general, los resultados obtenidos en pruebas de campo no son tan fiables como los obtenidos en pruebas de laboratorio, pero suelen tener mayor validez debido a que son mucho más específicos. Puesto que los científicos no pueden controlar variables como la velocidad del viento, temperatura, humedad y condiciones del campo de juego o de la pista, el rendimiento del atleta varía más en las pruebas de campo. Además, los sistemas “portátiles” de recolección de datos que suelen utilizarse en las pruebas de campo no son tan exactos como los que se utilizan en los laboratorios. Las pruebas de campo son la única alternativa para aquellos deportes que el científico no puede simular de forma efectiva en el laboratorio.

      En este libro se describen y estudian diferentes pruebas de campo (por ejemplo, ver la prueba de patinaje sobre hielo de Lariviere y Godbout en el capítulo 5). Estas pruebas no tienen por qué ser menos «científicas» ni estar controladas con menos rigor que otras pruebas de laboratorio más tradicionales. Los resultados obtenidos en una prueba de campo realizada correctamente deben ser complementarios a los conseguidos en una prueba de laboratorio; no hay necesidad de que unos datos reemplacen a otros.

      Bouchard, C. (1986). Genetics of aerobic power and capacity. In R. W. Malina & C. Bouchard (Eds.), Sport and human genetics. Champaign, IL: Human Kinetics.

      CAPÍTULO 2

       ¿QUÉ MIDEN LAS PRUEBAS?

       Howard J. Green

      El interés principal del deporte de alto rendimiento, ya sea lanzamiento de peso, lucha libre, carreras de larga distancia o tiro con arco, es el rendimiento final. Sin embargo, esta respuesta final depende