• Vuelve poco a poco al deporte. No reinicies una actividad intensa con el hemicuerpo inferior hasta que dejes de sentir dolor. Si no atiendes a razones, quizá agraves la lesión y pases más tiempo lejos de la competición.
PREVENCIÓN
• Mantener la flexibilidad. La mejor forma de estirar esta área es apoyar los dedos del pie y el antepié contra el borde vertical de un escalón, el talón en el suelo mientras te inclinas lentamente hacia delante manteniendo la pierna recta hasta sentir el estiramiento en la pantorrilla. Repite el estiramiento con la rodilla flexionada y percibe el estiramiento más abajo cerca del tendón de Aquiles. Aguanta el estiramiento de 15 a 20 segundos y repite varias veces en cada posición. Lo ideal es que lo hagas a diario, antes y después del ejercicio.
• Rodar el pie sobre una pelota. Es una medida preventiva sencilla que puedes practicar en cualquier sitio, incluso sentado en el despacho mientras trabajas. Unos minutos al día, haz rodar adelante y atrás una pelota de tenis bajo el pie. La pelota masajea y relaja la fascia.
• Usa plantillas. Las plantillas sin receta médica con el arco plantar duro son útiles, sobre todo para personas con el arco plantar alto. La prescripción de plantillas es otra opción, porque son a medida de tu pie, aunque sugiero probar antes las primeras (son mucho más baratas), porque según mi experiencia, en torno al noventa por ciento de los pacientes obtienen buenos resultados con ellas. Si no funcionan, acude a un podólogo para hacerte un par a medida.
Si en dos semanas los síntomas no mejoran, pide cita con el médico. Es probable que el médico te haga aplicar los remedios aquí recomendados, así como tratamientos más agresivos dependiendo de la gravedad de la lesión; a saber: llevar una férula por la noche, tener unas zapatillas con el arco plantar alto junto a la cama para cuando nos levantemos (lo cual podría reagravar la lesión antes de que se cure por completo), fisioterapia e inyecciones de corticosteroides para aliviar la inflamación.
Otro tratamiento potencial es el plasma rico en plaquetas (PRP). Es un tratamiento nuevo pero muchos deportistas profesionales lo han usado y han obtenido resultados. En áreas del cuerpo que no cuentan con mucha irrigación, la curación es lenta. El médico inyecta plasma autógeno rico en plaquetas en las áreas dañadas para favorecer una curación más rápida. Lo bueno es que funciona con la mayoría de las personas. Lo malo es que por lo general el tratamiento no lo cubren los seguros. Pero si no obtienes resultados con otros tratamientos, no hace daño que investigues.
¿NECESITAS CIRUGÍA?
Probablemente no. La cirugía es necesaria sólo en casos extremos que no responden al tratamiento normal.
SÍNTOMAS
Dolor en el talón, en el tendón situado justo encima de él, o posiblemente más arriba, donde los músculos de la pantorrilla forman una V en el dorso de la pierna. El dolor puede ser desde leve hasta debilitante.
CAUSA
El tendón de Aquiles, así llamado por el legendario héroe griego cuyo único punto vulnerable era el talón, es un tendón cordiforme y grueso de unos 10 centímetros de largo que conecta los músculos gastrocnemio y sóleo de la pierna con sus puntos de inserción en el calcáneo.
Las lesiones del tendón ocurren en varios puntos. Ocasionalmente se localizan en la parte superior de los músculos, en cuyo caso reciben el nombre de distensiones (véase la página 20). Estas lesiones tienden a sanar con rapidez debido al abundante riego del músculo.
Una localización más habitual de las lesiones es la unión musculotendinosa, donde convergen los músculos con el tendón. Este punto se encuentra a medio camino en el dorso de la pierna, donde los músculos forman una V. Estas lesiones tienden a curar espontáneamente, pero no con tanta rapidez como en el área muscular, porque el riego sanguíneo no es tan abundante.
La lesión más grave del tendón de Aquiles es en el tendón en sí. La inflamación del tendón o tendinitis y la inflamación crónica con acumulación de líquido, llamada tendinosis, son las lesiones de este tipo más corrientes.
SOLUCIÓN
• Reposo dinámico. En el caso de lesiones del tendón de Aquiles, por lo general la natación y el ciclismo son adecuados, pero sólo si no se siente dolor. Correr es una actividad excesiva que sólo agudizará la lesión.
• Hielo. La aplicación de hielo en el área durante 15 minutos de 4 a 6 veces al día ayuda a reducir la inflamación y el edema.
• Estiramientos. No abogo por los estiramientos si causan dolor. Una vez puedas hacerlos sin dolor, haz el estiramiento clásico de los corredores con las manos contra una pared (véase abajo).
• Fortalecimiento. Un tendón como el de Aquiles comienza a doler por la carga que soporta. Si quieres reducir la fuerza de carga, aumenta la musculatura que influye en la carga para que pueda reducirla. Una vez que no sientas dolor, vuelve a recuperar la condición física. Comienza con elevaciones excéntricas de gemelos: Ponte en un escalón con los talones en el aire, invierte 10 segundos en su descenso y luego elévalos a un ritmo normal. Recurre a trabajo pliométrico con el hemicuerpo inferior, por ejemplo, sentadillas, tijeras en múltiples direcciones, sentadillas con impulsión posterior de las piernas, etc. (véase más información en la página siguiente).
GEMELOS CON LA PIERNA ESTIRADA
Ponte a 60 centímetros delante de una pared, con los pies en línea y el cuerpo inclinado hacia delante. Apoya las manos en la pared e inclina el cuerpo sobre ella. Desplaza el peso del cuerpo sobre el pie retrasado hasta sentir un estiramiento en la pantorrilla. Aguanta 30 segundos con cada pierna y luego repite el estiramiento dos veces hasta completar un total de tres series. Haz esto a diario; si estás muy tenso, hasta 3 veces al día.
GEMELOS CON LA RODILLA FLEXIONADA
Practica este estiramiento igual que el anterior, pero aproxima más el pie retrasado hacia la pared de modo que los dedos queden pegados al talón del pie adelantado. Mantén los talones en el suelo, flexiona ambas rodillas hasta sentir un estiramiento indoloro justo por encima del tobillo de la extremidad retrasada. Mantén el estiramiento 30 segundos con cada pierna, y luego repite dos veces hasta un total de tres series. Haz esto a diario; si estás muy tenso, hasta 3 veces al día.
Sentir molestias uno o dos días en el tendón de Aquiles, bueno, pero si dura más o, lo que es más importante, provoca una cojera o una marcha alterada, tendrá que ser examinado.
La prescripción suele ser interrupción de la actividad que causó la lesión (por lo general, correr). Tal vez termines llevando una ortesis de tobillo-pie hasta que no sientas dolor y puedas comenzar la rehabilitación. Durante la rehabilitación, el fisioterapeuta o el preparador físico emplearán ultrasonidos, sesiones de estimulación eléctrica, aplicación de hielo y, por último, una combinación de estiramientos y ejercicios de fortalecimiento para acabar con el problema.
¿NECESITAS CIRUGÍA?
No es necesaria para un dolor general del tendón de Aquiles. Pero si el dolor es persistente y no recibe atención adecuada, la tendinitis o tendinosis pueden derivar en un desgarro degenerativo del tendón, a menudo caracterizado por la presencia de un