Ese tratamiento domini para el rey junto a la mayordomía vacua es otra novedad suya41 que se mantendrá cuando ocupe el cargo García Fernández de Villamayor desde mediados de mes,42 como vimos en lo de 1232 de M-II, haciéndose frecuente hasta 1243. En cuanto al antropónimo, escribe Garsia en 27, 28, 29 y 48, Garsias en 31, 37, 40 y 43, y el viciado Garsie en 59 y 60; el deterioro de 32 impide verlo. La copia 60 emplea r minúscula en ambos regis, variante solo vista en el del mayordomo de 10 y 86 y en los dos de 14. Es muy característica de Pedro Martínez la z de alferiz, semejante a una cedilla y ajena a los demás escribanos de Fernando III43 (en 37, además, cambia ele por erre: arferiz).
2.9. M-IX (1232)
El privilegio 30 es una copia realizada el 10 de octubre de 1317 por el notario compostelano Alfonso Eanes44 de un original perdido de Pedro Martínez de Aguilar. La rueda tiene 91 mm Ø. La cruz campal, que abarca todo el campo, es muy tosca y los brazos acaban en tridente.
La orla, única, continua y entre gráfilas simples, supone el 25 % Ø. Su leyenda sufre anomalías:
— Llevar cruz incoativa solo pasaba en originales de Fernando II de León.45
— Invierte la colocación habitual: sentido horario por apoyar el renglón hacia dentro, e inicio arriba. Así irá viéndose a partir de 1242 y se impondrá bajo Alfonso X; por tanto, era lo normal en época de Alfonso XI, cuando se hizo esta copia.
— Poner Fernandi en vez de Ferrandi es insólito, solo repetido en tres ruedas dibujadas por Sancho de Segovia en 1251 y 1252 (copia 98 y originales 99 y 100).
— Trastocar el orden de reinos (Castilla, León, Toledo y Galicia), con una sola nota tironiana entre los dos últimos.
— Peculiar braquigrafía de León y Galicia.46
— Interpunciones limitadas a flanquear la sigla de Legionis.
La leyenda exterior, muy menuda, mantiene el tradicional sentido contrahorario por su apoyo externo, pero el mayordomo quedará a la derecha y el alférez a la izquierda (solo repetido en 58, 75, 76 y 80), dejando un amplio hueco a sudoeste, semicerrado alargando generosamente el travesaño de la t final. En el apellido del mayordomo se prefiere de nuevo Fernandi a Ferrandi, igual que en el antropónimo regio. Es asimismo extraño Luppus con dos pes,47 y alfferez con e en la sílaba final, caso exclusivo en todo el reinado, y tal vez castellanismo que contaminó la copia, elaborada cuando ya se rodaba en romance.48
2.10. M-X (1232)
Tanto Luis Sánchez Belda como Julio González consideran original el privilegio 34,49 despachado según su cláusula corroborativa por Pedro Martínez, el escribano de M-VIII. La inacabada rota (el campo está vacío) mide 55 mm Ø y su orla única, entre gráfilas simples con algún desajuste, ocupa el 53 % Ø; es decir, dentro de los parámetros de este oficial.
Sin embargo, resulta sospechoso que lleve separadores, ajenos a los originales de Fernando III tras la reunificación de León y Castilla como vimos en M-IV, que, por estar caídos los horizontales, la dividen en cuatro arcos irregulares. Y tampoco coinciden entre sí, pues el derecho es un simple trazo grueso, mientras que el resto se abocinan. Ello determina el caprichoso reparto de la leyenda: signum Fe - rrandi, regis Ca - stelle et Tol - eti, Leginis (sic) et Gallecie.
Las grafías sí muestran particularidades de Pedro Martínez de Aguilar: O con un entrante en la parte derecha de la panza (es lo corriente de él, aunque no invariable), R de cabeza pequeña y astiles muy largos, literalidad de la copulativa et obviando la nota tironiana, y se ve una letra encajada. En cuanto a las interpunciones, a estas alturas no es raro el abandono del encabalgado de puntos entre todas las palabras (véanse 31, 37, 40, 42 —atribuida— y 43). Surge la errata Leginis.
Nada que objetar a la leyenda exterior: anillo cerrado, tratamiento domini rregis también en el mayordomo y característica zeta final de alferiz.
2.11. M-XI (1232)
Las corroborativas de los originales 36 y 38 no especifican autor, pero pueden atribuirse a Gonzalo Martínez por la semejanza con M-VI, del que difieren principalmente en no encerrar la confirmación de mayordomo y alférez en una segunda orla. Ambas miden 52 mm Ø y esa sola corona, entre gráfilas dobles (en M-VI solo pareaba una en 19), ocupa el 37 y 38 % Ø.
Las cruces campales se parecen en particular a las de 17 y 19, salvo la nimiedad de que el rabillo inferior de 36 no llega a apoyar en la gráfila.
La orla deja de ir escindida abajo, el acople de su leyenda es normal y, fiel a sí mismo, Gonzalo Martínez sigue poniendo signum con U y obviando notas tironianas. No hay nexos (corrientes en M-I, decaen en M-VI, M-XIV y el dudoso M-XVI) ni abreviaturas. Interpunge todas las palabras como en 5, 6, 7, 8 y 9 de M-I (en el resto se limita a la punción final; solo faltan por completo en el original 51 y en sus copias 52 y 53), pero cambia el motivo: ahora hay de cuatro a seis puntos encabalgados.
La leyenda exterior termina de cerrarse prolongando el travesaño de la t final de ambos confirmat, sobre todo del primero. Asume el tratamiento domini rregis dado por Pedro Martínez de Aguilar en M-VIII para la ratificación del mayordomo, y que Gonzalo solo reiterará en M-XIV (sospechoso).
2.12. M-XII (1232-1236)
Además de M-V y la rueda que trasladan M-III y M-IV, Pascasio de Soria50 dibujó las originales 41, 46, 47 y 57 (sospechosa)51 y la que sirvió de modelo a la copia coetánea 44;52 la atribución de 45 es dudosa.53
La principal diferencia con aquellas es que ahora la confirmación de mayordomo y alférez no va orlada; en 45 y 46 una tenue circunferencia, de probable pautado, bordea la leyenda exterior. Oscilan de 46 a 66 mm Ø; la única corona, de gráfilas simples y mínimamente descentrada la exterior de 47, supone entre el 31 y el 43 % Ø.
Las cruces campales mantienen la otra vaciada y el par característico de abultamientos a los lados de cada brazo, que veíamos en M-IV y M-V, pero evolucionan:
— 41, 44 y 45 tocan la gráfila, imposibilitando potenzas, asta y remates de bodoque y rabillo en los brazos.
— 46 abocina mucho el patado y lo decora a contraste con adornos filosados.
— 47 y 57, también muy grandes, pero sin ocupar todo el campo, van sobre asta, minimizan el patado y acoplan potenzas incurvadas. 47 solo deja un bullón braquial.
Las coronas son continuas (salvo en 57, segada por la prolongación del asta) y el acomodo de su leyenda no disuena.