Por último, es importante mencionar que Ascamcat ha desarrollado un ejercicio de sistematización de sus experiencias, el cual cuenta con importantes insumos que permiten entender las dinámicas presentes en el territorio, así como las luchas y las movilizaciones lideradas por esta organización. En este sentido, es destacable el esfuerzo conjunto que se llevó a cabo con el Colectivo de Abogados Luis Carlos Pérez en el diseño del “Plan de desarrollo alternativo para la reconstrucción y permanencia de la economía campesina en la región del Catatumbo-Norte de Santander” en el 2012, así como una cartilla “Qué es la reserva campesina y el Plan de desarrollo alternativo para la reconstrucción y permanencia de la economía campesina en la región del Catatumbo?”.
El “Plan de desarrollo sostenible” marca un hito en Ascamcat y repercute en su fortalecimiento como organización social, en la medida en que surgió como respuesta a la demanda que hizo el Gobierno, por medio del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), de formular una visión de su territorio enmarcada en la figura de la zona de reserva campesina (ZRC), por la cual se retó a esta a asumir un rol propositivo, de manera que se posicionó dicho documento como requisito para la declaración de la región como ZRC.
Este texto refleja una metodología participativa y de construcción colectiva con las y los campesinos catatumberos, por la cual se consignan algunos referentes teóricos que sustentan la visión que tienen del territorio, el medio ambiente, la economía campesina, la acción política y el tejido social. Una segunda parte del documento aborda las condiciones físicas del territorio, la historia de la región y su situación actual en términos económicos, sociales, políticos y organizativos, y se resaltan las diversas conflictividades que se presentan. Así, por último, desde una visión propositiva, plantea soluciones a las problemáticas mencionadas con base en la ZRC, en las cuales se evidencian los proyectos concretos que se visualizan en los múltiples sectores concebidos. En este sentido, el plan se define como una,
apuesta para garantizar el bienestar, la estabilidad y el buen vivir del campesinado en la región a partir del desarrollo de su economía y del tejido social; construido a lo largo de muchos años de resistencia y defensa del territorio. Así mismo, como una estrategia para la conservación y cuidado del medio ambiente y la riqueza natural de la región. (Ascamcat y CCALCP, 2012a, p. 30)
La cartilla mencionada nace de un esfuerzo de Ascamcat por resumir y transformar el lenguaje técnico presente en el “Plan de desarrollo alternativo” a uno simple y gráfico, el cual permite extender los conocimientos y adelantos consignados en dicho documento y así hacerlos accesibles a los ciudadanos comunes que habitan la región del Catatumbo, de manera que se prioriza su entendimiento por parte de la base campesina catatumbera. Dicho material consigna la historia de Ascamcat como organización, la historia de las ZRC y el interés de cobijar bajo esta figura la región del Catatumbo, una contextualización de la situación económica, ambiental y social de la región y, por último, los planes y proyectos que se consignaron en el plan con el fin de solucionar las múltiples problemáticas identificadas, tal como el “Plan de manejo ambiental”.
PERSPECTIVA METODOLÓGICA
Dado que la producción académica existente no da cuenta de las dinámicas de configuración y despliegue de la protesta desde la experiencia del campesinado, Catatumbo resiste 53 días se construye como una apuesta de diálogo de saberes entre la producción académica y la producción (comprensión-explicación-interpretación) que realiza el campesinado catatumbero sobre las causalidades, las dinámicas, las lógicas, las contradicciones y el horizonte político del Paro. Este diálogo se encuentra ligado a la necesidad de acercar el saber académico con el saber que producen las comunidades en sus dinámicas vitales, las cuales dan lugar a las luchas y resistencias en la región. Así, pues, la perspectiva metodológica se decanta del cruzamiento de tres elementos: una perspectiva regional como el punto de partida del análisis, una apuesta epistemológica fundamentada en el diálogo y en el campesinado como productor de pensamiento (saberes teóricos y praxis), y una apuesta política orientada al reconocimiento del campesino como sujeto político.
En primer lugar, el abordaje metodológico que se planteó desde el grupo partió de la necesidad de establecer el acercamiento al territorio y a sus dinámicas, lo cual puso de presente la importancia de la comprensión de lo regional a fin de posibilitar el diálogo. A partir de la obra de Orlando Fals Borda se acotó la concepción de región, desde la cual se analizaron las dinámicas de la movilización social que cristalizaron en el Paro campesino del 2013 en el Catatumbo. La preocupación del autor por lo regional –irrigada en múltiples trabajos académicos e iniciativas políticas orientadas a generar escenarios de justicia social y autonomía regional1–, se convierte en un elemento nodal de nuestro acercamiento a las dinámicas propias de la subregión del Catatumbo.
De entrada, en su magistral Historia doble de la Costa, Fals Borda genera una reflexión en torno a la región y propone un análisis que aborde la complejidad de las dinámicas sociales, culturales, políticas y económicas regionales, enmarcándolas en la formación social en la que se constituyen y despliegan. Así, pues, la región “tiene implicaciones importantes para la práctica política, el frente ideológico y la planeación económica y social” (Fals Borda, 2002a, p. 16B). El lugar preponderante de la región en Colombia pone de presente la necesidad de analizar los escenarios locales y regionales desde una óptica que, sin perder de vista su inserción en una formación socioeconómica, informa sobre las lógicas particulares y específicas (también las contradicciones) de los relacionamientos en un determinado territorio.
En este contexto, Fals Borda plantea la importancia de la dinamicidad y la historicidad como dos elementos que, circunscritos al concepto de formación social, se tornan centrales para analizar lo regional y sus especificidades, pues “no pueden darse en el infinito social. Para que tengan sentido, deben expresarse en lo concreto, esto es, en una totalidad social delimitada por la naturaleza específica de sus articulaciones propias” (p. 17B). Asimismo, estos dos elementos son potentes en la medida en que permiten identificar “la evolución de las instituciones políticas y sociales locales con sus secuencias de continuidad y descontinuidad histórica” (p. 18B).
De este modo, la perspectiva regional se traduce en el abordaje de los territorios en cuanto construcciones sociales dotadas de sentido por quienes les dan vida en sus distintos escenarios relacionales. Esto implica, tal como se efectuó en la Historia doble de la Costa, un ejercicio orientado a la comprensión de la región que debe partir de un diálogo fluido y respetuoso entre quienes investigan desde la academia y quienes, en sus dinámicas vitales, construyen y dotan de sentido lo regional. Antes que asimilar la vida de las poblaciones a los parámetros establecidos técnica o políticamente, es necesario entender que en la construcción territorial existe un complejo despliegue enriquecido de saberes y conocimientos que las comunidades construyen dentro del propio despliegue de su potencia vital.
En este marco, el abordaje de la subregión del Catatumbo desde la convergencia de la dinamicidad y la historicidad nos permitió acercarnos al territorio como una construcción social y política cuyos contornos culturales, sociales y políticos, así como su delimitación geográfica, no se ligan de manera exclusiva a la división político-administrativa colombiana y a su institucionalidad, sino a un conglomerado de relaciones sociales que se han generado en el territorio, en el campesinado y en los pueblos indígenas, con otras colectividades humanas y con la naturaleza. De igual forma, el abordaje particular de la movilización de Ascamcat permitió identificar la perspectiva del campesinado que ha generado los contornos de su propuesta territorial, ya que esta es vital para dar cuenta de la disputa política por el territorio, lo cual ha sido y es un elemento central de la movilización social campesina estudiada.
En segundo lugar, la apuesta epistemológica desplegada