Sotai. Arturo Valenzuela Serrano. Читать онлайн. Newlib. NEWLIB.NET

Автор: Arturo Valenzuela Serrano
Издательство: Bookwire
Серия:
Жанр произведения: Сделай Сам
Год издания: 0
isbn: 9788499101446
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con otras haciendo que el tratamiento resulte más efectivo. Habitualmente yo trato en mis consultas con sotai, con shiatsu y con la combinación de ambas técnicas, obteniendo unos resultados a veces espectaculares; también he desarrollado tratamientos combinados de ambas técnicas.

      En Japón mis profesores y otros expertos que conocí utilizaban el método generalmente como paliativo del dolor y en la mayoría de los casos como complemento de otra/s técnica/s, pero no le daban la importancia que creo que tiene. Mi profesor fue quien me convenció de que la técnica se podía emplear sola, sin ayuda de otras, pero incluso él la utilizaba más para aliviar el dolor.

      Tras las muchas demostraciones clínicas que me hizo presenciar mi profesor de sotai en su consulta de Asaka, comencé a trabajar empleando el método sotai como única herramienta, convencido de su eficacia en el tratamiento del dolor para problemas relacionados con el aparato locomotor y enseguida obtuve una larga lista de resultados no buscados: mejora de la circulación, regulación de la tensión arterial, aumento del apetito en personas con problemas en este sentido, mejora de los sistemas fisiológicos en general y de la postura, cambios en la tonicidad de los músculos, desaparición de la discrepancia en la longitud de las piernas, aumento considerable de la flexibilidad y de la estatura y un largo etcétera.

      El método sotai ha obtenido excelentes resultados en:

      

Lumbalgias
Dolor de hombros

      

Hernia discal
Dolores articulares

      

Ciática
Tortícolis

      

Escoliosis
Tratamiento posparto

      

Cervicalgias
Trastornos menstruales

      

Tendinitis
Dolor de cabeza

      

Codo de tenista
Ansiedad

      

Esguince de tobillo
Insomnio

      

Dolor de rodilla
Reeducación postural integral

      La traducción de esta palabra es algo difícil, pero podríamos decir que su significado literal es «manipular el cuerpo para que recupere su equilibrio». Algunas veces esta técnica será definida como rendo sotai o sotai ho, que no cambian en absoluto el concepto. «Rendo» significa sincronización y «ho» método.

      El Dr. Hashimoto creía que para mantener o recuperar la salud el ser humano debe restablecer su armonía natural, es decir, equilibrar su respiración, dieta y estado físico (movimientos corporales) y psíquico (mental y emocional). El ser humano está preparado para realizar estas actividades por propia voluntad, por lo que puede cambiar su forma de efectuarlas cuando quiera.

      La salud depende de una correcta forma de ejecutar estas actividades, esto es, manteniendo el equilibrio entre las cuatro. La práctica de una dieta adecuada y una actividad física moderada por sí solas no son suficientes si no se acompañan de una respiración ajustada a ese modo de vida y si no se complementan con una actividad mental acorde.

      «La naturaleza nos ha proyectado para que podamos vivir toda la vida de forma saludable. El ser humano se empeña a menudo en vivir de forma contraria al camino que la naturaleza le ha trazado y por eso enferma; la única forma de sanar es haciendo que el organismo vuelva a su condición natural». Keizo Hashimoto.

      Sotai es un método creado por Keizo Hashimoto hacia el año 1933. El Dr. Hashimoto nació en 1897 y estudió medicina en la universidad de Nagata, en Japón. Tuvo que ingresar en el Ejército a causa de la I Guerra Mundial y al finalizar continuó sus estudios de neurología en la universidad Imperial de Tohoku.

      Uno de sus primeros trabajos relacionados con la salud lo llevó a cabo en el hospital de Hakodate de la ciudad con el mismo nombre. Su trabajo consistía en el cuidado y la prevención de las enfermedades de los niños de 20 escuelas de enseñanza primaria de la ciudad.

      Tras unos años en este hospital decidió dejarlo para ayudar a un compañero de carrera que había inaugurado otro hospital asistencial. Allí fue donde comenzó sus investigaciones, al tener a su cargo a muchos pacientes con muy diversas lesiones y enfermedades internas. Empezó a encontrarse con muchas enfermedades de las que los libros de medicina no tenían conocimiento y, por lo tanto, tampoco tratamiento. Veía cómo, día a día, muchos de sus pacientes le abandonaban y optaban por tratarse por especialistas en medicina oriental. Como este tipo de tratamiento parecía satisfacer más a sus pacientes, el Dr. Hashimoto decidió estudiar medicina oriental.

      Empezó estudiando honetsugi, lo que en Occidente denominamos quiropraxia, y posteriormente shiatsu, acupuntura, masaje y moxibustión. Todos los expertos en estas materias estaban encantados de enseñarle debido a que él era un doctor en medicina occidental, que en ese momento en Japón disfrutaba de mayor reconocimiento social y contaba con las autorizaciones legales pertinentes para su práctica.

      El Dr. Hashimoto observó que alguna de las técnicas que utilizaban los expertos en medicina oriental aliviaba los dolores de los pacientes moviendo zonas del cuerpo en la dirección opuesta al dolor y comprendió la importancia del movimiento y de la sincronización articular-muscular para la cura de algunas enfermedades.

      En 1933 estableció su propia clínica, donde ejercía como especialista de medicina interna y cirujano. En vez de tratar a sus enfermos con farmacología, lo hacía con fitoterapia, otra de las «ciencias» orientales que había aprendido. Cada vez se sentía más fascinado por los resultados que le ofrecían los tratamientos de la medicina oriental y empezó a investigar el método que más adelante denominaría «sotai».

      Trabajó con la convicción de que originalmente el ser humano es sano y la enfermedad comienza cuando la estructura del cuerpo se deforma. Lo pudo comprobar cuando fue llamado a filas primeramente en 1937 para la guerra que Japón mantenía con China, donde tuvo que tratar muy diver-sas dolencias solamente con sus manos. Le apresaron y en 1940 fue liberado y se estableció en Sendai con una clínica que atendió hasta el final de sus días. En ella trataba a sus pacientes sobre todo con acupuntura y sotai, además de seguir utilizando la medicina occidental, ya que en esta época conseguir hierbas para el tratamiento fitoterapéutico era muy difícil.

      En 1944 le volvieron a enrolar en el Ejército para la II Guerra Mundial y le destinaron a Corea del Norte. De nuevo