¿Cuán efectivamente usa las Escrituras para redargüir (convencer) de su pecado a sus hijos? (¿Reprende usted de tal manera que les cause reveren-ciar la Palabra de Dios o despreciarla?)
¿Cuán consistentemente utiliza usted la Biblia para corregirlos?
¿Cómo utiliza usted la Biblia para instruir a sus hijos en justicia para ayudarlos a tener un mejor futuro?
Como puede ver, es simplemente imposible “(criarlos) en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4) sin el continuo uso de la Palabra de Dios. Son la “vara y la corrección” que “dan sabiduría” (Proverbios 29:15). Es tu trabajo, padre cristiano, tanto el conocer como el utilizar las Escrituras según la intención de Dios.
La suficiencia de las Escrituras
Las Escrituras proveen todo lo que necesita para la vida y piedad (2 Pedro 1:3). También proveen todo lo que necesita para criarlos “en disciplina y amonestación del Señor”. Por miles de años los padres cristianos han de-pendido de la Biblia como fuente de instrucción para sus hijos. A través de los siglos, los hombres y mujeres han creído que Dios no les pide que hagan nada sin darles los recursos necesarios para cumplir con la tarea, especialmente una tarea tan difícil como la crianza de hijos piadosos. Ellos creyeron cuando Pablo les dijo que las Escrituras fueron dadas “a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Timoteo 3:17)
¿Usted lo cree? Reitero la pregunta, ¿usted realmente cree que Dios le ha dado dentro de las páginas de su Biblia recursos suficientes para hacer frente a cualquier contingencia que se enfrenta tanto en la vida como también como padre? Eso es realmente lo que éste versículo enseña. Por supuesto, la Biblia no pretende ser adecuada para tratar problemas médicos, enseñarle a sus hijos cómo multiplicar fracciones, usar patines, golpear una pelota de béisbol, y cosas por el estilo, pero sí asegura ser suficiente cuando se trata de cambiar a las personas a la imagen de Jesucristo. “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma.” (Salmos 19:7)3
El uso cuádruple de las Escrituras
Cuando la Biblia habla de que la Escritura es provechosa para enseñar, significa que es útil. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Ya que las Escrituras han sido dadas para estos propósitos distintos, usted debe volverse competente en estas cuatro aplicaciones. El proceso de la formación bíblica del niño implica el uso de estas cuatro actividades distintas. Como puede ver, la crianza bíblica no es sólo una responsabilidad, es también una habilidad que debe ser desarrollada. Esto nos lleva al tercer recurso necesario para producir madurez cristiana en su niño: el tiempo.
Se requiere de tiempo para desarrollar la habilidad de la crianza bíblica. Se requiere tiempo para dejar todo lo que esté haciendo y tomar su Biblia para enseñar, redargüir, corregir e instruir a sus hijos, tiempo en el que tal vez usted prefiera hacer otra cosa. Y sobre todo, se necesita tiempo para que sus hijos crezcan.
No existe la madurez instantánea. No existe pastilla que pueda darle, o escuela a donde los pueda enviar, no hay polvo que pueda transformar sus pequeños corazones rebeldes en corazones obedientes y así llevarlos a la madurez. La madurez cuesta tiempo.
Santificación progresiva
Otro término para el proceso por el cual los cristianos se transforman a la imagen de Cristo es llamado santificación progresiva. Se llama “progresiva” porque ocurre continuamente a través de nuestras vidas en vez de instantáneamente (en un momento en el tiempo). El Espíritu Santo es el agente principal que santifica, que trabaja en el corazón de todos los creyentes para que sean más semejantes a Cristo. Pero Él lo hace por medio de la Palabra. Una persona sencillamente no puede cambiar de forma agradable a Dios si está separada de la Palabra. El Espíritu Santo ha de tener el arma más efectiva (La Espada del Espíritu) si ha de cambiarte a ti y a tus hijos. Como la regeneración4 , la santificación es un acto de Dios. Pero a diferencia de la regeneración, es un acto de Dios que requiere de su cooperación. La manera más importante de cooperar con Él es llevar la Biblia en su corazón. Luego como padre, debe cooperar con el trabajo de Dios en la vida de su hijo llevando la Biblia al corazón de él o ella.
He conocido un impresionante número de cristianos que creen que pueden crecer en gracia alejados de un tiempo regular y continuo con la Palabra (es decir, lectura de la Biblia, estudio, memorización, meditación y un activo escuchar de predicaciones bíblicas). A riesgo de exagerar el argumento, permítame decirlo de esta manera: No importa el tiempo que usted dedica a orar o ayunar, o a estar en comunión con otros cristianos, en ministrar o testificar a los demás; si usted no dedica tiempo a la Palabra de Dios (o para ser más exactos, si la Palabra de Dios no habita ricamente en usted), usted está en efecto encadenando al Espíritu Santo. No es que Él no pueda trabajar sin su cooperación. Más bien lo que sucede es que Él no ha prometido trabajar independientemente de Su Palabra.
“Que el Espíritu Santo actúa a través de la Biblia es… confirmado en el hecho de que aquello que la Biblia dice que hace, es lo mismo que el Espíritu Santo dice que hace. Por ejemplo, cada una de las cuatro funciones de la Escritura (mostradas en la lista a continuación) se dice que también son realizadas por el Espíritu Santo en los versos agregados::
1. “Enseñar”: compare Juan 2:27 (la “unción” habla del Espíritu Santo).
2. “Redargüir”: compare Juan 16:7-11.
3. “Corregir”: compare Gálatas 6:1; 5:22, 23.
4. “Instruir en justicia”: compare Gálatas 5:16-18; Romanos 6-8.
En cada caso el Espíritu obra por medio de la Palabra.”5
Una indicación de que el Espíritu obra por medio de la Palabra puede verse comparando el lenguaje en dos pasajes paralelos de la Escritura. En Efesios 5:18 se nos manda, “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; [la cual llevará a la desintegración de nuestra vida], antes bien sed llenos del Espíritu.” Este verso es seguido por una serie de instrucciones generales y otras dirigidas a personas específicas. Estas instrucciones y directivas surgen del mandamiento inicial a ser llenos del Espíritu. Estas mismas instrucciones se pueden encontrar casi textualmente en el libro de Colosenses (3:16) donde no están asociados con el Espíritu, sino con la Palabra. “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” (La tabla de la página 16 le ayudará a hacer su propio análisis verso por verso de ambos pasajes.) Además de demostrar la estrecha relación entre el Espíritu y La Palabra, la similitud entre estos dos pasajes también nos da conocimiento en cuanto a los medios por los cuales Él nos llena. En la medida en que una persona permite a la Palabra de Dios llenar su corazón, así el Espíritu llena su vida.
Así que si usted quiere que sus hijos sean salvos, santificados y llenos del Espíritu, debe invertir tiempo (de manera adelantada) en instruirlos con las Escrituras. Recuerde, el fruto del Espíritu no crece de la noche a la mañana sino que se desarrolla gradualmente a medida que se alimenta con la Palabra de Dios. Como veremos en las siguientes páginas, según la Biblia, su trabajo es marcar profundamente las Sagradas Escrituras en el corazón de sus hijos, las cuales pueden hacerles sabios para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Efesios | Colosenses |
5:18 “antes bien sed llenos del Espíritu” | 3:16 “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” |
5:19,20 “hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.” |
3:16,17 “enseñándoos y exhortándoos unos a otros entoda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor [con] salmos [e] himnos [y] cánticos espirituales.” Y todo lo que hacéis,
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