Esta tabla muestra cómo cada pacto sucesivo encaja en el desarrollo de la misma historia. Quizá podamos ver esto más claramente si estudiamos la profecía de Jeremías sobre un nuevo pacto con mayor detalle. (Esta profecía era a la que Jesús se refería cuando instituyó la Cena del Señor). Si es correcto decir que el nuevo pacto es una mejora o extensión del antiguo pacto, esperaríamos encontrar los mismos elementos que encontramos en las versiones anteriores. Pero como con cualquier mejora, existen nuevos avances. Así que veamos lo que permanece igual a lo que se reveló antes del tiempo de Jeremías, y qué es nuevo e innovador en la revelación que de da a Jeremías acerca del nuevo pacto de Dios que sería inaugurado por Jesucristo.
Sin cambios: El mismo Dios qué le hizo promesas a Abraham y reveló su nombre a Moisés continúa haciendo promesas a su pueblo en los tiempos de JeremíasVienen días —afirma el Señor— en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá.--Jer. 31:31
Sin cambios: el mismo objetivoYo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.--Jer. 31:33
Cambio: Un nuevo métodoNo será un pacto como el que hice con sus antepasados … ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo. Este es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón.--Jer. 31:32-33
Cambio: Una nueva universalidad. Todos tendrán acceso al conocimiento de Dios, no solo una élite.Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: “¡Conoce al Señor!”, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán--Jer. 31:34a
Cambio: una nueva confianzaYo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.--Jer. 31:34b
Aunque los elementos troncales se mantienen iguales, otros elementos se extienden o profundizan. Eso es lo que esperaríamos de una historia en desarrollo. Esto refuerza nuestro punto de que el Nuevo Testamento nunca debe ser entendido como un cambio de dirección- es la conclusión revelada de los planes eternos de Dios.
2.2.2. El ángulo del reino
Otro ángulo por el cual podemos abordar la gran historia de la Biblia es el ángulo del reino.[7] Este ángulo es útil porque nos ayuda a colocar el tema del pacto en una perspectiva más amplia. Es como si estuviéramos mirando un mapa aún más grande del que veíamos anteriormente.
Algunos asumen que la idea del Reino de Dios es una invención del Nuevo Testamento porque Jesús fue el que enseñó acerca de ello más que nadie. Sin embargo, tan pronto como consideramos ampliamente el texto bíblico, recordando la relación entre los dos Testamentos, queda claro que el tema del reino no es un tema del N.T.
¿Recuerdas los términos en los que Samuel reprendió a la gente por pedir un rey para que pudieran llegar a ser “como otras naciones” (1S 8:20)?
No obstante, cuando ustedes vieron que Najás, rey de los amonitas, los amenazaba, me dijeron: “¡No! ¡Queremos que nos gobierne un rey!” Y esto, a pesar de que el Señor su Dios es el rey de ustedes. | ||
--1 S 12:12 |
Finalmente, Samuel ungió a un rey sobre Israel. Pero a lo largo del reinado de Saúl y David y de todos los reyes que los siguieron, quedaba claro que el rey estaba sujeto a Dios, como rey de reyes que era. Otro argumento de lo que estamos afirmando e el hecho de que los autores de los libros de Reyes y Crónicas van juzgando a los reyes según su obediencia a Dios.
Pero la idea del Reino de Dios es previa a la del reino de Israel. Ese reino fue solamente una etapa en un proceso más amplio. Podemos decir que la idea del reino de Dios comenzó en el Jardín del Edén. ¿Cómo podemos afirmar esto? Bueno piensa en los requisitos que debe tener todo reino. Lo esencial es que debe de haber un rey que gobierna a su pueblo en un determinado lugar. Ahora veamos cómo esas ideas se aplican al reino de Dios en el Edén:
Un rey. Dios claramente cumple este rol en Génesis 1-2.
Pueblo de Dios. El primer hombre y la primera mujer fueron creados a imagen de Dios, lo cual los distinguía de todas las demás criaturas (Gn 1:27). Su tarea consistía en servir a Dios cumpliendo sus propósitos y reflejar el carácter de Dios.
El lugar de Dios: Dios es el creador del cosmos, pero delimitó un jardín lleno de vida como el perfecto hábitat para el hombre y la mujer. Ahí es donde iba a visitarles ‘Cuando el día comenzaba a refrescar’ (Gn 3:8).
La bendición y el gobierno de Dios: El jardín tenía límites geográficos, pero es poco probable que el hombre y la mujer estuvieran muy preocupados al respecto. Porque con inmensa generosidad, Dios había provisto para todas sus necesidades dentro del jardín (incluso el acceso al árbol de la vida- véase Gn 3:22) más significativo fue el limite espiritual que Dios puso cuando les ordenó no comer del árbol del conocimiento del bien y el mal, si no querían enfrentarse a consecuencias terribles (Gn 2:16-17). Esta era una prueba de su lealtad y devoción a su creador. Era una prueba para saber si vivirían o no bajo el Rey legítimo.
Existe un tema adicional, que muchas veces pasamos por alto. En Génesis 1 y 2 esta ímplicito, y se desarrolla en los siguientes capítulos, y se hace explícito en Génesis 12. Este es el hecho de que Jehová es el Rey de TODO. Él es el creador de todo, y por eso se preocupa de todos. Así que, desde el principio, debería de estar claro que el Antiguo Testamento no está exclusivamente centrado en un solo grupo étnico en Oriente Medio. Israel es el centro de atención del plan de Dios, pero no es la totalidad de su plan. Mira de nuevo lo que Dios promete a Abraham si viaja a la nueva tierra.
Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!» | ||
--Gn. 12:2-3 |
Así como la provisión y el cuidado de Dios son una bendición para su pueblo, así mismo Israel será una bendición para todos los pueblos. La promesa de Dios a Abraham inaugura el plan de restauración global de Dios. Ese plan tardará siglos en cumplirse. En realidad, todavía seguimos esperando a que las últimas piezas del rompecabezas se coloquen en su lugar, por alguien que es aún más grande que Abraham: Jesús mismo (véase Juan 8:53-59).
¡Pero nos estamos adelantando! Si seguimos el hilo del reino a través de toda la Biblia, el tema del reino se desarrollaría