La zona de recepción y descarga puede resumirse en ese muelle de carga unido directamente con el almacén o puede ser una zona determinada.
En los casos de tratarse de una zona determinada para el efecto, puede estar delimitada para diferenciarse del almacén de artículos propiamente dicho de manera física (mediante muros o paredes) o acotada por zonas señaladas en el suelo de las instalaciones con pintura.
De un modo u otro, estas zonas de recepción y descarga suponen un espacio nuevo, diferenciado del almacén pero cercano a él, para facilitar la colocación de los nuevos artículos recién recibidos por parte del proveedor en sus diferentes secciones en el almacén de stock de productos.
Estas zonas de recepción y carga pueden por tanto tener dimensiones similares a la del almacén, siendo igual de anchas pero no tan amplias o espaciosas que las dimensiones del mismo, o bien ser menores.
No necesitan ser tan amplias porque generalmente la carga que se recibe siempre es menor a la que ya se encuentra almacenada, y el tiempo que la mercancía se encuentra en las instalaciones de descarga suele ser breve, ya que será desde ese punto desde donde los operarios se encargarán de desembalar y colocar los productos que la mercancía contiene en las zonas o estantes determinados para cada artículo en el almacén.
Lo más lógico y habitual es que almacén y zona de recepción y descarga se encuentren completamente unidos entre sí, o formen parte de las mismas instalaciones habilitadas para ambas funciones.
Consejo
No es recomendable que la zona de recepción y descarga se encuentre diametralmente opuesta a la de almacén, o simplemente alejada del mismo, ya que dificultaría sobremanera el trabajo, alargándolo en el tiempo de forma innecesaria.
Para concluir, hay que señalar que evidentemente, al igual que sucede en las zonas destinadas al almacenamiento de los artículos, la zona de recepción y descarga ha de encontrarse siempre y en la medida de lo posible recogida y limpia, además de libre de obstáculos.
Hay que recordar que esta zona es de paso continuado tanto de maquinaria, tal como carretillas elevadoras y transpaletas, como de operarios a pie, encargados de trasladar la mercancía recibida a las diferentes áreas habilitadas para su almacenamiento en los diferentes lugares destinados para ello en la zona de almacén de stock de productos.
Aplicación práctica
Usted desiste en la idea de la compra de un pequeño local, ya que ha encontrado uno de mayores dimensiones en una galería comercial de la localidad. Las dimensiones le permiten poder crear un supermercado muy apto, pero descubre que el almacén no dispone de zona de recepción y descarga como tal. Para ello, antes de empezar a colocar los lineales y estanterías, zona de cajas registradoras, etc., decide desplazar el almacén, derribando la pared y trasladándola, restando parte de la zona de ventas para poder crear una nueva zona de recepción y descarga. Uniendo la superficie de ambas (zona de recepción y descarga y almacén) supera porcentualmente a la zona de ventas en sí. ¿Es correcta su decisión?
SOLUCIÓN
La zona de ventas siempre es la más amplia. Ello es debido a que cuanto mayor sea la zona de ventas, más posibilidad de ofertar artículos y, por tanto, de ofrecer variedad y posibilidades de adquisición de productos por el cliente. De este modo, se ha reducido la zona de ventas en favor de una zona de recepción y descarga, lo que no significa por ello que suponga menores ganancias futuras, pero sí quizá un esfuerzo innecesario. La zona de recepción y descarga no necesariamente se ha de valer de un espacio determinado y de gran tamaño, como las que necesita un almacén, por ejemplo. Una zona virtual o delimitada en el suelo quizás hubiese sido suficiente, y la zona de ventas no hubiese necesitado de tal reducción de dimensiones.
Zonas auxiliares
Se conoce como zonas auxiliares a todas aquellas que, siendo necesarias igualmente en un centro comercial, son complementarias a las indicadas zonas de ventas, de almacén o de recepción y descarga.
Las zonas auxiliares más comunes son las destinadas a las oficinas y aquellas directamente relacionadas con el cliente en las zonas de venta, como servicios, probadores o zona de oportunidades y/o de productos con tara o defectos, rebajados a un menor precio.
Pero también se considera zonas auxiliares las relacionadas con los trabajadores, como el almacén bazar, los servicios para el personal, el almacén de alimentación o las taquillas y los vestuarios.
La principal zona auxiliar es la referente a las oficinas, ya que en ellas se puede encontrar desde una sola sala, con los documentos referentes a la entrada y salida de mercancía, albaranes, facturas, etc., un teléfono y un ordenador; hasta diferentes departamentos donde se puede encontrar los despachos personales de encargados, directores y secretarias y/o administrativos.
Actividades
6. Anotar en un papel o en las notas de su teléfono móvil el número de zonas auxiliares visibles en el hipermercado, centro comercial o gran superficie más cercana a su vivienda.
7. Intentar averiguar observando puertas de servicio (no puertas de salida de emergencia) dónde pueden encontrarse, si los tuviere, el almacén bazar, el almacén de alimentos, la puerta de personal para vestuarios, servicios y taquilla y la zona de oficinas o dirección.
En estas oficinas es desde donde se gestiona tanto la jornada laboral de los trabajadores como sus turnos o tareas a realizar, como el control de la mercancía existente o la que se debería solicitar al proveedor. En ocasiones incluso hay secciones destinadas al trabajo de los encargados de los recursos humanos, para posibles entrevistas personales de trabajo en las grandes superficies, aunque generalmente este tipo de trabajos empiezan a ejercerse desde oficinas ajenas o subcontratas.
Los servicios o aseos para los clientes son de obligada instalación en todo tipo de comercios, ya sean grandes o pequeños, así como la instalación de probadores allí donde exista venta de moda textil y calzado, en las zonas comerciales de venta de artículos.
Importante
Los probadores siempre deben encontrarse vacíos y libres de obstáculos antes de que cada cliente haga uso de ellos. Deben revisarse cada vez que se usen.
Cada vez son más comunes las zonas habilitadas para la venta de oportunidades o artículos rebajados de precio por fin de stock, de temporada o los más habituales casos actuales referentes a productos con una tara o defecto. Este tipo de artículos han de ser rebajados de precio y estar indicado de ese modo en su etiquetado. Son denominados con su expresión anglosajona como “outlet” o “factory”.
A veces, para facilitar la reposición de artículos con mucha salida, y dependiendo de las posibilidades que ofrezcan las dimensiones de la superficie comercial, se habilitan unas zonas destinadas a un almacenaje menor de productos conocidas como almacén bazar, destinadas a artículos de hogar, bricolaje, decoración e incluso librería, material escolar, discos, videojuegos y ocio, y otras para los productos de alimentación con mayor venta diaria conocidas