Carroll18 propuso la conocida definición de las cuatro partes de la RSE: “La responsabilidad social de la empresa abarca las expectativas económicas, legales, éticas y filantrópicas de la sociedad, en un momento determinado del tiempo” y sugirió la siguiente ecuación:
RSE = Responsabilidades económicas + Responsabilidades legales + Responsabilidades éticas + Responsabilidades filantrópicas.
4. Los ochenta
En la década del ochenta, Peter Drucker19 planteó que la empresa debe convertir su RSE en una oportunidad de negocio que integre las necesidades de la sociedad con la actividad empresarial. Esto convierte los problemas sociales en oportunidades de negocios, en capacidad de producción, en trabajos bien remunerados y en riqueza.
Durante el mismo año, Freeman20 propuso la teoría del stakeholder que presenta a las empresas como un sistema relacionado con la sociedad siendo los stakeholders “cualquier individuo o grupo que puede afectar o estar afectado por el logro de los objetivos de la empresa”21. Los intereses de todos los stakeholders deberían estar incorporados a la empresa.
Los grupos de stakeholders primarios son aquellos sin cuya continua participación la empresa no puede sobrevivir (accionistas, inversores, empleados, clientes y proveedores). Existe un alto grado de interdependencia entre la empresa y su grupo de stakeholders primario.
El grupo de stakeholders secundario está formado por quienes influyen o son influidos por la empresa, pero que no participan en sus operaciones ni son esenciales para su supervivencia (medios, influencers –activistas especializados de redes sociales cuyas opiniones son valoradas como verdades por gran cantidad de usuarios–, grupos de interés, etc.). Estos tienen la capacidad de movilizar la opinión pública a favor o en contra de una empresa, pudiendo favorecer o dañarla de manera significativa.
En tanto, el grupo de stakeholders públicos está formado por los Gobiernos y comunidades que proporcionan la infraestructura y mercados, cuyas leyes y regulaciones deben ser obedecidas y a quienes se les deben pagar impuestos y otras obligaciones. Las últimas dos décadas han sido testigos de los esfuerzos puestos en incluir el medio ambiente como un legítimo stakeholder de la empresa, contribuyendo al surgimiento de la idea del desarrollo sostenible.
5. Los noventa
En los noventa se empezó a considerar la RSE como un agente de control que ayudaría a solucionar cualquier posible daño causado por la empresa. Las empresas pueden ocasionar problemas sociales como consecuencia de sus actividades productivas, por lo tanto, es una responsabilidad social empresaria minimizar aquellos efectos colaterales, algunas veces inevitables (Buchholz)22. Alineados con esta visión, surgieron los conceptos de corporate social performance, corporate citizenship y contrato social.
El desempeño social de la empresa o corporate social performance ha sido definido por Wood23 como una configuración de principios de responsabilidad social y procesos de respuesta social, así como también de políticas, programas y resultados observables, que se vinculan con las relaciones sociales de una empresa.
La noción de corporate citizenship o “ciudadanía corporativa” se ha definido hacia fines de la década como un proceso mediante el cual una compañía desarrolla y administra las relaciones con sus stakeholders (Waddock y Smith, 2000; Waddock y Graves, 1997). Este enfoque implica tratar bien a todo el espectro de componentes, tomar conciencia de las implicancias sociales y humanas de las prácticas operativas de la empresa y desarrollar políticas, procedimientos y procesos, respetando la dignidad y valía de cada stakeholder. Este enfoque, que rescata la valía de cada ser humano relacionado de alguna manera con la empresa, deja abierta las puertas a la inclusión de una forma más clara que cualquier otro hasta el momento.
Logan, Roy y Regelbrugge24 explican que la ciudadanía corporativa varía entre los mínimos deberes legales y éticos, por un lado, y un comportamiento responsable y proactivo por el otro. Según la interpretación amplia (que supera la simple adhesión a las leyes, regulaciones y prácticas de negocio aceptadas en el lugar donde opera la compañía), la ciudadanía corporativa se aplica a la conducta responsable de la empresa tanto en los negocios como en el trato con todos sus integrantes, con las comunidades, con la sociedad y con el medio ambiente natural en general.
En esta misma década, Donaldson25 fundamenta la RSE desde la teoría del contrato social. Esta teoría se sustenta en la noción de que las empresas no podrían existir sin la cooperación y el compromiso de la sociedad; si la sociedad rechaza el funcionamiento del sector empresarial, este se verá obligado a transformarse. La empresa toma sus empleados de la sociedad, vende sus productos o servicios a la sociedad y es la sociedad quien le otorga o le quita cierto estatus a la empresa. Parte del contrato social se refleja en leyes y regulaciones, así como en las costumbres y valores socialmente aceptados que influyen en la actividad empresarial.
El contrato social es un contrato no escrito que representa una serie de obligaciones de índole abstracta homologable al contrato establecido entre los ciudadanos y el Gobierno. Esto significa que, más allá del arreglo válido entre directores y accionistas, lo directores no pueden perjudicar el contrato social implícito entre la empresa y la sociedad.
6. La década del 2000
El nuevo milenio trajo consigo un avance exponencial en los temas de RSE en los planos de los organismos internacionales, empresarial y académico.
Los organismos internacionales y empresariales aportaron tres desarrollos principales: la creación del Pacto Global en el año 2000, la Declaración de New York en el año 2010, y el lanzamiento de la ISO 26000 en el año 2010.
El Pacto Mundial-Global Compact (2000). El Pacto Mundial es una iniciativa voluntaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en la cual las empresas se comprometen a alinear sus estrategias y operaciones con diez principios universalmente aceptados en cuatro áreas temáticas: derechos humanos, estándares laborales, medio ambiente y anticorrupción. Por su número de participantes, varios miles en más de 100 países, el Pacto Mundial es la iniciativa de ciudadanía corporativa más grande del mundo. Aquellas empresas que se adhieren al Pacto Mundial comparten la convicción de que las prácticas empresariales basadas en principios universales contribuyen a la construcción de un mercado global más estable, equitativo e incluyente que fomentan sociedades más prósperas.
La Declaración de Nueva York (2010). En la Declaración de Nueva York, las Naciones Unidas presentan un nuevo modelo de liderazgo empresarial y renuevan los compromisos empresariales con 10 afirmaciones clave relativas a los principios de derechos humanos, normas laborales, medio ambiente y anticorrupción que benefician a las empresas y a la sociedad en general. Estos 10 mensajes del Pacto Mundial fueron reforzados tras la presentación de un modelo de liderazgo empresarial sostenible, denominado “Blueprint”, que recoge el legado del marco normativo internacional “Proteger, Respetar y Remediar”. La Declaración hace también un llamamiento para que las empresas contribuyan de forma sustancial a la paz y al desarrollo mundial, especialmente en áreas de alto riesgo y áreas de conflicto.
La ISO 26000. La International Organization for Standardization (ISO) lanzó, el 1 de noviembre del 2010, una guía sobre comportamientos sociales responsables y posibles acciones, denominada ISO 26000. A diferencia de las otras normas ISO, no es un sistema de certificación, sino una guía puesta al servicio de las empresas para que, voluntariamente, la utilicen para potenciar sus acciones de RSE. Por tal motivo es de uso voluntario.
7. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible
En el plano académico, surgen una serie de modelos y estrategias que permiten alinear las necesidades de la sociedad con los objetivos del negocio (Rocha 2006; 2008). Por ejemplo, estrategias verdes tales como tecnologías limpias y de manejo de productos (Hart y Milstein, 2003) se alinean con necesidades ambientales; las estrategias de la base de la pirámide (Prahalad, 2005), microcréditos