Ética en las profesiones. Fabio Orlando Neira Sánchez. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Fabio Orlando Neira Sánchez
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Документальная литература
Год издания: 0
isbn: 9789588572710
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verdadera crisis. Por un lado, los efectos económicos que produjo la crisis petrolera de 1973 y sus consecuentes repercusiones en el resto de una economía movida por este combustible y, por el otro, la emergencia de los primeros síntomas y un mercado globalizado hicieron que las doctrinas del liberalismo resurgieran en los centros de pensamiento del capitalismo.

      Los postulados de economistas como Freedman, Hayek, Von mises, Buchanan y otros, pertenecientes a la escuela de Chicago, comenzaron a fortalecerse en un mundo cada vez más globalizado por las tecnologías de la comunicación y por la emergencia de las primeras zonas del librecomercio (Ahumada, 1996). El ensalzamiento de la libertad individual, como valor máximo de la vida occidental, es predicado por el desmonte de las funciones sociales del Estado, el endiosamiento del mercado como regulador de la economía y la vida social y el establecimiento del subjetivismo, como criterio de verdad social; estos aspecto sólo son algunos de los elementos que los ideólogos neoclásicos pusieron a funcionar y que se tradujeron en múltiples procesos de reformas de los Estados en todo el mundo.

      La implementación de las ideas neoclásicas trajo consigo fuertes procesos de reestructuración estatal, con lo cual se puso punto final a lo poco que el Estado benefactor había logrado construir en el tercer mundo. Las ventas de las empresas sociales del Estado a los capitales privados trajeron consigo olas de despidos en los años ochenta y noventa. La idea de un Estado paternalista que apoyaba a los más pobres cumpliendo un papel de reasignador de riqueza fue cambiada por la de otro, cuya función está centrada en la vigilancia del cumplimiento de las normas y en asegurar la posibilidad de transacciones exitosas.

      Desaparecido el Estado de bienestar e implementada la reforma neoliberal se produjeron cambios realmente significativos en el sujeto que se demanda. La idea de un hombre que administraba los recursos que el Estado le proveía fue sustituida por la del hombre de la gestión, un ser humano que comprende el Estado y puede gestionar la obtención de recursos, a partir de proyectos en los que, de forma individual o asociativa, obtiene con trabajo los derechos que otrora le otorgaba el Estado (Torres, 2001).

      La primera demanda es por la formación de un individuo libre, autónomo e individual que utiliza su libertad para alcanzar el éxito social y económico. Para lograrlo, este individuo cuenta con una firme creencia en la voluntad personal como elemento de mejoramiento de la calidad de vida y la construcción del futuro. Entiende que el Estado le asegura la igualdad ante la ley, pero que debe gestionar y construir sus propias oportunidades.

      La segunda es por un individuo que se haga cargo de sí mismo, en cuanto sea el constructor de su propio empleo a partir de las formas de gestión y autogestión. De forma que los sistemas de seguridad social del Estado no se vean presionados, sino, por el contrario, alimentados. Este nuevo sujeto emprendedor se organiza a sí mismo y a su comunidad, desde la iniciativa empresarial y el liderazgo para construir proyectos productivos que aseguren su empleo.

      La tercera demanda es por un sujeto capaz de articularse en un sistema productivo dependiendo de las fluctuaciones que generan las leyes de la oferta y la demanda. Un individuo que tenga las competencias necesarias para transmutar rápidamente ante la más liviana fluctuación de alguna de ellas. Este sujeto no solamente es un camaleón, sino que también ama la competencia y espera sacar de ella los mejores resultados, entiende el mundo como un espacio con recursos limitados y por ello ve como natural la competencia por ellos. Finalmente, es un sujeto de mercado, fácilmente comprable y vendible que se ofrece al mejor postor, siempre y cuando éste le asegure altos niveles de ingreso. son frecuentes en él tanto las transmutaciones internas y externas como el desplazamiento en los espacios que habita y labora.

      DEL FORDISMO AL POSFORDISMO

      La aparición de nuevos métodos de producción, luego de la década del ochenta, en los Estados Unidos y en el resto del mundo hasta entonces industrializado supuso la generación de nuevas demandas formativas a los sistemas educativos y, por tanto, a las escuelas. La aplicación masiva de las innovaciones del Kaizen y de la teoría de la calidad total a los esquemas de producción han venido reconfigurando no sólo las fábricas, sino también la misma sociedad (Taiichi, 1998).

      El mejoramiento continuo, la teoría de cero desperdicio, cero almacenaje, cero papel, la idea de producción a partir de la demanda y no de la oferta, la automatización de los procesos han traído consigo la aparición de nuevas formas de ordenamiento de la producción, en la cual las tecnologías y los recursos juegan un papel diferente (Coriat, 1992). Por otra parte, los procesos de descentralización de la producción en empresas pequeñas y portátiles, la dispersión de los procesos productivos, a través de figuras como la microempresa y la maquila; y finalmente la flexibilización de la contratación han hecho que se generen demandas formativas nuevas.

      Si bien el obrero del fordismo sufrió los embates de la especialización y la rutinización, tuvo como jefe una empresa fuerte preocupada por su permanencia y que se pensaba a sí misma a corto, mediano y largo plazo. Ahora bien, la producción posfordista que depende escencialmente de la demanda del mercado debe pensarse a sí misma como efímera o duradera, dependiendo de las exigencias de éste. De lo anterior deriva una condición perecedera del mundo laboral que demanda del nuevo sujeto una serie de capacidades que antes no se le exigían.

      En primera instancia, el nuevo sujeto debe construir una idea provisional sobre todo el mundo social, incluyendo el trabajo que desarrolla. Esta idea provisional del mundo le obliga a pensar como relativo todo aquello que hace y construye, pues está destinado a la desaparición vertiginosa que imponen los cambios sociales. En este sentido, el individuo no tiene ya los cimientos firmes sobre los que generaciones anteriores construyeron su proyecto vital y dieron sentido a sus vidas. Lo anterior, crea un vacío de sentido en el ser humano que sólo es suplido por la sed de aventura y sentido del riesgo que construye para poder vivir.

      En un mundo laboral constantemente cambiante, el individuo está destinado a circular de forma permanente entre uno y otro trabajo, entre uno y otro proyecto. Así, lo que hoy ha aprendido y acumulado en este empleo mañana tiende a volverse relativo, poco útil o hasta perjudicial para la nueva situación laboral. Es entonces cuando desaprender lo anteriormente aprendido cobra un valor mayor que el mismo aprendizaje dado que los conocimientos anteriores resultan incómodos para la nueva situación (sennet, 2000).

      Asimismo, la diversidad y disimilitud de proyectos por los que circula el individuo hace que éste no sólo deba desaprender lo anterior, sino que además sea capaz de aprender a aprender por sí mismo. se hace cada vez más necesario que el nuevo sujeto posea las herramientas cognitivas que le permitan acceder por su propia cuenta a los nuevos conocimientos necesarios, apropiarlos adecuadamente y determinar en qué medida su autoaprendizaje ha tenido éxito o no. El sujeto del aprender a aprender necesita dosis mínimas de capacitación, pues ha construido las herramientas y estrategias necesarias y las porta consigo a cada proyecto.

      sennett (2006) ha mostrado en varios trabajos la forma como el capitalismo mudó su estructura valorativa en las últimas décadas. La seguridad y estabilidad tan añorada antiguamente ha sido cambiada por el vértigo y la excitación que genera el desafío, la lealtad a la empresa premiada a mediano y largo plazo ha sido sustituida en los nuevos trabajadores por la búsqueda incesante de nuevos trabajos desafiantes, excitantes y mejor remunerados. Los esfuerzos que antes hacía el trabajador calificado por mantener su puesto de trabajo ahora han sido trasladados a la empresa para retenerlo. Éstos son, sin lugar a duda, contextos diferentes para la reflexión sobre la ética profesional.

      DE LA MODERNIDAD A LA POSMODERNIDAD

      La modernidad, esa forma de pensar que construyó Occidente desde el Renacimiento, fue hasta hace muy poco el sustrato cultural a partir del cual actuó la sociedad capitalista. Las ideas de los renacentistas, complementadas con la ilustración y los subsiguientes momentos de la modernidad, contribuyeron a la construcción de un mundo en el que los grandes metarrelatos orientaban al sujeto hacia la construcción de proyectos de vida con un sentido claro.

      La ciencia, como herramienta para comprender e intervenir la realidad, fue constituyéndose en uno de los elementos centrales de esta forma de pensamiento. Asimismo, la consecución de la sociedad liberal en la cual la iniciativa y el progreso eran las herramientas de construcción de un mundo mejor animaron los proyectos